La
Basílica del Voto Nacional (segunda) |
"La catedral gótica nos revela su secreto. Y así nos enteramos, con sorpresa y emoción de cómo fue tallada por nuestros antepasados la primera piedra de sus cimientos, resplandeciente gema, más preciosa que el mismo oro, sobre la cual edificó Jesús su Iglesia. Toda la verdad, toda la Filosofía, toda la Religión descansaban sobre esta Piedra única y sagrada. Muchos, henchidos de presunción, se creen capaces de modelarla, - y, sin embargo, ¡cuán raros son los elegidos cuya sencillez, cuya sabiduría, cuya habilidad, les permite lograrlo!" E. CANSELIET F. C. H. Octubre 1925 EL MISTERIO DE LAS CATEDRALES. |
La Iglesia se empezó a construir cuando esas formas arquitectónicas estaban de moda en todo el mundo. Los constructores tejieron hermandades y fraternizaron a través de sus obras. |
La presencia del Padre Luis Rodríguez, hombre que literalmente lleva el peso de la Basílica en sus hombros, nos acompaña en el recorrido. Hemos transpuesto la magnífica puerta principal del templo que se orienta hacia el Sur. En la mente, revisamos los primeros andares de esta obra que ha dejado huella al andar, son testigos líticos: la primera piedra que fuera colocada el 10 de Julio de 1982, en la Arquidiócesis de José Ignacio Ordóñez, cuando Presidente de la República Luis Cordero; y el muro de las donaciones, de un par de metros de alto, por tres de largo, donde grabados para la posteridad constan los nombres de personas y familias que aportaron para la obra económicamente buscando indulgencias y espacio en el cielo. El tamaño de la piedra diferenciaba a cada uno de los benefactores. Ninguno ha reportado si su donativo surtió los efectos deseados. Todo esto se encuentra en el costado noroccidental del templo. A cada uno de vosotros os compete mirar al menos. Las piedras os reclaman, no debéis olvidarlas. Que ellas necesitan ser visitadas, escuchadas, no pueden morir de ingratitud. Requieren de consuelo, de mantenimiento, de tiempo y de amor y de donativos que pueden servir de apoyo al momento mismo de ajustar cuentas, en el momento final. Todo aquello que se haga por la Basílica será útil para influir ante San Pedro. Hemos entrado, ya. De sur a Norte. Por la Iglesia matriz consagrada al Corazón de Jesús, que tiene menos años que la que la Capilla consagrada al Corazón de María ubicada en el extremo norte del Templo. En la cabecera de la Cruz Latina que configura la integralidad del mismo. Una puerta, separa las dos épocas. El aire cambia, la inmensidad del espacio en tres dimensiones nos envuelve. Somos dos hombres, absolutamente perecibles, solos en medio de la piedra pulida, incursionando y escuchando el silencio de este Santuario, que aleja de sí lo mundano. Resuenan nuestros pasos, el eco de ellos, se desparrama y toca, una por una las neogóticas columnas, que responden con un sonido seco, pero fraterno. El Sacerdote es hombre solitario, dedicado en vida a la lucha por los pobres, cree que es en esta vida cuando hay que inmolarse por ellos. |
Es introvertido, advierto en él hay gran sabiduría y sentido común. Es de caminar seguro, un convencido de su causa y por ella amigablemente nos conduce hacia el Altar ubicado en la mitad del Templo, detalle arquitectónico característico de este Santuario, que rompe, con el estilo Gótico puro. Estamos en el corazón del monumento, nunca mejor dicho.- Desde el sector del Coro, claramente se apreciaran, las líneas que forman una cruz.- El Padre Rodríguez sabe que su próximo movimiento nos dejará asombrados, y nos pondrá a meditar, como él lo hace cada vez que celebra Misa. Al llegar al sitio al que ex profesamente nos ha llevado, que es el Altar Central, que no el Mayor, localizado al fondo, el gesto del clérigo cambia y nos inquieta, porque se ha tornado adusto, misterioso y es que no es para menos. Por su mente se devuelve en el tiempo y nos comenta que lo que vamos a observar, a él, nadie se lo contó. Que ninguno de los otros frailes que antes que él llegaron y transitaron su obra y su vida por el Templo y que en el oficiaron la Misa, no se lo advirtieron y que cuando él, ahora nuestro guía, reparó en el fenómeno, se quedó inmóvil, conmovido, petrificado. |
Se ha hecho el silencio, elocuente, largo, se desplaza, un movimiento y extendiendo su índice, nos pone de frente a lo que él ya antes descubrió, y de lo que pronto nosotros seríamos testigos: Por sobre el centro mismo de la fachada principal y en dirección hacia arriba, por sobre la maravillosa puerta Española, Toledana, que abre y cierra el templo, y las horas para la oración, está tallado en piedra un Corazón enorme, transparente, de esos que al mirar nos hablan del amor y sobre él, una Cruz Latina, a simple vista detalles arquitectónicos preciosos, pero con un contenido lleno de simbología y de secreto, el que se abre solo ante los ojos de aquellos que se estén dispuestos a creer y a soñar. Es un tema de ubicación y de fe. De tomar o dejar. Metafísico y maravilloso. Detrás de la mesa de celebración del Altar Central, esto es del lado izquierdo mirando hacia el frente, cara al sur, fijando la vista en el corazón tallado en la piedra suspendida en el aire que hace de marco incomparable , está la Virgen María. Sí, allí está ella. Ubicada en el panecillo y también en el Templo, observando a Quito y a su Capilla domiciliada en la cabecera de la Cruz que configura la construcción, tras del Altar Mayor, en el extremo norte. Es una causalidad?; Una casualidad?; Es esto algo esotérico o místico?; Tiene que ver la alineación del Templo con el Cosmos y los insondables misterios de la astrología y el conocimiento profundo? Quién sabe. No hay registros en la construcción, que demuestren que ese efecto fue previsto. Lo que sí es real es que en línea recta y de forma equidistante, cada vez que se celebra Misa en la Basílica del Voto Nacional, los Sacerdotes lo hacen con la Virgen de Testigo. La mirada de la madre de Cristo, recogida por Legarda, cubre a los fieles. El manto de la Virgen se expande por el cielo de la ciudad y la protege. Entre la Basílica y la Virgen del Panecillo hay un espacio que se suspende en el aire, el tiempo y el espacio, un aroma especial, un camino invisible, una aspiración celestial. Para sentir ese especial resuello, hay que subir a las Torres Gemelas del Templo. Hay que encaminarse en línea recta hacia el firmamento. Lo haremos la semana que viene.- La Virgen de por medio. |
Dr.
Oswaldo Paz y Miño
Publicado en el diario La Hora, Quito, Ecuador (25 set 2002)
Autorizado
por el autor
La Hora
Gentileza
de "Desde la Acacia: la vitrina de los libros y autores"
http://lavitrinadeloslibrosyautores.blogspot.com/
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