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Guayaquil, no merece, lo que sus dos equipos de fútbol
ahora le entregan. Barcelona y Emelec, mal conducidos desde hace tiempo,
dejaron de ser protagonistas. Han ido de tumbo en tumbo. De decepción en
pena. En el actual campeonato, otra vez, en la primera etapa, fracasaron
con rotundidad, pese a los anuncios, sobre todo de los dirigentes
amarillos, que entre las pocas cosas buenas, que han resuelto este año,
hasta el momento, al menos, está la de haber sido receptivos al pedido,
del representante más legitimo de Guayaquil, que es su Alcalde, su primer
servidor y su primer defensor como no podría ser de otra manera.
Y bien que lo hace, de invitar a todos los ciudadanos a mirar sin costo el
clásico del astillero a jugarse el día de mañana.Que pobreza la del fútbol
profesional del puerto principal. Que contraste, tan grande con el trabajo
positivo, nacionalista e incontenible de su Ayuntamiento.
Este Diario Nacional de pura cepa. Está columna, que
se escribe desde la inclaudicable posición de que sin libertad de expresión
y de prensa, en cualquier país no hay democracia, sino cualquier falacia,
por más que se cosmeticen los hechos, y los acosos, con los que se
intenta someter a las ideas opuestas, se une, con alborozo, con amor y con
tintes de sangre Huancavilca y a mucha honra, para gritar, sin recelo, con
toda la fuerza, con rebeldía. Viva Guayaquil. Viva. Y por siempre sea
cuna de libertades, Guayaquil, libérrima e indómita. |
