¿Qué hacer con este Golem?
Por ENRIQUE NOVICK

¿Por qué a la vana/Madeja que en lo eterno se devana/

Di otra causa, otro efecto y otra cuita?
El Golem - Jorge Luis Borges

Judá León,

aquel rabí

de Praga,

cuya existencia,

personales

cuitas

glosara

con tanta

erudición,

ingenio

Borges,

se cansó

al fin

de las rebeldes

actitudes,

desparpajo

de esa criatura

que él creara,

tan elemental

y amorfa,

por mal nombre

Golem.

No se trataba

en modo alguno

de ineptitud,

pereza

de su parte;

simplemente

que el muñeco

de barro

le exigía

de viva voz

(ahora dominaba

la palabra,

o ésta a él:

dilema grave)

beneficios sociales,

complementario

sueldo,

pagas vacaciones,

su afiliación

al sindicato

del personal

doméstico.

 

Cosa inusual

en este

remedo

de hombre,

sin alma

ni identidad

posibles.

¿Quién ignorar

podría

lo justo

del reclamo?

Mas el mismo

superaba

en forma

holgada,

los magros

ingresos

del rabí,

su sinagoga,

y aquél concluye

por invocar

de Dios

la intervención,

Su bendita

presencia;

escuchando

en Su voz

y de tal suerte

la respuesta:

-No pretendas

convertir

Mi nombre

en fútil

pretexto

que no acepto,

para poner

término

a la obra

de tus propias

manos

Cometiste

un desliz,

cruel

desatino,

asume pues

 

su consecuencia

inmediata

como un hombre

cabal

a ciencia cierta.

Observa

ante el gastado

azogue

de un espejo,

tus mismas

pasiones

reflejadas,

tus defectos

y miedos.

¿Qué resta

del ser aquel

el cual

forjé

con tanto amor,

solicitud

y desvelo?

Sólo esta nave

solitaria,

que el viento

arrastra

sin destino

cierto

ni seguro

puerto.

Acabada

mi obra,

en tu rostro

vertido

mi aliento,

te corresponde

a ti,

velar por ella.

Antes de destruir

tu criatura:

velada forma

de tu ambición,

desmedida

soberbia

¿No pensaste

en construirte

tú, primero?

Enrique Novick

Ir a índice de América

Ir a índice de Novick, Enrique

Ir a página inicio

Ir a mapa del sitio