¿Qué hacer con este Golem? |
|
¿Por qué a la vana/Madeja que en lo eterno se devana/ Di otra
causa, otro efecto y otra cuita? |
|
Judá León, aquel rabí de Praga, cuya existencia, personales cuitas glosara con tanta erudición, ingenio Borges, se cansó al fin de las rebeldes actitudes, desparpajo de esa criatura que él creara, tan elemental y amorfa, por mal nombre Golem. No se trataba en modo alguno de ineptitud, pereza de su parte; simplemente que el muñeco de barro le exigía de viva voz (ahora dominaba la palabra, o ésta a él: dilema grave) beneficios sociales, complementario sueldo, pagas vacaciones, su afiliación al sindicato del personal doméstico. |
Cosa inusual en este remedo de hombre, sin alma ni identidad posibles. ¿Quién ignorar podría lo justo del reclamo? Mas el mismo superaba en forma holgada, los magros ingresos del rabí, su sinagoga, y aquél concluye por invocar de Dios la intervención, Su bendita presencia; escuchando en Su voz y de tal suerte la respuesta: -No pretendas convertir Mi nombre en fútil pretexto que no acepto, para poner término a la obra de tus propias manos Cometiste un desliz, cruel desatino, asume pues |
su consecuencia inmediata como un hombre cabal a ciencia cierta. Observa ante el gastado azogue de un espejo, tus mismas pasiones reflejadas, tus defectos y miedos. ¿Qué resta del ser aquel el cual forjé con tanto amor, solicitud y desvelo? Sólo esta nave solitaria, que el viento arrastra sin destino cierto ni seguro puerto. Acabada mi obra, en tu rostro vertido mi aliento, te corresponde a ti, velar por ella. Antes de destruir tu criatura: velada forma de tu ambición, desmedida soberbia ¿No pensaste en construirte tú, primero? |
Enrique Novick
Ir a índice de América |
Ir a índice de Novick, Enrique |
Ir a página inicio |
Ir a mapa del sitio |