En
entrevista con MILENIO, el teniente coronel expresa su respaldo a la
estrategia del presidente Felipe Calderón contra el hampa y pide a la
sociedad quitar “el halo de misterio” que hay sobre los capos, pues
“son como cualquiera: tienen miedo a morirse y les entran las balas
igual que a cualquiera”.
¿Qué piensa de la actual guerra contra el narco alguien como usted, que
la libra desde una trinchera fundamental?
El Presidente se aventó contra toda la estructura criminal, tan
fortalecida y tejida en la estructura social. Y el Presidente, a pesar de
que pudiera generarle negatividad, de que se le iban a venir encima la
sociedad o los empresarios, ha adoptado la estrategia necesaria. Dicen que
se generó más violencia. ¿Entonces vamos a permitir que sigan (los
capos) reinando y apoderándose del gobierno, de la sociedad, de la mente
de la juventud? No debemos permitirlo. Entiendo bien la estrategia del
Presidente y cada uno en el nivel que nos toca tenemos que empujar la
estrategia y tenemos que apoyarla. Vamos a ir con él.
Parece que no hay policías considerados héroes, pero a usted se le
empieza a ver así. ¿Qué siente ante esa responsabilidad?
No siento ninguna carga. Tengo claro que primero hay que recuperar una
corporación, luego una ciudad y luego la conciencia de una ciudadanía.
Es cierto que la sociedad carece de ejemplos, las corporaciones carecen de
ejemplos y tienen que generar esos héroes urbanos positivos, porque
estamos llenos de ejemplos negativos como El Chapo Guzman, los Beltrán
Leyva, García Ábrego o Caro Quintero. Pero del lado bueno, ¿quién? Y
no porque me sienta el que va dirigir las huestes de la ley. Cada uno de
los que asumimos un trabajo como representantes de la ley, en cuanto
llegamos al puesto aceptamos el paquete completo: el sueldo, el cargo y el
riesgo. Quien no lo vea así es corrupto, porque no está cumpliendo con
su deber. Tengo amenazas diarias. Diario me están diciendo que me van a
matar. La seguridad pública en estos tiempos no es un juego, no es para
principiantes. Es para alguien que conozca, alguien profesional.
¿Por qué llama mugrosos a los narcos?
Hay una situación importante. Aquí en Tijuana, no sé si en el resto de
la República, hablar de un delincuente era hablar de cosa prohibida.
Nadie se refería a los capos. Nadie hablaba de ellos. Sabíamos que existían
las estructuras criminales, sabíamos quiénes eran, pero nadie lo decía.
Como que ellos se rodeaban de un halo de impunidad, de misterio, de seres
indestructibles. Lo que nosotros tenemos que hacer, los que representamos
la ley, es bajarlos de esa nube.
¿Es propaganda de guerra?
Hay que hacerle entender a la sociedad y a nuestra tropa, a nuestros policías,
que estas personas no vinieron de Marte. Son gente que creció aquí y que
tiene debilidades, bajezas como cualquiera y además tienen miedo a
morirse, igual que cualquiera. Y les entran las balas, igual que a
cualquiera. A la sociedad hay que enseñarle a que los conozca y a que les
quiten ese halo de dioses, son humanos como cualquiera. Que aprendan a reírse
de ellos. No porque sea fanfarrón; no me gusta a mí ser fanfarrón, pero
cuando digo que El Teo es un gordo asqueroso, que lo es, la intención es
que la gente se dé cuenta de la clase de rufianes que son, son
criminales, son delincuentes.
¿El cadáver de Arturo Beltrán Leyva con joyas y dinero encima es algo
así?
Ahí no participé yo.
Pero lo que dice me suena a eso.
Esa vez murió un marino en el enfrentamiento. Cuando eso sucede, los
oficiales se enardecen, y cuando ven el cuerpo de quien fue (el capo),
expresan ese coraje y hay una intención de desquitarse. Creo que eso fue
lo que sucedió. Tal vez no fue algo planeado, fue algo que ocurrió en el
momento. Fue como reducirlo a un montón de billetes que no representaban
nada al final, cuando lo tenían como El jefe de jefes. |