Los objetos nos
llaman |
Dice Martin Amis, novelista inglés, que “un buen libro es aquel que cuando terminas de leerlo te entran ganas de pagarle una copa a su autor”. Pues invitado queda a una ronda de vino tinto sellado con denominación de origen Valencia, la tierra en la que ha nacido el gran escritor Juan José Millás, de quien en esta reseña os propongo una pasada por la selección de sus mejores cuentos titulada Los objetos nos llaman. Esta publicación que avala Seix Barral Biblioteca Breve es buena literatura, lo afirmo sin reparos, condensada en 245 prensadas para el absoluto placer de leer. La brevedad de estos 75 cuentos no es otra cosa que depurado arte. Minutos de lectura que alargan y dan sentido a la vida del lector. Detalles más, detalles menos, la obra se adentra de mano propia en la interesante y prolífica existencia del escritor, contada a jirones. Los tintes autobiográficos se desbordan mágicamente. Los leyentes visualizarán en algún tramo que los párrafos son espejos en que mirar las interioridades particulares: las del cuerpo y las del alma, metáforas con las que se encontrarán identidades entre humanos que transitan lunas antes o lunas después por similares laberintos. También claustros en los que estancian todos los que desde la piel intentan descifrar al amor, la soledad o la muerte y entender a los amigos que no entienden la amistad. Pistas para interpretar desde repasos oníricos ajenos los sueños propios. Luces y traiciones a la vista, cegueras y ambiciones sin enmiendas ni reprimendas a los vicios que se gozan a flor de piel, como debe ser. Sin ser. Travesuras literarias desde las distancias insalvables que se planifican con los seres más queridos, a los que se extraña penando cuando para siempre se los ha perdido. La obscenidad con la que se ama a las cosas mundanas, a esas pequeñas miserias humanas, que son los artilugios que proporcionan placer y dolor: el dinero, ejemplo sea. Un par de tetas a la moda no incomodan o unas bragas cortas de esas que infartan y se presienten, pero que bien valen un esfuerzo, aunque sea el último que se pueda contar. Dos cuerpos tiene la obra: ‘Los orígenes’ y ‘La vida’. Léase: El principio y el fin. En el intermedio, el Eros. Y el arte a raudales: la llegada de la escritura, la experiencia de la lectura, la sensaciones de la utopía y el don de la palabra. El viento ligero que llega con la muerte, la realidad y la ficción. La poesía y la inmortalidad de los poetas y pienso en Jorgenrique Adoum, en Neruda y en Antonio Gala. También en las protestas que no debemos dejar pendientes cuando se trate de denunciar la estupidez y la censura... Y en el odio que no se ha de guardar cuando se piensa en los déspotas. |
Fragmento de la obra El problema de soñar un sueño que no es tuyo es que no sabes donde entregarlo. No puedes presentarte en la oficina de objetos perdidos diciendo que has encontrado un sueño perdido. Te tomaría por un loco. Así que te lo tienes que quedar te guste o no. Yo me lo quedé, pero puse un anuncio en el periódico...” (Pág 219) |
Biografía |
Dr.
Oswaldo Paz y Miño
Autorizado por el
autor
26
julio 2009
Gentileza de
"Desde la Acacia: la vitrina de los libros y autores"
http://lavitrinadeloslibrosyautores.blogspot.com/
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