Aguafuerte de un anarco-sindicalista
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Rocío
estuvo ordenando papeles pues necesitamos otro espacio en la casa. En una
valija de cuero, fue revisando -por décima vez- cartas, manuscritos,
afiches, direcciones, proclamas. Borradores de relatos y borradores de
documentos. Papeles amarillos, papeles cargados de emoción, de
sensibilidad. Una parte, muy íntima, seguirá quedando en la biblioteca.
La otra fue donada al Centro de Documentación e Investigación de
Vivimos
un territorio que se desguasa cotidianamente. Un país sin memoria, con
profesionales imbéciles, aspirantes a intelectuales o poetas que
balbucean un sólo idioma, profesores incultos, políticos corruptos,
sindicalistas que dan asco. Seres sin dignidad, sin formación. Huecos,
pero además petulantes. Torpes, pero con dinero mal habido. Sinvergüenzas
con veleros y agua mineral. Groseros, de mal gusto. Ordinarios e incultos.
Eso vivimos, ese es el monumento que logramos conseguir. Y más, mucho más.
Tuve
la fortuna de conocer a Luis Danussi, el papá de Rocío. Un hombre que
fue uno de mis orientadores, de los seres humanos que me ayudaron a crecer
en la vida, la creación, la belleza, lo ético.
Nació
en Bahía Blanca, 1913. Estuvo vinculado al gremio de los gráficos. A los
catorce años se moviliza
por
Sacco y Vanzetti. A los dieciséis se vincula con Bandera Negra. Años
después se inclina por los libertarios más radicalizados,
Con
los años vendrán los nombres de Enrique Balbuena, Diego Abad de Santillán,
Fernando Quesada, Maguid, Osvaldo Bayer, Oscar Pereira, Dardo Batuecas,
Enrique Palazzo, Aaron Cupit, Francisco Aragón. Y otros, cientos de
otros.
Con
él se podía hablar de cine o de teatro, recordar
Viva
la libertad
de René Clair o una obra de Cocteau. O un poema Giovanni
Pascoli. De Giosuè Carducci o de
Su
nombre estará vinculado con numerosas
publicaciones:
Reconstruir, Acción
Libertaria,
Solidaridad Obrera, El Obrero Gráfico, Hombre de América…
Participó
en huelgas, en manifestaciones, en mitines, en conferencias,
en
toda acción directa organizada. Fue encarcelado más de una vez durante
el gobierno de Perón. El cargo: “Desacato al Presidente”. Nos
olvidamos, nos olvidamos de muchas cosas. Fue generoso con
los jóvenes, amplio en sus actitudes, veraz con sus compañeros y
amigos.
Tengo
sobre mi escritorio un recibo. Dice: “Recibí del señor Luis Danussi
los negativos de la película
Amanecer
sobre España
, en
Una
vez quiso escribir un cuento policial. Lo hizo y se presentó a un
concurso de importancia, el de la revista
Life.
Cerca de dos mil concursantes de diversos países hispanoamericanos. El
premio lo obtuvo un joven escritor argentino: Marco Denevi. En el puesto número
diez figuraba un relato,
El
encendedor,
de un autor desconocido: Luis Danussi.
Con
Rocío, emocionados, íbamos releyendo esos originales. Cartas de Luis
Franco, cartas de Danussi a Raimundo Ongaro, discusiones, diferencias,
dolor. Cartas de Juan Antonio Solari, documentación para realizar un
homenaje a Rafael Barret, evocaciones de picnics, certificados y diplomas
de haber estudiado idiomas, apuntes de
viajes
a Chile, a EE.UU. o Uruguay. Conferencias sobre sindicalismo, reflexiones
sobre autores, sobre diccionarios. Pequeños planos de reformas en su casa
de Villa Domínico, presupuestos.
Ahora,
sobre mi escritorio, una pequeña agenda. Observo con atención su letra
menuda. Nombres y teléfonos, direcciones. De compañeros, de amigos, de
familiares. De algunos vecinos. Entre ellos algunos con los que mantuvo
correspondencia.
Helmut Rüdiger,
Lostigen 11,
Stokolm, Suerige.
Carlos Rama, Coronel Alegre 1340, Montevidero, Uruguay. Barcos, Francia
1771, Cerro, Montevideo, Uruguay. Gastón Leval, Mm. Liegois, 115 Av.
Nevilly, Nevilly S. Seine, París. Albert Camus, Nouvelle Revue Francaise,
5 Rue Sébastian-Bottin, París, 7.
Un
anarco-sindicalista. Un hombre que viajaba en colectivo, en tren. Un
ciudadano que atendía las tareas escolares de sus hijos, las cuentas del
almacén, los cumpleaños de sus familiares. Un hombre honesto, sin
recursos económicos. Buen mozo, fuerte, de ojos claros, de cabello
canoso, simpático, de buen carácter. Fumaba dos atados de cigarrillos
por día. No bebía alcohol. Un orador brillante, un ser especial.
Anarquista, sindicalista. Vivió de su trabajo, en los talleres gráficos.
Después de ser secretario general, a los dos años regresó a la rutina
del taller. Para no hacer el servicio militar fue croto. No se casó por
iglesia; no tenía iglesias. No era sectario ni dogmático.
Falleció
en mayo de 1978, de septicemia. Le habían colocado en
Fui
testigo de su cremación. El otro testigo fue Aldo Casanova, un viejo
militante libertario. Hijo de Antonio Casanova, anarquista, nacido en
Betanzos a finales del siglo XIX. El azar o el destino, como usted crea. De origen italiano, amaba la libertad. Sin fronteras. Amaba a España, y naturalmente, a Galicia. Su compañera, María Celsa Rodríguez, era de Quintela de Leirado. Celanova, Ourense. Tuvo dos hijos, Rocío y Ariel. |
Carlos Penelas / Buenos Aires, 19 de septiembre de 2008
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