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Domingo, 12 de enero de 2014

Cambiar la historia

La primera novela de Leonardo Killian está protagonizada por un imaginario magnicida que planea el asesinato de Perón en Gaspar Campos. La sombra del General recorre las notas al pie de la historia política de las décadas del 60 y 70, y es el thriller criollo más injustamente ignorado del año pasado.
 

 Por Martín Pérez

 

 

Según confiesa Leonardo Killian, el punto de partida de su primera novela se lo dio un peronista de derecha que conoció de casualidad, mucho antes de haber imaginado que iba a escribir un libro. Ese personaje había formado parte de la custodia de Perón durante su regreso, y le confirmó que los rumores eran ciertos: que Juan Domingo tenía miedo de ser objeto de un atentado. Y que no sólo les temía a los militares sino también a los Montoneros. Desconfiaba de todos, el Viejo. Y así fue como a Killian se le empezó a ocurrir que podía ser interesante construir la historia de ese imaginario asesino, a imagen y semejanza de otro magnicida paradójico, Ramón Mercader, el asesino de León Trotsky. “Creía ser un lobo solitario que iba a cambiar la historia”, dirá de sí mismo esa sombra alrededor de la que se construye una novela que es una esponja de las ideas más extremistas de unos años ciertamente extremos. Una sombra que se lamentará en un momento no haber sido capaz de entrar en Gaspar Campos, no con un piolet y una Beretta sino con una bomba y hacer volar la Historia por los aires.

Novela de escenas cortas y directas, llenas de nombres que no por ser notas al pie dejan de ser históricos –o precisamente por eso lo son aún más–, La sombra del General tal vez sea el thriller más injustamente ignorado de un año tan lleno de thrillers como el que acaba de terminar. Publicado en una editorial pequeña, con una portada enigmática y alejada de cualquier colección dedicada al género negro, esta historia del asesino-que-no-fue esconde un guiño permanente tanto para el lector curioso de imposibles tiempos que no vivió, así como quienes no pueden –o no se permiten– olvidar cada uno de los pliegues de una Historia con mayúscula, pero finalmente tan minúscula.

La sombra del General. Leonardo Killian Punto de Encuentro 286 páginas

Cabalgando a medio camino entre El juguete rabioso y las memorias de Galimberti, Killian construyó una novela dinámica, que se permite ir hacia adelante y detrás en el tiempo, contada por una voz que intenta descubrir qué fue lo que pasó –o si pasó algo, finalmente– en Gaspar Campos aquella noche. Si es verdad la historia del atentado fallido. Si existió realmente un personaje tan contradictorio como el que fue capaz de intentarlo.

Un padre policía y violento, un anónimo a su colegio secundario, una pistola que se saca en una reunión gremial, escándalos públicos varios. Con Tacuara, Primo de Rivera y la bizarra amalgama nacionalista de aquellos tiempos como punto de partida, la saga se continúa de lo privado a lo público, de lo general a lo particular, sin respiro y sin que falte ni sobre nada. Hay capítulos que son apenas un párrafo, de ser necesario. Pero, sabiamente, su autor decidió no permitirse ningún desliz, no construir ninguna coartada para pasarse de la raya.

Premiado cuentista y sobrino del dibujante Carlos Killian, que ilustró la tapa del libro y para el que Leonardo imaginó la historieta de su historia, La sombra del General parece tener su Alan Moore bien leído: es comic antes que película. Porque a fin de cuentas son personajes del comic, qué duda cabe, nombres como Joe Baxter, Cacho el Kadri, Jorge Osinde y hasta el brujo López Rega.

Con sus lecciones de policial bien aprendidas, Killian imagina una trama que se desliza surfeando la historia, pero se planta sólidamente en su presente, y que vibra a la hora del encuentro esencial, con un Perón muy bien construido y ejecutado. Campeón nacional de tiro con arco, el autor da en el blanco una y otra vez, sin permitirse un paso en falso ni arruinar nada de lo que promete. Por eso puede rajar a su turrito de aquí para allá, hasta llevarlo al encuentro con la historia y la trama, en un relato sólido, veloz y que merece escaparle al olvido e incluso más de una relectura, ya sea refrescando recuerdos o con más de un libro de Historia a mano.

 

Por Martín Pérez
Diario Página12 (Argentina)
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/libros/10-5217-2014-01-12.html

Domingo, 12 de enero de 2014

 

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