Las dos caras de la medalla: por el juego limpio no a las trampas.
Dr. Oswaldo Paz y Miño J.

La penosa: La imagen del deportista Mondaini que poco o nada le ha aportado al equipo más popular del Ecuador. Lo más destacado ha sido la acción antideportiva, ilegal e ilegítima, contraria al juego limpio de haber intentado subir al marcador un gol, que logró con la mano. Trampa, en toda la extensión de la palabra y peligrosa, que elevó al máximo la temperatura del clásico del astillero y provocó la reacción de fuerza, imprudente y alevosa del jugador Elizaga, en contra del árbitro, que fue empujado por el jugador, es decir fue víctima de un acto violento contrario a derecho y a su autoridad. Acción antideportiva que para el presidente de esa célula de la FEF concluyó en que: "Nunca hubo agresión, como dijo Haro en su informe. Peligrosas decisiones para el campeonato nacional y para la seguridad jurídica deportiva de los clubes toma la comisión sancionadora de la matriz del fútbol.

Ojalá no terminen enredándose en sus gelatinosos hilos, esos que se abren y se cierran como los ojos del camaleón, para modificar resoluciones de los árbitros tomadas en la cancha.

La alegre y sana: El triunfo de Liga clasificatorio para la siguiente etapa de la Copa Libertadores. LDU aparece deslotado en el medio. Y apunta a mayores logros en el torneo internacional. Qué acertada ha sido la contratación de las únicas manos del Ecuador, las históricas, las que nos llenaron de gloria, las de José Francisco Cevallos, un señor dentro y fuera de la cancha, un grande, en una entidad de sus quilates. La experiencia es un grado. 

El golero comanda. Es garantía. Aúpa a sus compañeros. Ellos se saben respaldados y juegan con todas sus finuras y técnicas, sometiendo rivales muy cotizados, seguros de que tienen al mejor cancerbero del país en sus filas. Francisco es ejemplo de profesional y persona. Los clubes que prescindieron de sus servicios, mal que la pasan. El Azogues, por ejemplo, se sustentaba en mucho en el actual portero de LDU. Bien por Cevallos. Que medite bien todos sus pasos. Él como Edison Méndez y Agustín Delgado, ya no le deben a la FEF, ni al país. Por el contrario.

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