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La memoria del aire |
Espinoza Sánchez y las ergástulas del Emperador
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¿Cómo un título novelístico peruano va por
su XI edición (la XII sale en setiembre) sin que ello haya
repercutido en la opinión pública nacional e internacional? Se trata de
“Las cárceles del emperador”, novela-testimonio del poeta Jorge
Espinoza Sánchez, sobre la prisión de 15 meses que él tuvo que sufrir
por falsas acusaciones de formar parte del MAP (Movimiento de Artistas
Populares) uno de los organismos de fachada del Partido Comunista del
Perú, más conocido como Sendero Luminoso. |
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Creo que el libro, este libro, se sostiene por la condición de poeta integérrimo de su autor, Jorge Espinoza Sánchez, quien es testigo y víctima de los atropellos incontables aquí enumerados, mas nunca de manera “objetiva”, pues el autor era protagonista de las vicisitudes trágicas aquí descriptas, y que tocan lo más bajo de la condición humana –como los alimentos aderezados con excrementos de ratas y con las ratas mismas que, en no pocas ocasiones, aparecen en los platos de los comensales, más del 70% de los cuales estaba tuberculizado, especialmente en el sector de los recalcitrantes senderistas, que no tenían visita familiar, pues se negaban a que se “carnetice” a sus familiares, ya que era exponerlos a que, en cualquier momento, fueran acusados de terroristas y detenidos y confinados y torturados, como ellos mismos; y lo anterior es importante pues ante la bazofia “alimenticia” del menú canero, los otros presos iban tirando con los alimentos que los familiares, en las visitas, les traían, y ellos, por arte de birlibirloque, hacían crecer y multiplicarse para varios días…y los demás, era ayunar y comer unos panes fríos o ese líquido siniestro que se servía a guisa de desayuno.
El libro, es verdad, deviene en una
lectura agobiante, pero necesaria, porque la época y las circunstancias
–recientes-que son allí reveladas, constituyen un escarnio para la
condición vejada de la criatura humana, que aquí padece no solo la
tortura física en sí, sino la psicológica que, en medio de varazos,
patadas y ominosas vejaciones, sin embargo, no consiguen doblegar a un
ser que se mueve por valores como la justicia, el bien y la
superación de las desigualdades sociales que, en el fondo y la forma,
son las motivaciones de los presos políticos, cualesquiera sean sus
militancias o facciones. |
Winston Orrillo
orrillowinston@gmail.com
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