El sueño de la mujer de Pilatos

poema de Silvina Ocampo

 

En la noche crucé el campo de avena

y llegué al suelo oblicuo y escarpado

donde brillan las piedras del collado

debajo de la fronda nazarena.
Un hombre en la distancia, amenazante,

por la senda a mi encuentro caminaba.
No pude huir, pues ya me cautivaba

su imagen como el fuego de un diamante.
Llegué a la cercanía de su cara

y una líquida luz azul, de llanto,

no me dejó mirar su alado manto

ni sus dos manos, ni su frente clara.
Como un día festivo y admirable

llenóse el mundo de invisibles cosas,

de harpas y de guirnaldas voluptuosas.
Perdura en mi recuerdo, inmemorable,
la ráfaga de olores delicados
que borrando en su espacio, las ciudades,
elaboraba en las oscuridades,
los cedros, los olivos, los granados.
Sin hablarnos bajamos a los valles.
En el silencio de los campamentos

acudían los perros con lamentos.
La noche recorría enormes calles.
El humo del follaje melancólico

fugitivo, entre estrellas, levemente
abría su frescura de relente
en un ámbito pródigo y simbólico.
Me pareció que era el final del mundo

y que en. el interior de mi retina

obediente, surgía la divina

visión que me infligía un vagabundo.

Temiendo que mi dicha se acabara

con mis palabras, quise retener

lo que sabía ya que iba a perder:

el universo entero en esa cara.
Inicié el diálogo de mi tristeza.
Con una voz que no era mía dije:
—¡Por qué la dicha tanto nos aflige!
—Como el dolor o como la pobreza.
—Ah, cuándo podré hallarte yo en mi vida,

y entre murallas o en la tierna hierba,

ser dócil como es dócil una sierva,

respetuosa, despierta, agradecida.
El brillo de tu rostro y la belleza

son del color del aire que nos une:

no quisiera, señor, que me importune

otra visión de la naturaleza.
Soy casada y el libio mediodía,

en la huerta, debajo de un manzano,

guarda mi sueño dentro del verano.
Para esperarte siempre dormiría.
—No será vana tu desolación

en el abrazo amargo de este lecho.

Transido el corazón late en tu pecho,

como si vieras mi crucifixión.

poema de Silvina Ocampo

 

Publicado, originalmente, en: Los Anales de Buenos Aires Año II Nº 13 Marzo de 1947

La revista Los Anales de Buenos Aires fue una revista mensual publicada por la institución cultural del mismo nombre, cuya dirección estuvo a cargo de Jorge Luis Borges.

Se publicaron 19 números entre enero de 1946 y principios de 1948 pdf

Gentileza de Ahira. Archivo Histórico de Revistas Argentinas que es un proyecto que agrupa a investigadores de letras, historia y ciencias de la comunicación,

que estudia la historia de las revistas argentinas en el siglo veinte.

Link del Nº 13: https://ahira.com.ar/ejemplares/los-anales-de-buenos-aires-no-13/

 

Ver, además:


            Silvina Ocampo en Letras Uruguay

 

Editor de Letras Uruguay: Carlos Echinope Arce   

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