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La memoria del aire |
Carlos Zúñiga Segura, Gran Señor de Tayacaja |
Carlos Zúñiga Segura es un arquetipo del trabajador intelectual, del creador, del poeta, forjado por sus propias fuerzas entrañables, impertérritas. Nacido en Pampas, capital de la provincia de Tayacaja, departamento de Huancavelica, él es no solo un escritor a tiempo completo – en poesía, prosa narrativa y ensayística- sino que, con su revista de poesía “La manzana mordida” (1975) y sus ediciones “Capulí” (1975, ha coadyuvado, de modo decisivo, a la producción literaria nacional, sin apego a las tradicionales –y repudiables- argollas, sino, más bien, con la búsqueda, permanente, de convertirse en puerta –grande- de ingreso a nuestras letras , especialmente de aquellos autores jóvenes o secularmente postergados por las mafias literarias ad usum. Miembro del Consejo Directvo de la ANEA, es Presidente de la Asociación de Escritores y Artistas de Tayacaja, y autor de más de media docena de poemarios, entre los que destacan “Inaguracion de la ausencia”, con ediciones en Mèxico y el Perú, ”Hijos del arco iris” y Señor de Marbella”, entre otros. En prosa –prometemos reseña- acaba de lanzar “Flor de Purhuay”, mientras que es un generoso –e imprescindible- antólogo, especialmente en el campo |
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de la poesía de amor, poemas para niños, poesía infantil peruana, literatura de Junín, entre varios otros títulos; y acucioso ensayista en la búsqueda de las huellas de Daniel Hernández, Antonio Raymondi y José María Arguedas, en Tayacaja, así como de Magdalena del Mar en la Literatura Peruana y Huancavelica en las tradiciones de Palma, entre muchos otros títulos. El libro del que ahora nos ocuparemos, se titula “Memorias de Santiago Azapara Gala, gran señor de Tayacaja”, y es una suerte de poema épico-lírico, en el que este personaje arquetípico se convierte –en realidad- en una encarnación del espìritu histórico-mítico de su pueblo, ya que aparece en la lucha antihispánica, en la Batalla de Ayacucho: luego en la resistencia contra el pérfido invasor chileno, en heroicas jornadas de 1883, con la participación del mero pueblo, que hace correr, verbi gratia, al depredador en Tocas, en Pampas… Santiago Azapara Gala, es, en realidad, la encarnación del ojo vivo de la historia de su pueblo, al que acompaña, asimismo, en la fundación de la Independencia,y la construcción –feraz- de templos y capillas; en partidos de fútbol, faenas toreras, la llegada del primer auto de Huancayo a Pampas –el 5 de junio de 1925- para, al fin, arribar a lo que podría ser la mera historia del personaje, y su amor por la infortunada Purun Hayta “ojos azules/sabor de blanquillo/dulzura de capulí”, hasta que fundó su propia “casa de piedras/ichu/barro//en el paraje de San Juan de Luicho”, donde vive con su torcaza/bajo un cielo de fiesta permanente”, donde “Noche a noche desnudos, danzamos/al celebrar la íntima alegría del sexo/ hasta caer extenuados en el pasto húmedo/ y provocar la evidia de los dioses…” El poeta Carlos Zúñiga alcanza cotas de excepcional belleza en el crescendo final de este canto singular en la poesía peruana: ”Si quieres conocerme,/ soy Santiago Azapara Gala,/ Gran Señor de Tayacaja…No me niegues tu compañía:/ cada mañana que canta, /cada noche que llora, /acaricia conmigo la memoria del ancestro/ que aún es sangre viva.// Llámame amigo/compadre/ hermano,/ o simplemente abrázame/ con el fogón encendido de tu cariño.” Todo un símbolo sui generis en la creación lírica peruana: un testimonio de la continuidad de la vida, del arte, de la historia de nuestro pueblo entrañable. Un gran acierto poético de Carlos Zúñiga Segura, creador incoercible. |
Winston Orrillo
orrillowinston@gmail.com
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