Los acordes del destino
de Yasmine Ghata

Desde Irán letras preciosas para el mundo. Literatura que une.
Por: Oswaldo Paz y Miño J.

Mahoma sentenció: “Los hombres han nacido para ser libres, como el viento del desierto”. “Hay un sólo juez en el cielo y dos en el infierno”. 

La novela de hoy viene de aquel lado del mundo, Irán, de territorios desconocidos para la gran mayoría de nosotros donde se ha escrito sobre el lienzo inmenso de la arena cálida y se ha pautado en ritmos que nos son exógenos. Tiene sonidos diferentes. Es arte puro y lejano.

Cúmplese en ella la palabra de Kahlil Gibran: “La pluma es un cetro, pero pocos son los reyes entre los escritores”. Firma la obra, Yasmine Ghata, acogida con enorme tiento, talante y talento, por Ediciones Siruela, colección Nuevos Tiempos. Ciento quince páginas que os comprimirán el corazón y todos los sentidos.

Desgarrador. Un instrumento, el tar sumido en el luto.

Agobiado de dolor. Consumiéndose en el silencio. Rota su voz. Herido. Desconfiado. Débil. Atrapado por el destino humano. Pagando culpas ajenas. Aparcado en la desgracia. Guarda estoicamente para sí todas sus notas místicas. Es portador de un secreto, que sólo revelará al buen músico, al mejor artista, al más noble de espíritu. Al ser humano predestinado. Al que se le mire la luz del alma en la oscuridad de las miradas del cuerpo. Al heredero de todos los dones. Al Maestro paciente. Al que ha sabido bien llevar el fardo del amor.

La lectura en las justas proporciones viene aderezada con dulzuras y pesares. La Piedra Sagrada es eterna. Palabras a la hora prudente para la cita de corazones cautivados. Un manuscrito aleccionador. Perlas enhebradas sobre el bien y el mal. Sobre la indignidad, la mentira edulcorada y la traición. Y acerca de lo bello de la vida. Del amor y las caricias comprometidas. De la música que acompaña a las ausencias eternas.

Memorias. Recuerdos imborrables. Pasiones inagotables. Tocamientos indispensables. El delirio se ha impreso en seductoras formas. El cuerpo de ella un instrumento prohibido del que surgen las más bellas notas. Las manos de él liberadoras, penetrantes, la acicalan. El ritmo que se prende desde las caderas, sincrónico, incansable.

La ausencia de aire que no mata conduce el eco de los gemidos por entre las cuerdas del tar, por la piel, por los trastes hasta la caja de resonancia, que recibe in crescendo sensaciones, hasta que estallan todas las clavijas, todas las ataduras y los cuerpos logran el clímax. El destino factura sin previo aviso. Ningún crimen queda impune ante los ojos de Alá.

Sea usted un transmisor de silencios. Desarrolle sus sentidos en la soledad de los libros. 

Fragmento de la obra “¿No dicen que el alma de un asesino habita ese agujero cubierto por cuerdas? Quería matar a su doble, quemar el objeto que le mantenía con vida. Tenías unas ganas incontrolables de arrojar el tar para que se volviese puro, vaciarlo de las notas acumuladas, acordes dictados por autoridad a todas las horas del día. Evacuar los vapores del opio y todo lo que mi padre había hecho pasar durante medio siglo”. Pág. 114

Biografía: Yasmine Ghata 

Nació en Francia en 1975 y es especialista en Historia del Arte Islámico. Su primera novela fue ‘La noche de los calígrafos’ y la segunda ‘Los acordes del destino’. Sus dos novelas han recibido el beneplácito de la crítica internacional. Es hija de la también escritora Vénus Khoury-Ghata (Líbano, 1937), residente en París desde 1972, quien ha publicado una veintena de novelas y varios poemarios.

Dr. Oswaldo Paz y Miño
Texto publicado en Diario La Hora

15 de marzo 2009

Autorizado por el autor
La Hora

Gentileza de "Desde la Acacia: la vitrina de los libros y autores"
http://lavitrinadeloslibrosyautores.blogspot.com/

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