Transformación deseada 
Alba Marina Riverón Granese

La vibración de su espíritu lo confundía, razonaba poco, su estructura corpórea había potenciado sus sentidos, el olor a éter inundaba la carcasa donde lo ubicaron.

El camastro parecía estar lleno de escamas húmedas y desparejas.

No era otra cosa que un estado de confusión frente a la realidad de su existencia, dejar de pensar y soltar su exposición, entrar en una comunicación de márgenes sensoriales; era como sumergirse en el universo para vivenciar desde otro lugar esa vida prestada.

Era querer experimentar el mañana, sentirse volar como un pájaro, volcarse en el eterno devenir. Sintió como una de sus manos arrancó la máscara de su cara, su último y esforzado movimiento creado por la ayuda del ángel más piadoso. En un último paseo visual confundió los objetos y se perdió en una onda de paz que envolvía su entorno, pareció tener todo el aire que existe.

La sensación creada dio lugar a un sinnúmero de visiones distintas.

Desde la inmensidad de los registros neuronales emergían, sin orden,

las infinitas y entrecruzadas emociones que dieron sentido a su vida y luego… un silencio dejó un registro plano en el monitor.

Otras energías vibraban en la inmensidad.

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