Los peces de la fuente |
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Amanecía, y en la fuente los pececitos dorados por salir a jugar desesperaron; De abajo de las flores de loto a asomarse comenzaron Uno, dos, tres… muchos van reunidos en un hermoso grupo como niños de cualquier lugar. Sus padres les prohibieron hasta el parque llegar ahí una concha mecánica había que solía fallar. Como niños traviesos, sin escuchar las recomendaciones de los papás presurosos nadaron hasta llegar a esa enorme concha que abría y cerraba sin parar Entraban y salían a un sólo instante de cerrar pareciéndoles más divertido jugar y a la vez arriesgar. Pero ¡oh!, que de pronto la concha se cerró y ya no se abrió dejando dentro a un pececito que de llorar no paró. En tropel los pececitos dorados a los papás fueron a avisar. Todos juntos la concha pudieron abrir rescatando al pececito arrepentido que entonces dejó de sufrir. |
Ruth Pérez Aguirre |
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