Farenheit 451, un libro de emergencia nacional
Dr. Oswaldo Paz y Miño Jaramillo

Como que llegamos al punto de no retorno. Nos encontramos en ese estadio histórico, en el que los pueblos, como los orgasmos no se pueden contener y explotan, incendian. Estamos hartos, de todo lo que viene de los políticos. Nos resistimos a seguir escuchando sus habituales mentiras. Y a caer en sus trampas. Estamos: agobiados. Agotados. Ofendidos. Irritados. Ahogados por culpa de ellos, en miseria y gases lacrimógenos. Acorralados. Mermados, en libertades y derechos. Saturados de mentiras oficiales. Desengañados y sobre todo arrepentidos. Desde que nos declaramos República, poco algunos, y nada, los que más, han hecho por el pueblo. Nos han gobernado y nos gobiernan realmente, cuatro o cinco grupos económicos con poder suficiente para impedir cualquier cambio que se intente en beneficio de las mayorías. Sí, los que todo tienen, quieren el control absoluto. Ellos, instalan Presidentes, Diputados y Jueces, y así será, por "secula seculorum", si es que el pueblo no le pone el pare, a esta desgracia nacional que llevamos a cuestas. El Papa, hace poco fallecido, denunciaba, al “Capitalismo Salvaje” y eso vivimos aquí y ahora. En nuestra tierra. Una exhibición inhumana, de capitalismo salvaje, que rinde culto al Dios de la época: el dinero.

Los pobres, son espectadores dolientes. Los forrados en billetes, tienen patente para todo. Hacen lo que les da su regalada gana. Con dinero, tienen un menú casi infinito de opciones para joder al prójimo. Y lo grave, es que la “democracia” se los permite. Al Estado de Derecho, sólo lo conocemos por concepto. En la practica, una quimera. Los ciudadanos de a pie cercados. Y todo por culpa de aquellos que a dentelladas se disputan el manejo no solo de la justicia. También el control de la Fiscalía. y los enclaves políticos ¿Por qué? .Para mantener a cubierto a los “dueños del país” y sus andanzas.

El Poder económico tiene títeres en el poder político. Las marionetas cumplen con proteger los intereses de cuatro o cinco grandes grupos que han parcelado el país. Dicho esto. Se entiende el verdadero "ley motiv" de la pelea actual, en la que los acuerdos son y serán efímeros. Coyunturales. No trascendentes para la nación. Serán producto del miedo. La consigna de los poderosos mantener las cosas como están. Solo cambios cosméticos. No se llega al fondo jamás. Mientras vivan como reyes. la realidad lacerante de la pobreza, ignorancia y poco trabajo poco les importa. No se inmutan. Tienen dinero y con ello lo resuelven todo. Por eso procuran que los pueblos piensen poco y prefieren atosigarnos de distintos opios. Herramientas tienen. Los golpes de efecto cuentan. Entregar fondos millonarios para los equipos de fútbol profesional uno. Tal generosidad con plata popular se promueve en los medios. Pocos cuestionan. Paradójico mientras el fútbol negocio, recibe millones y los dueños de estadios se benefician con aportes del erario nacional, las escuelas de fiscales se caen a pedazos, los niños pobres estudian a descubierto, casi en el descampado, invadidos de bichos, sentados en el suelo, radiografiando la miseria. Pero el circo saca a los sufrientes de la realidad. El paternalismo demagógico del estado, en evidencia. La plata de los contribuyentes ha de gastarse en salud y en educación. En los sueldos de los maestros y los médicos. En la cultura, solo habilitada para los que pueden pagarla. Por ello, los libros son tan caros y el Estado, bien gracias. Por la misma razón elitista, se ha “recuperado” una costumbre, la de permitir el acceso al Teatro Nacional, a quienes “asistan bien vestidos”. Una forma de discriminar pacata. Los que tengan para ir a tono con la moda, la noche, y la alta costura. Tendrán alfombra roja. Los otros ¿No podrán entrar? ¡Que absurdo! Los ayuntamientos que debieran subsidiar las artes, aupan esta burguesa, retrasada e impopular medida. Los de menos recursos excluidos de la Opera, del Teatro, De los conciertos. ¿Hasta cuándo? Las elites en las artes. Al pueblo, solo balón. Y entonces, cuando se dice lo dicho, se fastidian. Que se escriba, temen, les incomoda. Se enojan si los libros se venden baratos. En tanto, los jóvenes no lean, mejor. Los marginales, no entran en sus planes. Los millones regalados a causas de ricos, podían haber sido invertidos en rescatar a los chicos de la calle. El sistema constituido es inhumano. Y la fuerza por ello lo sostiene. No la razón.

Lo dicho queda, y es el contenido de un libro quemante: FAHRENHEIT 451. Del prolífico novelista, poeta y escritor de cuentos cortos, Ray Bradbury, nacido un 22 de agosto de 1920 en Waukegan Illinois. Todo un clásico que podéis encontrar en una Edición DEBOLSILLO, desarrollada en ciento setenta y cinco páginas.

En aquel momento, Clarisse McClellan dijo:
-¿No le importa que le haga preguntas? ¿Cuanto tiempo lleva trabajando de bombero?
-Desde que tenía veinte años, ahora hace ya diez años.
-¿Lee alguna vez alguno de los libros que quema?
-Él se echo a reír.
-¡Está prohibido por la ley!
-¡Oh! Claro…
-Es un buen trabajo. El lunes quema a Millay, el miércoles a Whitman, el viernes a Faulkner, conviértelos en ceniza y luego, quemas las cenizas. Ese es nuestro lema oficial.
Siguieron caminando y la muchacha preguntó:
-¿Es verdad que, hace mucho tiempo, los bomberos apagaban incendios, en vez de provocarlos? Pág. 18

Si, como lo habéis leído. La peor pesadilla. Se meten con los libros. Ellos son las víctimas. El cuerpo de bomberos en la novela, es el encargado de incinerar los libros y perseguir lectores en una ciudad vacía. Llena de coches modernos. Carreteras sin fin. Televisión digital y programas basura. Juegos electrónicos. Y Fútbol. Con ejércitos de chicos satisfechos económicamente, adictos a la velocidad, a la “dolce vita” y a la violencia, que brota de la intolerancia total. Una de aquellas “civitas” de nuestros días, vista, por un escritor premonitorio. Distante la ficción, leemos de una de esas zonas del mundo en las que pensar esta prohibido, por ser un ejercicio nocivo al sistema. Peligroso, para la religión dominante y para el consumo. Para el dictador y su corte que, censuran a escritores. Encarcelan opositores. Amenazan periodistas. Encausan a editorialistas y clausuran medios de comunicación. Novela marcada por la distopía. Una visión de esas urbes, en las que el “mandamás”, declara todos los días, sofisma, de por medio, a las gentes de a pie: “habitantes felices”, por que lo tienen todo. Menos libertad de pensar y expresarse y evadirse del consumo. Novela emergente que denuncia la quema de los libros, el encarcelamiento de autores disidentes, la persecución de los intelectuales, de los cantores populares y poetas. Texto que desenmascara a dictadorzuelos que se declaran demócratas y que tienen como mejor aliado al paredón y como recursos: al chantaje, la extorsión y la violación sistemática de los derechos humanos. El estado de sitio.

“Pero necesitamos un respirador. Necesitamos conocimientos. Y tal vez dentro de un millar de años, podríamos encontrar barrancos más pequeños desde los que saltar. Los libros están para recordarnos lo tontos y estupidos que somos. Son la guardia pretoriana de César, susurrando mientras tiene lugar el desfile por la avenida:” Recuerda, César, que eres mortal. La mayoría de nosotros no podemos salir corriendo por ahí, hablando con todo el mundo, ni conocer todas las ciudades del mundo, pues carecemos de tiempo, de dinero o de amigos. Lo que usted anda buscando, Montag, está en el mundo, pero el único medio para que una persona corriente vea el noventa por ciento de ello está en un libro. No pida garantías. Y no espere a ser salvado por alguna cosa, persona, máquina o biblioteca. Realice su propia labor salvadora, y si se ahoga, muera por lo menos, sabiendo que se dirigía a la playa. Pág. 96.

Lectores, amigos. Esta novela, no puede quedaros como tarea pendiente. Que no. Los libros, se sentirían ofendidos ante acto tan insolidario. Páginas ricas de amor y dolor vividas por los libros y sus amantes, los lectores. Una prueba de fidelidad y advertencias a tomar en cuenta. Los libroadictos, no estamos solos. Y nos comunicamos a través del universo. La palabra de pase, está, en cada tomo. Los quema libros, serán detectados. Y…

Dr. Oswaldo Paz y Miño
Texto publicado en Diario La Hora - abril 2005

Autorizado por el autor
La Hora

Gentileza de "Desde la Acacia: la vitrina de los libros y autores"
http://lavitrinadeloslibrosyautores.blogspot.com/

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