Letras-Uruguay

Roberto Quesada

Acabo de recibir una invitación de Uruguay para las Letras, o sea, Letras Uruguay. No conozco Uruguay, pero sé que es fronterizo con el paraíso, el paraíso perdido, Argentina. Una simple broma, que nadie se enoje, haber parido el Che basta para existir virtualmente globalizado, sin que se me resienta mi amigo Diego Armando Maradona, pero es que en Argentina tienen la mala costumbre de llamarle a todo y todos Dios… O es que no creen en ninguno o es que en exceso de fe los Dioses escasean, por eso hay que inventarlos. Esto, claro, sin que Cortázar (Julio) sea Cristo, aunque se parezca.

Una vez, en una carta, me dijo mi maestro y amigo Germán Vargas Cantillo (el mismo maestro de García Márquez), ¿cómo será Honduras? Sí, mi país. Con alguien un día tenía que vengarme, y me pregunto: ¿Cómo será Uruguay? De hecho, no lo concibo sin Benedetti ni Galeano.

Con Benedetti nos conocimos, digo, lo conocí (ya que el famoso es él), en Madrid, cuando nos presentó como nueva generación de escritores latinoamericanos (como quien dijera: aspirantes a él). Recuerdo que le dije: “Maestro, escriba allí, en La Tregua, la dedicatoria: Para mi amigo escritor Roberto Quesada”. Y fue brinco que di cuando Benedetti, acalorado, me gritó: “A mí nadie me dicta mis dedicatorias”. A lo que yo tranquilamente respondí: “ No se me enfade Maestro, que esa irreverencia la aprendí de Usted”.

Y fue lindo ver al viejo Benedetti reír con ganas, abrazarme y preguntarme: “¿De dónde eres?”. De Honduras, contesté con voz de vapuleado, chantaje preautógrafo, para ese libro que con tanto cariño conservo.

No quiero hablar de Eduardo Galeano, si mi mujer decidiera (en el caso de que no lo haya hecho) serme infiel, estoy seguro de que Galeano me dejaría cornudo. A mucha honra.

No sé por qué escribo esto, quizá inspirado en Carlos Echinope, quizá por ese apellido que más parece un apodo, o tal vez porque al caer en mi buzón un correo desde Uruguay me pone nostálgico, me hace pensar en los Iracundos, con Eduardo Franco, claro. Escucharlos allí en un puerto uruguayo, abrazados, abrazaditos con Natalia Obreiro.

Roberto!!! Despiértate!!! Ha llegado la hora de leer Letras-Uruguay!!!

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