Voces en el papel de Diego Oquendo Silva
por: Dr. Oswaldo Paz y Miño J 

La imagen de Diego Oquendo que mi memoria evoca de forma automática es la del reportero temerario, inquisidor, audaz, entrando raudo, agitado, con la adrenalina a tope, a tomarse un respiro, en las oficinas del Diario El Telégrafo -del que mi padre era Jefe de Redacción en Quito- la madrugada del 31 de agosto de 1975, cuando se daban las primeras escaramuzas de lo que otro periodista, Byron Rodríguez, en libro de reciente publicación, ha denominado con acierto “La guerra de la funeraria”.El autor de “Voces en el papel” -publicación de Paradiso editores, armada en 624 cuartillas- cumplía tal noche, con su noble oficio, para lo que literalmente se jugaba la vida y apostaba la de su camarógrafo, en la intención de lograr noticias en imágenes de la intentona golpista que le hacía un militar a otro, en una fatua y rocambolesca foja de nuestra república.

Testigo fui a mis veinte años del acto valiente de Oquendo de escurrirse en las sombras, a riesgo de que un franco tirador truncara su camino. He seguido desde entonces, desde mis espacios, la tarea informativa y literaria de un periodista total, que se ha batido bien, dentro de los cánones: del saber hacer y del dejarse hasta el último aliento en el esfuerzo, en los terrenos, difíciles y resbalosos, de la prensa, la radio y la televisión. Y de los libros. “El reflejo de las palabras”. Retratos de la memoria. Huellas del caminante y del camino. En negro sobre blanco, los contenidos vitales de un pionero añejo, lleno de Magisterio. al que algunos mal han copiado. ¡Que entrevistar, no es agredir, ni humillar, ni joder al entrevistado, a guisa de hacerle confesar lo inconfesable, a cuento de la primicia, a pretexto de ejercer fiscalías. La entrevista -Diego Oquendo lo prueba en sus “Voces en el papel”- es como yo la veo, el arte de ser un cazador de instantes, de deberes y delicias, de historias tristes, de discursos amargos. De recoger, a corazón abierto, las confidencias de personajes de toda índole que puedan cambiar el curso de los estados y de las gentes. Es el ejercicio más serio del periodismo, más fino, más seductor, el que se desarrolla, entre las dulces torturas y las sutiles trampas del intelecto, y en los instantes mágicos del pensamiento, que mutuamente se proponen, sin dar ni pedir tregua, el entrevistador y el entrevistado.“Voces en el papel”, que llegó a mí dado el amor de mi mujer, en Navidad, es un libro que destila recuentos. ¿El último? Quizá. Eso lo resolverán Diego y el destino. Lo que no admite dudas es que estamos frente a un manuscrito emocionante, colmado de breves y deliciosos saberes, intenso, histórico, bullidor, revelador. Que puede leerse con total libertad, si es que no la perdemos en las próximas lunas, en decantado desorden. Disfrutando de tener vida y lamentando perder, día a día, la democracia.

“-Monseñor, ¿cómo hay que rezar?-Creo que rezar es muy sencillo. La pregunta me hace recordar la respuesta dada por un campesino: “Se ora como se ama”. Si amamos a Dios y al prójimo, estamos orando.” De la misma manera que una madre ama a su hijo: pensando permanentemente en él, trabajando por él y atenta a lo que pudiera sucederle. Así también el cristiano que ama a su Dios y al prójimo, está pensando permanentemente en Dios y en el prójimo. Se ora como se ama: con suma facilidad, como cuando realmente nos resolvemos a amar.”-“Bella, inolvidable oración monseñor.”“Pág. 323. 

Extracto de la entrevista a Monseñor Leonidas Proaño.

Biografía

Diego Oquendo Silva nació en Quito en 1938. Periodista, escritor, poeta, abogado y doctor en Jurisprudencia. Ha ejercido fundamentalmente el periodismo y ha vivido cerca de los libros toda su vida, como lector y como autor. Ha trabajado en varios medios de comunicación: Diario El Tiempo, de la capital ecuatoriana, Diario Expreso, de Guayaquil. Teleamazonas y Gamavisión, en los dos canales su gestión fue un suceso. A la fecha es editorialista del periódico Hoy, habiendo mantenido por más de 25 años en el Diario El Universo, de Guayaquil, su columna: El gallo de la Catedral. Desde hace tres décadas produce y conduce el programa “Buenos Días con Diego Oquendo” en Radio Visión.

Dr. Oswaldo Paz y Miño
Autorizado por el autor

Gentileza de "Desde la Acacia: la vitrina de los libros y autores"
http://lavitrinadeloslibrosyautores.blogspot.com/

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