Breves anotaciones sobre la historia de la ciudad de Santa Marta (Colombia) |
Ciudad
situada a orilla de una de las bahías más hermosas de la costa norte de
la República de Colombia. Está enclavada al pie de la montaña litoral más
alta del mundo. Es la ciudad más antigua fundada sobre el territorio
colombiano, tuvo un papel importante durante los primeros años de la
conquista española como sitio de intercomunicación entre la península
ibérica y el “Nuevo Mundo”. El
agotamiento de los metales preciosos, la hostilidad de los indígenas y
los continuos ataques de piratas, impidieron su desarrollo urbano y económico
durante la dominación española. A estos factores se sumó su proximidad
a la ciudad de Cartagena que la perjudicaba considerablemente.
Vista
de la Ciudad de Santa Marta Durante
los siglos XVI y XVII cuando los Habsburgo de la Casa de Austria estaban
en el trono español, se mantuvo a la deriva y por fuera de sus
prioridades. En esta época permaneció indefensa, aislada, sumida en la
pobreza y rodeada de los más belicosos indígenas como los Chimilas.
Estos factores determinaron su dramática evolución histórica que en
diversos momentos comprometieron su existencia, pero la tenacidad de los
samarios con su terca persistencia de volver a empezar, la sacaba de las
cenizas después del horror de un asalto de los enemigos de España en
especial de la piratería francesa e inglesa. El
siglo XVIII abrió con el ascenso al trono español de los Borbón de
extirpe francesa, cambiando su destino. La segunda mitad de este siglo
representó un significativo avance urbano y arquitectónico traducido en
las obras militares y religiosas, alternada con medidas económicas que
pretendieron sacarla del considerable atraso urbano, social y económico
respecto a otras ciudades. La
reivindicación de la monarquía española con la atención administrativa
es interrumpida por las ideas libertarias. Los desastres naturales como el
“terremoto de 1834”, las revoluciones políticas y la apertura de la
aduana de Barranquilla, volvieron a estrellarla con su dura realidad histórica. La
construcción del ferrocarril y su utilización en el negocio del banano
le depararon sus mejores años iniciando el siglo XX. Las comodidades y
tecnologías importadas por los norteamericanos irrumpieron en la
cotidianidad samaria, efímera ilusión acabada por los conflictos
sindicales. El turismo renace como una actividad redentora donde aún hoy
están sentadas sus esperanzas.
Catedral
Basílica Menor de Santa Marta Valoración
Geográfica de la Bahía de Santa Marta: El Sitio Promisorio Los
primeros navegantes españoles valoraron las magnificas condiciones geográficas
de la bahía de Santa Marta, por su canal natural navegable propicio para
embarcaciones de gran calado, protegido de los vientos del Norte gracias
por a la formación rocosa que forman las llamadas abras de Santa Ana.
Estas condiciones naturales fueron determinantes para el establecimiento
del asentamiento urbano fundado por Rodrigo de Bastidas, complementado por
la extensa playa donde se mecen las aguas tranquilas del mar Caribe. Este
paraíso natural recibía las cristalinas aguas del río Manzanares,
bautizado por Pedro de Heredia añorando su tierra Madrileña, lugar ideal
para hacer rada y sofocar las sedientas tripulaciones después de los tres
meses de peligrosa travesía oceánica. Génesis
de una Fundación: Un Futuro Improductivo
Santa
Marta Signada por la Flecha y el Mosquete: Poblar o Despoblar, Difícil
Dilema §
Promediando este siglo los metales y la pesca de perlas
comienzan a escasear y de este modo las naves provenientes de España no
tocaban fondo en el puerto samario, pasaban de largo hacia otros puertos
como Nombre de Dios, Veracruz, Portobello y Cartagena. §
La situación de Santa Marta era problemática en la segunda
mitad de este siglo, se hallaba sitiada por dos enemigos. Por el Este, los
Bondas hostigaban frecuentemente con incendiar la ciudad. Por el Oeste
piratas ingleses y franceses inician su retaliaciones al quedar por fuera
del monopolio geoeconómico de los territorios recién descubiertos. Santa
Marta es saqueada e incendiada frecuentemente, que no dejaban crecer el
vecindario. §
Desde la primera mitad del silo XVI, Santa Marta sufre los
consecutivos ataques de los enemigos de España que saquean y queman la
ciudad en reiteradas ocasiones; primero los franceses con Robert Ball
(1543), Pedro Braques (1544), Jaques de Sores (1555) y Martín Cote
(1560). Luego los ingleses John Hawkins (1565), Francis Drake (1585) y el
portugués Cristóbal Cordello (1597); más otros ladrones de mar cuyos
nombres no registra la historia. §
Una férrea resistencia de los indígenas Bondas y Chimilas
con emboscadas en los caminos impedían la búsqueda de alimentos,
afectando su evolución urbana y las incursiones para explorar el
territorio. La Corona española se enfrentó a la disyuntiva de poblar
o desplobar la ciudad que al pasar el tiempo nunca pudo resolver. El
Incipiente Asentamiento Urbano: La Primera Plaza de Armas Española En
principio, Santa Marta se levantó con casas construidas con materiales
que proporcionaba el medio natural, estacadas de troncos de árboles
cubiertas con palma, que se constituyeron en su punto débil por ser fácil
presa del fuego, como el incendio fortuito de 1531.
Palacio
de Justicia Santa
Marta en la Geopolítica Imperial Española: Inicio de un Frustrado
Desarrollo Durante
este siglo, Santa Marta permaneció aislada del contexto geopolítico
imperial español, complicada con la presión externa ejercida por piratas
y corsarios de naciones enemigas como Inglaterra, Francia y Holanda. El
puerto samario queda excluido de la ruta comercial determinada por la
Corona española y con ello, toda posibilidad de desarrollo.
Santa
Marta Después de Godsoon: Miedo y Desplazamiento
La
Indefensión de su Puerto y su Pobreza Económica: Reflejo de su Imagen
Urbana Los
continuos ataques y el estado de indefensión de la ciudad originaron su
estancamiento urbano. La pobreza económica se vio reflejada en su
arquitectura y en sus escasas iniciativas de desarrollo urbano. § Las pocas casas reconstruidas frecuentemente, repitieron el mismo
patrón utilizado en el siglo anterior. Edificaciones de mala factura de
una planta de mampostería con cubierta de teja o levantadas con barro y
bahareque con cubierta de palma, diseminadas en escuetas manzanas rodeadas
de solares. § En el perfil de la ciudad solo se destacaba por su altura y tipología
los edificios religiosos como la iglesia Mayor construida por el obispo
Sebastián de Ocando y la iglesia de San Francisco. Disminución
de la Piratería: Punto de Partida para la Consolidación de su Morfología
Urbana § Durante este siglo se inicia el proceso de protección del puerto
con la construcción de los fuertes de San Juan (1602), San Vicente (1644)
y Betín (1663) de una manera desincronizada. En la segunda mitad de este
siglo se inicia el desfile de ingenieros militares con Francisco Ficardo
(1667), cuya misión era diagnosticar el estado de la ciudad e informar a
la monarquía las alternativas de fortificar el puerto, que se prolongaría
hasta las postrimerías del siglo XVIII. § A finales de este siglo hay un significativo interés por parte de
la monarquía española por la seguridad de la ciudad, se aumenta la
guarnición y reparan las defensas. Esto contribuye al retorno de la
tranquilidad y confianza en su población, como también a consolidar en
definitiva el tejido urbano de la ciudad al no registrarse más
destrucciones e incendios. La
Compleja Cotidianidad de Santa Marta: El Temeroso Vecindario Mirando hacia
el Mar § A mediados del siglo XVII y en prevención de las naves enemigas
que navegaban por las aguas del mar Caribe azotando el litoral, las
autoridades apostaban un centinela en la Torre del Veladero que estaba
ubicado en la parte más alta de la Abras de Santa Ana, para alarmar a la
población en el evento de avistar una de estas embarcaciones, utilizaban
un caracol grande que llaman Fotuto como instrumento de viento y poniendo
una banderilla inclinada a la bahía, señalaban a los vecinos el peligro
de ingreso. La alarma era aterradora, los hombres se preparaban en armas,
mientras las mujeres despavoridas corrían cargando sus hijos hacia el
monte. § Además de este curioso sistema los veladores de Betín utilizaban
humadas quemando cardón para anunciar la presencia de naves inglesas,
francesas y holandesas, era la señal para que el gobernador, los pocos
soldados y parte del vecindario para una defensa inútil por las precarias
condiciones bélicas en las arruinadas fortalezas de San Juan de las Matas
y San Vicente.
Teatro
Santa Marta Las
Reformas Borbónicas: Un Breve Giro a su Designio Santa
Marta inicia esta centuria en un completo atraso económico y urbano, la
piratería disminuye con el ascenso de los Borbón al trono español,
Francia ahora es una aliada. Las políticas internacionales contribuyen a
períodos de tranquilidad, aunque Inglaterra queda como su máxima
enemiga; este siglo representa el máximo desafío por derrumbar el
imperio español de sus territorios de ultramar. § Había incomunicación entre las poblaciones de la provincia
convulsionada por los Chimilas, que impedían la circulación de frutos y
personas en doble vía. § La falta de personal para fomentar la agricultura y
dinamizar el comercio, solo el contrabando de géneros extranjeros a
cambio de palo del Brasil estimulaba la actividad económica. La
Guerra Anglo-Hispana: Alternativa para un Posible Desarrollo § Santa Marta aspiraba a convertirse en plaza activa de guerra
para acceder a las inversiones básicas para su desarrollo y reactivar la
actividad portuaria. Fue negada una propuesta de fortificar la ciudad de
su gobernador Gregorio de Rosales Troncoso en 1761, para impedir que
cayera en manos de los ingleses y pusiera en peligro la seguridad de
Cartagena en aquellos tiempos “Llave del Reino” y estandarte orgulloso
del poderío español ante el fracaso del inglés Edward Vernon en 1741.
El ingeniero militar Antonio de Arévalo truncó sus aspiraciones al
dictaminar que “.....se evidencia que ni la razón de puerto, ni la
situación del comercio obligan a que Santa Marta sea plaza de guerra, no
debe protegerse por no responder a los gastos que origina”. § La ciudad no tenía actividad comercial que contrastaba con
las posibilidades de desarrollo económico y portuario, debatiéndose
entre la corrupción y el comercio ilícito. § A mediados de la segunda mitad del siglo, se revaloriza su
potencial natural con alternativas en función de su economía, la bahía
es resguardada por fortalezas aparentemente respetables para este propósito.
Desafortunadamente los futuros acontecimientos
políticos internos dieron al traste con esa ilusión. La
Recuperación de Santa Marta Durante los Reinados de Carlos III y Carlos
IV: Efímero
Apogeo
Las
Fiestas Reales y Religiosas: Un Escape en Medio de las Dificultades
§
La monarquía española ordenaba por medio de cédula real los
festejos en todas las colonias americanas, algún acontecimiento al seno
de la familia real como: el nacimiento de un heredero, el cumpleaños del
monarca, el matrimonio de un miembro de la realeza o la victoria de los ejércitos
españoles en Flandes era motivo par el regocijo, gozando el pueblo con
toros y comedias en la plaza Mayor. §
Para estas ocasiones se ordenaba iluminar la ciudad, se recogía
los cardones secos tan abundantes en los cerros circundantes, cuyo corazón
es flexible y arde como una antorcha; igualmente se extraía la medula de
la semilla del corozo para sacar aceite que servía para alumbrarse. Santa
Marta en la Transición de la Monarquía a la República: Irónico Papel La
lucha contra el comercio ilícito, el orden fiscal y los lineamientos económicos
impuestos por los Borbón en el siglo anterior permitieron un breve
progreso de la ciudad, interrumpido bruscamente por las primeras
manifestaciones libertarias. Santa Marta asume su rol de ciudad realista a
pesar de la histórica indiferencia de la monarquía, aunque gozaba de su
reivindicación en esos momentos.
El
Puerto de Santa Marta en los Nuevos Mercados: Puente Transculturizador de
la Sociedad Samaria
La
Sub-utilización del Puerto y la Abolición de la Esclavitud: Fuerte
Depresión Económica
Las
Guerras Internas y los Desastres Naturales: Un Retroceso en su Imagen
Urbana Durante
este siglo Santa Marta fue golpeada por las guerras y los desastres
naturales, estos incidentes no dejaron desarrollar la ciudad, poca
atractiva para los viajeros de este siglo.
§
Las revoluciones políticas del país en 1860, y entre 1873
y 1879 tienen como teatro bélico las calles de Santa Marta, la Catedral y
algunas casas son blanco de estos combates. §
La inundación del río Manzanares en 1894, llamado como el
ciclón del 94, averío la obra del ferrocarril y algunas casas, hubo una
seria emergencia afortunadamente sin victimas. §
La aparición de la vía férrea en las afueras de la ciudad
se convirtió con el paso del tiempo en el límite de su perímetro
urbano, trastocando morfología urbana. La
Pausada Cotidianidad de Santa Marta: Cuatro Tradicionales Actividades §
Hasta hace un siglo, el río Manzanares era la fuente hídrica
abastecedora de la ciudad, la cercanía del río a la ciudad determinó
que el aljibe o cisterna no fuera indispensable en la mayoría de las
viviendas. El baño matinal se constituía en la primera actividad general
de los samarios, por los senderos de veían desfilar la gente a pie o en
bestias directo al río, cabezas de rizados cabellos portaban enorme
tinajas de barro cocido con el preciado liquido. Igualmente los aguadores
recorrían las polvorientas calles vendiendo agua en sus carretas o
bestias que cargaban los barriles. Por otra parte las mujeres aprovechaban
el mediodía para realizar sus actividades de lavandería. §
La segunda Actividad era el mercado entre las cinco y nueve de la
mañana, era el espacio y tiempo para el chismorreo entre saludos y
compras. Al calentar el sol las calles quedaban desanimadas. §
Seguía la siesta después del almuerzo sobre una hamaca después
del almuerzo que se colgaban en los zaguanes y patios sombreados de las
viviendas, era cuando la ciudad hacia una pausa que hasta disgusto generó
en las tripulaciones que se cansaban de hacer señas pidiendo autorización
para entrar al puerto samario, nadie se movía y los frustrados navegantes
seguían su rumbo a otro puerto cercano como Sabanilla o Riohacha. §
Al final de la tarde se recibían las visitas, los samarios
aprovechaban para exponer su vocación literaria o musical; también se
paseaba por la playa.
Casa
Madame Agustine El
Ferrocarril y el Banano: Revolución Económica y Cultural Las
esperanzas del renacimiento económico estuvieron sentadas en el
ferrocarril, pero las dificultades financieras impidieron concluir el
proyecto que llegó hasta Ciénaga. Surge la idea de sembrar banano en las
zonas aledañas a esa población y el ferrocarril es vital para sacar la
fruta, llevándola hasta el puerto de Santa Marta para cargarla en buques
con destino a los Estados Unidos.
La
Industria Turística: Ilusión a Largo Plazo
La
Vía Férrea: El Perímetro de la Ciudad y su Alteración Morfológica A
principios de siglo la construcción de la vía férrea se convierte en el
borde del centro de la ciudad hacia el Este. · No obstante una década después se evidencia su desborde hacia el
Norte con el Barrio Olaya Herrera para el personal que laboraba en los
muelles. Al Sur, el Barrio El Prado con todas la comodidades de una
comunidad autosuficiente (clínica, canchas de golf, hospital,
cooperativas, viviendas, etc.), construido para el personal
norteamericano. El
Puerto y el Ferrocarril: Inicio de la Obsolescencia del Centro Histórico · El puerto y el ferrocarril fueron consolidando una zona de
tolerancia hacia el Norte de la ciudad con bares y casas de lenocinio,
este fenómeno originó el desplazamiento de muchas familias
tradicionalmente residentes en el centro hacia otros puntos de la ciudad. La
calle de las Piedras fue famosa por la gran cantidad de burdeles prestos a
satisfacer las necesidades de las tripulaciones de los vapores anclados en
el puerto. · A mediados de siglo comienza la degradación arquitectónica
del centro histórico, muchos caserones coloniales caen ante el afán del
mal llamado progreso, en especial con la arquitectura bancaria. El uso
comercial exige nuevos patrones de fachadas que obliga la deformación de
fachadas originales. · Hoy (2006), el Centro Histórico se ve asfixiado por la gran
congestión del trafico automotor y la proliferación de ventas
estacionaria sobre el espacio público. Se ha iniciado un proceso de
recuperación integral con el relleno de la playa, la construcción de
espolones en el mar y la intervención al Camellón, cuyos resultados son
a mediano plazo. |
Arq. Álvaro Ospino Valiente
Santa Marta, agosto de 2006
Publicación autorizada, para Letras-Uruguay, por parte del autor, el día 28 de enero 2008
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