Sobre el cuerpo

poema de Cristina Rivera Garza

 

                    I.


No he estado en otra tierra
habito para siempre las largas calles del cerebro.
Sí. hablo de la cárcel, el pensamiento.
El cuerpo que llevo a veces

es un marasmo de circunstancias

un tejado
el abrigo exacto donde se oculta al acecho

la visita silenciosa de vacío.
Ese extranjero
al fin y al cabo nunca mío
quedó endosado en la rutina
en la casa paterna que es el mundo
en un rito despiadado
en una hazaña
v aún si esto no hubiera sido suficiente

siempre estuvo a la mano,

a la vuelta de la esquina

la sagrada apelación legal de los vecinos.
No puedo, como ven. hacer una oda al cuerpo.


                   II.


Cuerpo continente de cuerpo

sólo un cuerpo en otro es verdadero.


                   III

 

Hay un sitio donde comienza el aire:

ahí donde anidaron los sueños.

 

Mi sueño fue dar a luz mi cuerpo

ser real, materia viva
recobrar una a una las viseras extraviadas

en el incesante correr de la jauría,

adiestrar la agilidad de los sentidos muertos

hacer temblor, sismo, movimiento

ser real, en fin. sólo eso.
La ruta solitaria en el desierto

me llevó al único espejo de lo posible:

el universo completo de tus ojos

y el remanso suave, absoluto de tu cuerpo.


                   IV.

 

El grito que pasea en mi garganta

más allá del miedo, del terror mismo

trascendiendo la alegría

y la sonrisa que imanta a los objetos

más allá de la marea del primer nosotros más allá del dolor

lejano a la ley de todos los hombres

apenas cosido en el filo de todas las palabras juntas,

el grito que hace susurros de los ecos

desde mis vísceras anuncia el nacimiento

de este cuerpo nuevo, recién nacido cuerpo

mujer-hombre                  hombre-mujer
la invasión total al espacio siempre perdido

recobrado ahora.
 

V.

 

Sólo de un significado se abastece amor:

el otro cuerpo
 

VI.

 

Uno nace en el lugar más otro del cuerpo de uno mismo

-lo anterior fue advenir al mundo solamente-,

y recorre un laberinto de anchas sombras -los otros

también existen, temporales, recios como un árbol-

y luego muere en el lugar más solo del cuerpo de uno mismo.


poema de Cristina Rivera Garza
 

Publicado, originalmente, en: Punto de partida No. 84 / febrero - marzo 2020

Punto de partida es una publicación editada por la Universidad Nacional Autónoma de México, a través de la Dirección de Lteratura

Link del texto: https://puntodepartida.unam.mx/images/stories/pdf/pp84/84-rivera.pdf

 

Ver, además:

 

            Cristina Rivera Garza en Letras Uruguay

 

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