Nadie tiene la llave
Fabián Núñez Baquero 

¿Y qué podría decir Jalil Gibrán ante una cola para legalizar un récord policial?

Ni Platón lo sabe, menos Einstein.

Yo por lo menos me como gorilas con este homenaje que hago a los policías

Nadie tiene la llave para saber las buenas nuevas de esta época

Ni hay computadora que adivine tanto rollo de la vida.

Hoy, en Quito 2005, se me cae el hígado de tanto asco

Que me visita cuando pienso en el sueldo de un diputado

Si lo comparo a la urgente necesidad de tomar un bus. 


¿Podría interesarse el gran Zaratustra en todo el vía crucis de un emigrante?

Juro por Shakespeare que no.

Sólo yo sé de memoria la vergüenza de ser un tele-cornudo

Y las tripas que se necesita para aguantar ser casado a distancia. 


Y no pregunten por los hijos, ¡por Dios no pregunten por los hijos!

Piensen sólo en el sufrimiento de un escritor como Cervantes

Obligado a hacer reír a la gente para olvidar las estupideces de su hija

Y los crímenes junto a su casa. 


A Esquilo no le hubiese gustado

Sacar su cédula de identidad

O que le espulguen si es casado o pederasta

Sólo piensen un momento en tanta plata que sacan

Con el cuento del récord policial

Y con las firmas de tanto imbécil sólo para agonizar en otro país 


¿De qué sirve el internet si hay que madrugar ante los burócratas

Para hacerse marcar con el sello de la bestia de turno? 


Maldita sea cómo me barren el alma y los bolsillos

Cómo me hacen sentir un pobre gusano jorobado

Pisoteado en la calle como cáscara de plátano

No quiero estar en este país

Tampoco en otro.

En ambos me tratan como a robot de sudor

Como a pollo frito listo para la cena 

Fabián Núñez Baquero
Poema tomado de "Misiva con Zumbambico" 

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