Amigos protectores de Letras-Uruguay

 

Si quiere apoyar a Letras- Uruguay, done por PayPal, gracias!!

 
 

La cultura Lima
María Luz Murguía
amili_670921@hotmail.com

 
 

Introducción

Contenido

Ubicación geográfica

Etapas de desarrollo

Arquitectura

Templo Cerro Culebras

Huaca Trujillo

Pirámides escalonadas

Las Tumbas

Religión

La Gran Pirámide Ceremonial pucllana

El área administrativa

Otros sitios importantes

Organización política, económica y social

Cerámica

Textilería

Metalurgia y otras labores

Bibliografía

 

Introducción

 

“De todos los valles de la costa peruana, el valle de Rímac es el más rico en ruinas y resto de construcciones antiguas, particularmente en la región baja, vecina al mar, donde se encuentran en gran cantidad”

 

Yo elegí este tema porque la Cultura Lima (100 – 650 d.C.) tiene el nombre de mi ciudad y a mí me gusta ésta por eso quise saber más de ella. A parte la Cultura Lima es muy interesante y no es muy conocida, por lo que me animé a investigarla.

Max Uhle bautizó con el nombre de Proto Lima a la cerámica más antigua (anterior a Tiahuanaco) encontrada en el valle del río Rímac (que proviene de la palabra quechua Rimaq, que significa "el que habla"). En 1963, Thomas Patterson propuso los términos de Miramar para las primeras fases y Lima para las más tardías. Sus templos fueron grandes estructuras piramidales, a partir de construcciones compactas formadas por adobes pequeños y apilados uno debajo de otro.

La cultura Lima radicó en los valles de Ancón, Chillón, Rímac y Lurín, o sea en la Comarca de Lima propiamente, y llega hasta Huacoy, Ñaña y Huaycán, ascendiendo por el cauce de los tres últimos ríos. Es posible que el área de su difusión haya sido bastante mayor, pues se ha encontrado cerámica Lima en sitios tan altos como Canta, en la cuenca del Chillón, y San Pedro de Casta y Matucana en la del Rímac.

El nombre original de esta Cultura fue Rímac. A principios de siglo Uhle fue uno de los primeros en estudiar esta cultura sugiriéndole un nombre singular Proto Lima.

La dificultad que he encontrado es que no hay demasiada bibliografía acerca de ella, sin embargo trataré los puntos más importantes.

 

Contenido

 

Nuestra ciudad capital, Lima, fue el escenario del desarrollo de una de las civilizaciones más enigmáticas de las que se han identificado para el período de tiempo que se desarrolló entre los años 200 y 700 d.C.: la Cultura Lima.

Dueños de un medio geográfico dadivoso y rico supieron aprovechar de manera responsable los recursos naturales.

En aquel tiempo, Lima distaba mucho de lo que vemos en la actualidad y, aunque no se crea, tampoco era todo terreno de cultivo: la realidad era más compleja y Lima tenía una conjunción de ecosistemas que la hacían un precioso paraíso en medio del desierto.

No se trataba sólo de extensas áreas de tierras de cultivo con las sencillas viviendas de los pobladores lima, además de ello teníamos bosques de guarangos, taras, molles y diversos árboles frutales; las numerosas acequias y canales abiertos formaban su propio bosque ribereño y además los humedales se extendían en la desembocadura de los ríos y sobre todo en la zona sur de Lima, en los actuales distritos de Chorrillos y Villa el Salvador hasta la desembocadura del río Lurín.

El mar en ese tiempo no se encontraba contaminado y la presión sobre la biomasa marina era menor: había gran abundancia de recursos provenientes del mar, va a ser precisamente la explotación del recurso marino lo que va a permitir el gran desarrollo de la civilización de los lima.

Los lima no vivían aislados: existían varios pueblos desarrollándose en ese mismo tiempo y al parecer los antiguos limeños no fueron muy afectos a contactarse con sus vecinos, permanecieron mucho tiempo cerrados al resto del mundo andino y sólo al final de su historia empezaron a intercambiar con sus vecinos, Al norte teníamos a los moches, al sur a los nazcas. Pero estos pueblos al parecer, no tenían mayor interés de entrometerse en los asuntos de los lima, sólo al final de estas sociedades existiría un contacto que les permitió que se desarrollen ciertas influencias en el arte y los rituales entre ellos.

Detalle constructivo de la Cultura Lima

 

Ubicación geográfica

 

Los lima ocuparon el área del actual departamento de Lima, entre el desierto costero, las vertientes andinas y los valles. La adaptación y manejo del entorno geográfico les permitió la construcción de aldeas y centros urbano-ceremoniales.

Su núcleo central de desarrollo estuvo localizado entre los valles del Chillón, Rímac y Lurin.

Se extendió por el norte hasta el valle de Chancay y por el Sur por el valle de Mala, por el este hasta las estribaciones andinas “más allá de Santa Eulalia”.

Se postula que los Lima eran de origen aymara, llegados a la costa central en una de las olas invasoras con que ese pueblo asolaba los Andes Centrales desde sus remotos lugares de origen en Coquimbo, Chile y Tucumán en la Argentina. La invasión aymara debió realizarse en forma muy temprana, posiblemente durante las postrimerías de la era Chavín, pues al principiar el período Floreciente (200 d.c.) los Lima se encontraban firmemente instalados en la costa central y ostentando una cultura que, si bien mostraba puntos de contacto con la Chavín, tenía características propias que acusaban un largo lapso de maduración.

El padre Villar Córdoba (1935), uno de los más importantes estudiosos de la arqueología del departamento de Lima, demuestra filológicamente el origen aymara de la mayor parte de las viejas poblaciones de la comarca limeña. El análisis de la etimología de los nombres de los asentamientos de la cultura Lima demuestra, según él, que se tratan de expresiones aymara, tales como: Cera Hualla (Carabayllo), Copa Cabana, Collique, Caxamarquilla, Lati, Huachipa, Maranca, Huadca Hualla, Chucuito, etc.

Además, el arqueólogo ecuatoriano Jacinto Jijón y Caamaño (1949), en las excavaciones que llevo a cabo en Maranga en 1925, encontró varios restos que probarían la filiación aymara de la cultura Lima. Entre ellos destaca la presencia de varios ceramios en forma de kero de marcada influencia Tiawanaku, y la existencia de una balsa de totora típicamente altiplánica, construida de acuerdo a los procedimientos artesanales más característicos de esa región.

Jijón y Caamaño (1949), basándose en el resultado de sus investigaciones, sostuvo que los proto-limeños, como él llama a los constructores de las pirámides Maranga, constituían una aristocracia guerrera foránea que se había impuesto por las armas a los pobladores originales del valle y los tenía sujetos a un duro yugo. El hallazgo de un fémur convertido en arma o instrumento, probablemente trofeo, mediante el afilamiento de uno de sus extremos, y la existencia de entierros cuyos restos humanos están incompletos o mutilados, parecen indicar, efectivamente, que los Lima eran un pueblo belicoso que tenía costumbres sanguinarias y que practicaba crueles ritos.

Testimonios arqueológicos monumentales:

 Palacio, santuario en el valle de Lurin: templo viejo de Pachacamac.

 Palacio, santuario en el valle del Rímac: Pucllana o Huaca Juliana, Catalina Huanca, Cajamarquilla, Complejo Maranga o Aramburú, o Huaca san Marcos, Huaca Melgarejo o Santa Patricia.

 Palacio, santuario en el valle Chillón: Huaca Copacabana.

 Palacio, santuario en el valle de Chancay: Cerro Trinidad.

 Canales y Acueductos: “Río de Surco” o Canal de Surco, canal de Huatica; acequia de La Molina, etc.

 

Etapas de desarrollo

 

Después de la decadencia de Chavín de Huantar las comunidades aldeanas de la costa central se dividieron en tres etapas, al ser conquistadas por los Waris.

Los antropoarqueólogos se han puesto de acuerdo en que son: “Baños de Boza”, “Playa Grande” y “Maranga – Cajamarquilla Nievería”.

PRIMERA ETAPA (Baños de Boza o Miramar):

El estilo Baños de Boza se impuso en la cerámica de los alfareros de todas las comunidades costeñas ubicadas al norte del valle Chillón, después de que cesó la influencia de la cerámica de estilo Chavín. De esa época, en las excavaciones se hallaron restos de huacos, hallado en las capas más profundas, son las ollas casi globulares con cuello corto (de abertura dilatada y casi convexa).

SEGUNDA ETAPA (Playa Grande o Tablada)

Se llamó así en relación al sitio de ese nombre, situado al sur de Ancón.

 Una cerámica tricolor demostraron progreso tecnológico, los alfareros al servicio de los centros ceremoniales de esta época fabrican huacos finos.

 La pintura es tricolor: blanca, roja y negra.

 Decoración: figura de peces, serpientes y diversas líneas generalmente entrelazadas.

 La decoración es vistosa, sus colores tonantes, le dan vida y alegría.

 Las paredes de las vasijas son gruesas y la superficie poco pulida.

 El estilo de la cerámica indica la existencia cultural: ese estilo se halla desde Lurín, por el sur hasta la costa de Chancay, por el norte. Ello significa que los reyes de la costa central habían ampliado sus dominios.

 Los reyes agrandan y embellecen santuarios y santuarios: ampliaron las edificaciones que se habían hecho durante la fase Baños de Boza, convirtiéndolas en grandes pirámides de plata de forma escalonada.

En esta etapa de su desarrollo, probablemente al promediar el primer milenio de nuestra era, la cultura Lima había alcanzado un status importante en el concierto de los pueblos de la época, pues mantenía relaciones pacíficas con vecinos tan poderosos y agresivos como los Moche, Recuay, Huarpa y Nazca, lo que hace suponer que contaba con una respetable organización bélica. En efecto, muy grande debió ser el poderío militar de los Lima, puesto que habían logrado penetrar hasta sitios tan elevados coma Canta, San Pedro de Casta y Matucana y administrar el uso de los ríos de los que dependía la irrigación de los extensos campos de cultivo costeños. Este hecho expresa claramente el respeto que los Lima infundían a los belicosos pueblos serranos que habitaban en las nacientes de los ríos Chillón, Rímac y Lurín, dado que el control de las aguas era vital para las culturas agrícolas de la época y, además, los pobladores de las alturas se tenían coma dueños de los recursos hídricos que se originaban en sus territorios.

Años más tarde, perdido el poder que ejerció la aristocracia militar de los Lima, los señoríos Yungas del periodo Intermedio. Temprano tuvieron que aceptar que los Yauyos y los Atavillos controlaran el curso de los ríos comarcanos y los sometieran a una dura dependencia. Es de suponer, por tanto, que los Lima lograron mantener un equilibrio político-militar con sus vecinos que garantizó un largo periodo de paz regional. Esta posibilidad tiene fundamento válido en la ausencia, durante este periodo, de las fortificaciones y amurallamientos que enmarcaron la inquieta existencia de los curacazgos y señoríos limeños de siglos posteriores.

Los Lima, durante esta segunda etapa de su historia, fueron constructores de grandes obras mediante las cuales lograron una cobertura territorial que les posibilitó una eficiente administración y mejor explotación de sus dominios. Construyeron redes camineras y sistemas de captación y reparto de aguas, así como numerosos asentamientos poblacionales de diversos tipos y categorías.

TERCERA ETAPA

Esta etapa comprende el complejo Nievería, Cajamarquilla, Early Lima y Maranga. Este último nombre es el que se usa actualmente.

A partir del año 550 d.C existió este centro ceremonial, el Complejo Maranga, que gozó de poder político. El complejo Maranga consta de doce montículos piramidales de gran tamaño con decoraciones pintadas. La más importante de todas las pirámides es la Huaca Aramburú (o Huaca San Marcos), situada en la actual Universidad de San Marcos. Orientada de norte a sur, este montículo ha sido destruido en gran parte por las urbanizaciones.

En Maranga, por ejemplo el conjunto de pirámides que constituyó el centro ceremonial de la probable capital de los Lima carecía de defensa alguna, contrastando notablemente con los restos de la vecina y más tardía población de Huadtca, en la que los Huallas encerraron las instalaciones religiosas y administrativas dentro de un recinto de recios paredones.

 La textura de la cerámica es tosca, pero con el tiempo se va perfeccionando.

 La cerámica de Maranga es menos fina, los diseños son menos complejos que los anteriormente descritos en Playa grande.

 Los motivos son variados.

 La cerámica se perfecciona y alcanza mayores horizontes: el estilo Maranga – Cajamarquilla – Nievería, se impuso desde Chancay por el norte hasta Mala por el Sur. Por ejemplo: fabrican vasijas lenticulares con estrangulamiento en la parte central, parecen dos platos hondos unidos por sus bases, tienen asas – puentes.

 

Arquitectura

 

La costa peruana se ve siempre afectada por un desastre natural de consecuencias calamitosas y aterrorizantes para la población de antes y de hoy: los sismos. Para enfrentarse a este fenómeno destructor los arquitectos Lima crearon, tras siglos de experimentación, una técnica constructiva que contrarreste a los sismos y evite o aminore los daños causados por estos a la arquitectura monumental.

La manera como lo lograron parece tan sencilla como lógica aunque requirió gran cantidad de material de construcción así como inmensas cantidades de mano de obra. El estudioso Pedro Villar Córdova la llamó “técnica del librero” por la similitud que tienen los muros con un estante con libros.

Los adobes se van a colocar de manera vertical, la argamasa se va a ubicar sólo en la base y en la parte superior de ellos, es decir, no hay argamasa en los lados de los adobes creándose espacios vacíos entre ellos, esto tiene una razón muy importante: de esta manera cuando hay un sismo los espacios vacíos absorben la energía evitando que el muro ofrezca resistencia, de esta manera se evita la rajadura o fractura del muro.

Los muros son más anchos en su base que en la cabecera de manera que resultan teniendo mayor estabilidad, recordemos que no se usan cimientos para construir estos muros, se levantan directamente desde el piso donde se van a ubicar. Otro detalle importante es que los muros se construyen por secciones casi independientes, es decir, por paneles de forma trapezoidal, esto hace que la presión sea mejor repartida en el muro evitando una sobrecarga excesiva en la base.

Los resultados de la aplicación de esta técnica saltan a la vista. Las construcciones del pueblo Lima continúan desafiando al tiempo y a los sismos.

Se ven edificios piramidales, los que por sus dimensiones y características pueden haber desempeñado una función ritual. Estas pirámides están edificadas a base de adobes. Tenemos la Pirámide de Maranga en el Valle del Rímac, la forma de construcción tiene parecido con las edificaciones del valle de Moche. Además, las decoraciones murales le dan cierta prestancia.

En el valle de Chancay, destaca la construcción de Cerro trinidad, o sea complejo de edificios de antigüedad que arranca en el formativo tardío.

Desde la época de Uhle se sabe que en las excavaciones en cerro Trinidad se encontró una pared, un muro pintado y hecho de adobes en forma de terrones y diseñada con el tema de pez entrelazado.

En el valle de Chillón en Cerro Culebras descubierto por el arqueólogo Stumer se ve una pirámide en la parte superior que contiene unos murales polícromos. En uno de los frescos se ve un felino.

Entre todos los restos arquitectónicos destaca la Huaca Aramburú o Maranga, cerca a la ciudad universitaria de San Marcos, en la Av. Venezuela. En Miraflores está la Huaca Juliana y en el valle de Lurín el centro ceremonial de Pachacamac que constituyó uno de los más grandes anhelos de Tello para reconstruirla.

 

Templo Cerro Culebras

La huaca situada en las faldas del Cerro Culebras, en la margen derecha del Chillón, es un hermoso edificio de forma piramidal, constituido por varios cuerpos que se escalonan hasta rematar en una plataforma superior a la que se asciende por medio de una escalinata central.

En dicha plataforma existía un mural, de aproximadamente 65 m de largo, que representaba un conjunto de peces o serpientes entrelazadas en el más puro estilo Playa Grande. La composición, como es característica de ese estilo, acusaba la influencia del arte textil en la geometrización de los diseños y en el escalonamiento de ciertas líneas que rememoraban el entrecruzamiento de las tramas y urdimbres textileras. Los dibujos estaban encerrados por gruesas líneas oscuras que delimitaban las áreas de color, pintadas con ocres, sepias, naranjas, rojos y blancos y hacían resaltar las figuras contrapuestas y complementarias de los extraños seres a quienes, quizás, rendían culto los "limeños" de la época.

La pirámide de Cerro Culebras está encerrada dentro de un amplio recinto, en cuyo lado izquierdo existen restos de habitaciones de planta rectangular que posiblemente fueron sede de los servidores del monumento.

Templo Culebras

Foto aérea del Cerro Culebras

Mural del Cerro Culebras

Huaca Trujillo

La Huaca Trujillo está situada en la margen derecha del río Rímac, cerca de la antigua población de Cajamarquilla, y es llamada así porque su forma de pirámide tronco-cónica recuerda la típica volumetría de los monumentos Moche de la costa norte. Es posible que efectivamente haya habido influencia Moche durante los primeros tiempos del desarrollo de la cultura Lima.

La Huaca Trujillo, por lo temprano de su edificación, debe haber conformado parte de la primera ocupación de Cajamarquilla, constituyendo el centro de un conjunto de pequeñas construcciones que existen en las cercanías.

Huaca Trujillo

La construcción durante esta etapa de la cultura Lima fue bastante heterogénea, estando al parecer en busca de una expresión propia que le permitiera satisfacer las necesidades técnico-funcionales que planteaba la arquitectura de los nuevos monumentos. Tenemos así que como materiales constructivos se usaban desde piedra rústica hasta tapiales, pasando por adobitos de distinta forma y tamaño. En general, los grandes edificios eran construidos mediante gruesos elementos de contención que encerraban masas de relleno para conformar plataformas tronco cónicas, sobre las que se construían otras en forma escalonada, complementándose la construcción con el empleo de tapiales y adobes.

Los edificios menores, para fines habitacionales o de servicios, se siguieron construyendo en la forma ya descrita para los inicios del Periodo.

Luis Stumer (1954), al aplicar a la cultura Lima el esquema de clasificación que Richard Schaedel (1951) había elaborado para los centros ceremoniales y poblacionales de la costa norte, llegó a determinar varios patrones de asentamientos que podemos reducir a los siguientes ejemplos (Agurto Calvo y Pazos 1982):

CENTROS CEREMONIALES.- Constituidos por "uno o varios templos-pirámides, las huacas, a veces con ciertas construcciones menores en la vecindad, que pueden haber servido coma barrios de viviendas para una población limitada". Típicos ejemplos de estos centros son: el conjunto llamado Copacabana, situado en las cercanías del cementerio del actual pueblo de Puente de Piedra y el grupo ubicado en los terrenos del Centro de Instrucción de la Guardia Republicana, ambos localizados en la margen derecha, del río Chillón; los conjuntos Maranga, Huaca Juliana y Vista Alegre, situados en la margen izquierda del río Rímac, así coma el de Nieveria, ubicada en la ribera derecha del mismo río, y el conjunto Max Uhle, ubicado en el sector sur-oeste del complejo de Pachacámac, en la margen derecha del río Lurín.

CENTROS URBANOS PROFANOS.- Constituidos "por densas acumulaciones extensas de cimientos de casas, depósito de basuras, etc., con estructuras de alto grado de construcción". Entre los pocos ejemplos de este tipo que han llegado hasta nosotros, se pueden destacar: el asentamiento temprano de Cajamarquilla y
el poblado de San Juan, en las márgenes derecha e izquierda del Rímac, respectivamente, y la extensa zona de ocupación poblacional existente al oeste del conjunto monumental de Pachacámac, en la cuenca del río Lurín, coma ya se ha indicado.

UNIDADES AISLADAS.- Constituidas por estructuras que "representan (una respuesta a) casi todos los tipos de necesidades funcionales de pequeños grupos de población". Estas unidades pueden ser pequeños conjuntos habitacionales, atalayas y fortificaciones militares, cementerios, depósitos, corrales, etc.

Entre las muchas estructuras de este tipo son dignas de recordarse: la Huaca Zancudo, en el lado izquierdo del río Chillón; el templete situado en el Parque Zonal Túpac Amaru y los numerosos montículos ceremoniales ubicados en el conjunto Maranga, todos ellos en la margen izquierda del río Rímac; y el pequeño templo localizado frente al museo de sitio de Pachacámac y la estructura circular conocida coma Urpiwachac, colindante con las instalaciones de la Mamacuna y ubicada, también, dentro del mismo conjunto ceremonial. .

Todos los asentamientos citados están ubicados en la parte baja y media de los valles comarcanos, en terrenos amplios y llanos que facilitaron un vasto y económico desarrollo urbano.

Naturalmente, los Centros Ceremoniales eran los conjuntos más importantes y su ubicación, cuidadosamente escogida, permitía servir eficazmente la porción de territorio cuya atención le estaba encomendada. Como ya se ha indicado, los Centros Ceremoniales tenían funciones tanto religiosas como administrativas y estaban constituidos por una o varias pirámides centrales, por algunos edificios dedicados al servicio de dicho núcleo y por sectores habitacionales organizados en barrios y ubicados alrededor del centro monumental.

El núcleo del Centro Ceremonial estaba conformado por una pirámide escalonada en los asentamientos más tempranos y por varias pirámides en los conjuntos pertenecientes a la etapa posterior, salvo excepciones como la Huaca Juliana y la pirámide de Nieveria. Todos los demás Centros, correspondientes al estilo cerámica Maranga, tenían más de una pirámide a guisa de núcleo central.

Por ejemplo: el Centro Ceremonial ubicado en los terrenos de la Guardia Republicana tiene cuatro grandes montículos delimitando un espacio central y dos de ellos muestran todavía las terrazas que conformaban los lados escalonados de las pirámides originales, cuyas plataformas superiores se encuentran a 9 y 12 mt. De altura sobre el nivel del terreno natural. El Centro Ceremonial de Vista Alegre tiene una enorme pirámide central de forma escalonada, conocida como la Huaca de Catalina Huanca, que está rodeada por seis montículos ceremoniales bastante más pequeños.

El Centro Ceremonial de Maranga tiene un núcleo central constituido por seis montículos artificiales que, en su mayoría, han tenido la típica forma de pirámide escalonada. Este conjunto tiene especial importancia porque parece haber sido sede del gobierno de los Lima y porque las pirámides que constituyen su núcleo central se hallan entre las más grandes y vistosas de la comarca.

La mayor de ellas, la Huaca Maranga, también llamada Concha o Aramburú, tiene, a pesar de la destrucción de que ha sido objeto, 270 mts. de largo, 100 mts. de ancho y 15 mt. de altura, y la huaca que se halla al norte de la misma, sobre la que se ha cometido el vandalismo de construir el estadio de la Universidad de San Marcos, no le va a la zaga en cuanto a dimensiones se refiere. Las otras huacas que contribuyen a formar el núcleo central del conjunto son mucho más pequeñas que las citadas y son cuatro, a pesar de que volumétricamente aparentan ser solo tres.

Efectivamente, las excavaciones efectuadas por Jijón y Caamaño (1949) en la llamada Huaca Middendorf demostraron que en realidad dicho montículo estaba constituido por dos huacas cercanas, cuyo avanzado estado de destrucci6n las había confundido en un solo volumen. Todas las huacas del conjunto que han sido objeto de investigaciones arqueológicas han mostrado tener la volumetría típica de las pirámides escalonadas de la cultura Lima, por lo que es de esperar que los dos montículos que todavía no han sido explorados tengan también igual forma.

El Centro Ceremonial de Maranga debe de haber tenido una gran importancia y albergado una cuantiosa población, dado que los restos de monumentos pertenecientes a la cultura Lima cubren una extensa área. Además de las huacas citadas, existen no menos de una docena de restos, esparcidos por los terrenos de la antigua Hacienda Pando en torno del núcleo del Centro Ceremonial. Algunos de estos restos son muy voluminosos, coma los montículos situados al lado este de la actual avenida Riva Agüero, y deben haber conformado los centros comunales de los barrios integrantes de la trama urbana de la población. Naturalmente, de esos conjuntos habitacionales no queda huella alguna. La actividad de los posteriores ocupantes del Centro Ceremonial destruyó las endebles construcciones habitacionales de la capital de los Lima y la secular acción del tiempo ha terminado de borrar los vestigios sobrevivientes a dicha reocupación.

Dado que no son muchos los estudios arqueológicos efectuados en el sitio, no se conoce cuál ha sido la real presencia de los Wari en el área del Centro Ceremonial, o sea el tipo de ocupación que se dio en dichos terrenos durante el Horizonte Medio, pero no hay lugar a dudas de la intensa actividad constructiva que llevaron a cabo los Yungas del periodo siguiente. Es evidente que la mayor parte de los restos existentes en el llamado Parque Arqueológico Maranga pertenecen al Periodo Intermedio Tardío o de los Reinos y Confederaciones y que sus constructores fueron la etnia de los Huallas. Chayavilca fue el nombre de la población que se asentó sobre los restos de la capital de los Lima, recuperando alguno de sus monumentos, destruyendo la mayoría de los mismos y construyendo infinidad de nuevos edificios de acuerdo al gusto y a las necesidades del momento. El centro de la nueva población debe haber sido el gran recinto situado al sur-oeste del núcleo ceremonial Lima que encierra entre altos y gruesos paredones a muchas construcciones, entre las que destaca por su monumentalidad y belleza la huaca conocida con el nombre de La Palma.

En el Parque Maranga nos encontramos, pues, ante dos tipos de arquitectura y de planteamiento urbano claramente distinguibles el uno del otro, por lo que no es admisible la confusión reinante respecto a la filiación cultural de los monumentos existentes en el sitio. Con relación a ello, acabaremos de precisar, ahora, las características de la arquitectura Lima y nos ocuparemos de la obra de los Huallas en el momento oportuno.

La arquitectura Lima se distinguió por la existencia de grandes edificaciones piramidales hechas con pequeños adobes denominados “adobitos” aunque, también se utilizó el tapial. Del período Lima Medio destacan sitios como Cerro Culebras en el Chillón que presentaba pinturas murales con representación de seres fantásticos con rasgos felinos y antropomorfos, y Maranga en el Rímac; del Lima Tardío los asentamientos del valle medio del Rímac, como Cajamarquilla, y Catalina Huanca, además de Maranga y Pucllana en el Rímac. 

Pirámides escalonadas

Las Huacas o monumentos religioso-administrativos de la cultura Lima son, esencialmente, pirámides escalonadas de planta rectangular y sección trapezoidal, Están conformadas por varios cuerpos tronco-piramidales que se enciman uno sobre otro, en orden volumétricamente decreciente, de manera que establecen un juego de terrazas perimétricas y producen la impronta que es característica de los monumentos Lima.

Los volúmenes de esos cuerpos son siempre largos y achatados, siendo la superposición de varios de ellos la que origina la monumentalidad del conjunto. Esta se acentúa cuando en alguno de los lados de las pirámides los volúmenes parciales no se retiran para formar terrazas escalonadas, sino que se ordenan de acuerdo a la inclinación de la pared de la base formando un impresionante talud de muchos metros de altura. Frecuentemente de la masa piramidal, de planta sensiblemente rectangular, se proyectan unas cortas y bajas plataformas, a veces muy amplias, que parecen ser atrios de ingreso al monumento o escenarios para la realización de actos rituales.

Aparentemente el acceso a la plataforma superior no se realizó directamente mediante grandes rampas o escaleras como en las pirámides Moche, sino por intermedio de un sistema de circulaciones verticales que paulatinamente iba ascendiendo de un nivel a otro. En la terraza superior de la pirámide se encontraban las construcciones destinadas al culto y en las plataformas inmediatas deben haberse situado las edificaciones destinadas a alojar a los encargados de administrar las funciones cívico-religiosas del monumento, así como los almacenes y depósitos del mismo.

En los flancos inferiores de las pirámides existen restos de pequeños y ricos cementerios Lima, con ofrendas cerámicas de tipo Playa Grande y Maranga, y en los alrededores de muchos de dichos monumentos se hallan extensas zonas de entierros pobres con asociaciones del estilo Blanco sobre Rojo, pertenecientes, según parece, al común dominado por la aristocracia gobernante.

Las pirámides están conformadas por grandes masas constructivas sin ningún vacío en su interior; en las excavaciones practicadas por Jijón y Caamaño (1949) y Alfred Kroeber (1951), no se halló vestigio alguno de la existencia de cuartos o galerías subterráneas en el seno de los monumentos. Como ya se ha indicado, el método de construcción empleado consiste en la edificación de volúmenes tronco-piramidales que se superponen reduciendo sus dimensiones conforme crece el edificio. Los elementos de contención de los cuerpos piramidales están formados por gruesos muros de sección trapezoidal, constituidos con pequeños adobes asentados con espesas capas de barro.

Los típicos adobitos Lima o Maranga tienen en promedio de 18 cm. de altura, 13 cm. de ancho y 8 cm. de espesor y usualmente se aparejaban poniéndolos verticalmente de canto, como libros en una estantería, aunque también se les usaba colocándolos horizontalmente sobre el canto mayor. Cada tres o más hiladas de adobitos puestos de canto se colocaba una hilera de adobes asentados sobre el lado más ancho, a la manera de un aparejo de soga, con la finalidad de reforzar, trabándoles horizontalmente, las masas de adobitos de canto. La yuxtaposición en profundidad de estas hiladas de adobitos permitía construir los voluminosos elementos de contención que constituían los muros perimétricos de los recintos que, rellenos con piedras y barro, conformaban las plataformas piramidales.

Obviamente, las construcciones menores edificadas sobre las terrazas de las pirámides tenían el mismo patrón de diseño y construcción que caracterizaba a las viviendas de los Lima o sea muros de adobe y techos de madera, carrizo y barro.

La cultura Lima desaparece alrededor del 700 d.C. Su desaparición, casi súbita, parece haberse debido a una invasión, probablemente de los Wari, que destruyó muchos de los monumentos Lima. Max Uhle (1908) sostiene que el Centro Ceremonial de Maranga fue destruido en esa forma y que el Santuario de la Huaca Aramburú muestra indicios de haber sido arrasado violentamente, y de que la cerámica que se encontraba en su interior fue rota ex profeso y sus restos esparcidos por los alrededores.

Pirámide con rampa Catalina Huanca en el valle del Rímac

Huaca Aramburú, cortada por la Av. Venezuela

Huaca Aramburú

Huaca San Marcos

Las Tumbas

 

Alfred Kroeber, entusiasta arqueólogo estadounidense, realizó trabajos muy laboriosos, que al fin coronó sus esfuerzos. Encontró tres tumbas. Uno de los cadáveres que parecía pertenecer a un régulo estaba bien cuidado y ornamentado, en tanto que otro, parecía decapitado, con los brazos mutilados y por último el tercer cadáver, estaba descuartizado.

Los entierros se hacían en hoyos de cierta latitud, para que pudiera contener el cadáver extendido de cúbito dorsal.

Los entierros de Playa Grande y Maranga ostentan pocas ofrendas. En cambio estaban acompañados de muñecos de trapos que obedecería a fines rituales, también acompañan al cadáver unas canastas.

Los tejidos sugieren cierto desarrollo artesanal.

Asimismo, los entierros prueban fehacientemente que los Lima creían en una existencia ultra terrena, pues los muertos eran enterrados con una serie de objetos que les hiciera llevadera la vida en el más allá y a los jefes y dignatarios se les enterraba junto con sus mujeres y siervos. Esta costumbre fue reemplazada por la de acompañar al difunto con muñecos o idolillos, de trapo o arcilla, en sustitución de los sacrificios humanos originales. Los muertos antes de ser enterrados eran expuestos a la intemperie por largos periodos, posiblemente para lograr la desecación de los restos, y se les sepultaba extendidos en parihuelas de madera, fuertemente sujetos a ellas y envueltos en largos lienzos de algodón. El cadáver generalmente estaba tendido boca abajo pero en algunos casos se les encontraba de espaldas, siendo posible que la posición marcara una diferencia de rango o alcurnia.

Los entierros de los hombres y mujeres de la cultura Lima resaltan por su sencillez y carácter extremadamente humilde, al parecer existe una concepción en la vida de esta gente que exige una vida humilde, la cual se manifiesta también en la manera como ellos se presentan a la otra vida, a la cual con certeza esperaban llegar pues se enterraban acompañados de algunas ofrendas de objetos utilitarios.

Un entierro de la cultura Lima típico consiste en un cuerpo extendido envuelto en telas sencillas portando talvez alguna vestimenta o prendas en la cabeza como vinchas que son colocados sobra una camilla de cañas y madera; esto se deposita en la tumba acompañado de algunos objetos que la persona usó en vida o de vasijas en miniatura.

Esto no debe llevar a pensar que Pucllana fue un cementerio, pero, el extremo sur de la pirámide funcionó como tal, al parecer esta parte del edificio antes de ser remodelada sirvió de cobijo a miembros de la elite que tuvieron el privilegio de ser enterrados allí.

Pero, hay otro tipo de entierros: los sacrificios humanos. Antes de empezar el relleno de las construcciones se realizan sacrificios humanos de mujeres jóvenes y sus cuerpos (en ocasiones mutilados o decapitados) se depositan sobre los pisos, en algunos casos se tiene también sacrificios de niños pequeños. Estos entierros no son colocados en camillas ni poseen ofrenda alguna, ya que, ellas mismas son las ofrendas a la arquitectura.

Vista aérea de la Huaca Juliana

 

Religión

Poco se sabe de la religión que profesaban los Lima, pero a juzgar por la decoración de ceramios y textiles ella debe de haber estado relacionada con el mar, como solía suceder en la mayor parte de los pueblos antiguos radicados en la Costa. La presencia constante de peces y otros seres marinos en la decoración del estilo Entrelazado o Playa Grande, característico de los primeros tiempos de esta cultura, puede deberse a la existencia de un culto marino. También es probable que los Lima prestaran alguna adoración a los astros o constelaciones que creían asociados a la fecundidad y a la mayor producción de los campos agrícolas y que dicho culto se rindiera desde lo alto de las monumentales pirámides ceremoniales. 

La Gran Pirámide Ceremonial pucllana

La Gran Pirámide constituye el núcleo central del centro Ceremonial. Es una estructura piramidal trunca y escalonada, su forma alargada parece imitar el perfil de la Isla San Lorenzo, la cual se puede apreciar desde la parte alta de la pirámide.

La Gran Pirámide es el resultado de la superposición de numerosas construcciones que se van rellenando a medida que van siendo clausuradas; con esto podemos entender que estas construcciones no poseen pasadizos internos ni cámaras secretas, pues todo es rellenado para volver a construir encima.

Desde su altura era posible divisar todo el escenario geográfico donde el sitio se asienta: Al oeste el litoral, al este los cerros y las lomas, al norte y al sur más cerros; y, directamente relacionado  al sitio extensas áreas agrícolas salpicadas de pequeñas viviendas de agricultores.

La Gran Pirámide está compuesta por siete plataformas escalonadas: la primera de ellas ya no existe: fue destruida durante los trabajos de urbanización de la zona, sin embargo las otras seis permanecen. Cada una se encuentra a más altura que la anterior a excepción de la sétima que es más baja que el resto.

En cada una de las plataformas se encuentra una plaza que ocupa todo el ancho de la pirámide formada por banquetas en los lados sur y oeste a las cuales se accede por medio de escalinatas y rampas. En el medio de la plaza se encontraban grandes cantidades de postes de madera de guarango alineados, su función aparente es la de sostener un techo, pero, creemos que su función mas bien estuvo ligada al culto; es probable que hayan representado ancestros de familias o comunidades y en retribución a los servicios prestados al centro ceremonial por sus descendientes estos postes ancestros hayan recibido distintos tratos; decimos esto pues algunos postes se encuentran en buen estado de conservación mientras que otros han sido quemados, rotos o cortados, de la misma manera que algunos poseen numerosas ofrendas en su base.

Otro rasgo bastante peculiar de estas plazas es la presencia de pequeños hoyos que contienen pequeñas ofrendas que consisten en pescados pequeños, moluscos, cuarzos, agujas, hilos entre otros; es probable que se traten de ofrendas realizadas por los numerosos trabajadores que participaban en el relleno de las plazas cuando estas quedaban en desuso, esto por la gran cantidad de hoyitos de ofrenda que aparecen, estos no son decenas ni cientos, son miles.

Pero, el pueblo sólo podía acceder a la pirámide en esas ocasiones, lo normal es que después es que esto sea privilegio de sólo los miembros de la elite sacerdotal que realizaba las labores del culto y administraba la tributación que se entregaba al sitio. Para el pueblo se tenían las grandes plazas de la parte baja que, prácticamente forman una unidad con la pirámide y el sistema de acceso en rampas.

Estas grandes plazas tienen la forma de una letra “L” invertida, pudieron albergar a miles de personas que seguramente asistirían de esa manera a las festividades religiosas que el centro ceremonial indicaba así como para realizar trueques e intercambios. Los muros que forman esta plaza tienen casi cuatro metros de altura, no poseen acabado alguno en superficie y los adobes así como la técnica constructiva de paneles en trapecios.

La importancia de estas plazas fue muy grande, antes de ser rellenadas se realizaron numerosos sacrificios humanos de mujeres que fueron depositados allí antes que el integro del relleno sea depositado. Se trata de mujeres jóvenes escogidas, probablemente dedicadas a actividades de textilería.

Es probable que estas actividades ligadas a la textilería hayan tenido mucha importancia para los Lima. La pirámide posee abundante evidencia de la realización de textiles en algunas partes de ella: agujas, hilos, algodón, restos de telares aparecen entre los rellenos y restos de rituales realizados antes de rellenar los ambientes en cada remodelación.

Es probable que también la pirámide haya funcionado como un centro de elaboración de objetos suntuosos en cocha de Spondylus, restos de este material aparecen en diversas fases del trabajo de confección de cuentas y dijes.

La manera de ascender a la pirámide era mediante rampas, pero, estas no son directas, sino que tienen forma de un zig – zag, esta manera indirecta de subir era necesaria para evitar una rampa exageradamente larga que ocupara demasiado espacio. Las rampas fueron muy importantes no sólo por su función práctica sino por el simbolismo que encierran: definen el ascenso al espacio sagrado y de mayor jerarquía del centro ceremonial. Es por ello que antes de rellenarlas se realizaron sobre ellas numerosas ofrendas y rituales diversos cuyos restos nos han permitido realizar un intento de reconstrucción de ellos. Al parecer se rompen vasijas con figuras sagradas y se depositan sobre la rampa sólo los fragmentos con figuras, luego se deposita sobre la rampa una capa de barro que contiene desechos de banquetes rituales como moluscos, huesos de animales y vajilla fina, concluido esto se empieza a rellenar la rampa para poder volver a construir otra encima.

 

El área administrativa

Gran parte del área baja de Pucllana se encuentra ocupada por un conjunto de sistemas de recintos y plazas con banquetas a los que se les atribuye funciones más ligadas a lo administrativo pero, sin abandonar nunca el trasfondo religioso que emana de todo el centro ceremonial.

Los sistemas de recintos son grandes ambientes formados por muros de adobitos como los del resto del conjunto pero, algunos de estos ambientes se encontraron techados, la evidencia de esto es la presencia de hoyos de postes en ellos con restos de los postes. Estos recintos sirvieron, al parecer, para concentrar a la población que acudía al centro ceremonial para las ceremonias y las jornadas de trabajo colectivo. En algunos de estos recintos se encuentra restos de preparación de alimentos, pero estos son bastantes más sencillos que los consumidos por la elite hallados en los restos de banquetes rituales.

Otros sitios importantes

En el valle del Rímac: Huaca Juliana y Huaca Trujillo. En el valle del Chillón, Huaca Culebras. En Chancay: Cerro Trinidad, y en el valle de Lurín las primeras construcciones del centro ceremonial de Pachacamác. La pirámide de la época Lima en este sitio tiene la particularidad de ofrecer en su base un adoratorio o altar. Sus paredes fueron retocadas en épocas sucesivas con pinturas murales.


En el valle del Rímac se hallaba como centro importante Cajamarquilla, que agrupó a los pobladores anteriormente dispersos. Al mismo tiempo fue erigida la primera construcción del Oráculo de Pachacamác: el Templo Viejo.

 

Organización política, económica y social

Lo que es un hecho es la existencia en la Comarca de Lima de una sólida organización política que los aristócratas de la cultura Lima dirigieron con férrea disciplina. De otro modo no tendrían explicación la construcción de los imponentes centros ceremoniales o de las extensas obras hidráulicas para cuya realización se requirió de fuertes contingentes de trabajadores durante largos períodos.

La cultura Lima tuvo una economía fundamentalmente agrícola, complementada por los frutos de la explotación marina. Los cultivos fueron todos aquellos propios de la región, pero por los restos encontrados en las tumbas parece que la alimentación se basaba en el consumo de maíz, frijoles y maní. Naturalmente se consumía pescados y mariscos abundantemente, así como toda clase de frutos de mar, haciéndose, en cambio, muy poco uso de la carne de mamíferos y volátiles.

La agricultura alcanzó un gran desarrollo gracias a las obras hidráulicas que permitieron regar extensas áreas de cultivo, situadas en la parte baja de los valles y apartadas del cauce de los ríos. Los represamientos fluviales, la derivación del curso de las corrientes, la construcción de canales y acequias y la regulación de los riegos, posibilitó a los Lima desarrollar una agricultura intensiva. Dicha práctica produjo los excedentes alimentarios que eran necesarios para sostener una población creciente, especializar en tareas no agrícolas a un porcentaje de la población y dedicar temporalmente a la construcción de grandes obras públicas a una importante fuerza de trabajo.

El esfuerzo de estos antiguos "limeños" construyó los canales derivados del Rímac que todavía riegan la parte baja y media del valle y que antiguamente eran tan caudalosos que recibieron la denominación de ríos. Las más importantes de dichas obras hidráulicas fueron:

1). El llamado río Magdalena, cuya toma se encontraba detrás de la actual ubicación del Palacio de Gobierno, que regaba la zona NO del valle comprendida entre el río Rímac y la Huaca Huantilla;

2). El llamado río Huatica, derivado del Rímac a la altura del espolón NE del Cerro San Cristóbal, que regaba los terrenos comprendidos entre la citada Huaca y el centro administrativo de Limatambo; y

3) El llamado río Surco, el más caudaloso de los tres canales, que se originaba frente a la antigua población de Lati, el actual Vitarte, y después de larguísimo recorrido por la parte SO. Del valle llegaba a la parte baja del mismo para regar todo el antiguo Surco, desde Limatambo hasta las estribaciones de los cerros de Lurín, o sea el área correspondiente a los actuales distritos de Miraflores, Barranco y Chorrillos.

El sistema de irrigación les permitió beneficios en su economía. Se advierten canales de irrigación que culminan al pie de las pirámides de Maranga y Huaca Juliana.

Estas obras permitieron a los Lima independizarse urbanísticamente del cauce de los ríos y ubicar sus asentamientos poblacionales, ceremoniales y administrativos en pleno valle, en zonas amplias y llanas aptas para admitir un gran desarrollo urbano. Efectivamente, los más grandes asentamientos de la cultura Lima se encuentran bastante alejados del cauce de los ríos en cuya cuenca se ubican. Tal es el caso de: Copacabana, en la margen derecha del Chillón, cerca de Carabayllo; Caxamarquilla, en la margen derecha del Rímac; y Catalina Huanca, Maranga y Juliana en el lado izquierdo del mismo río; e Ichma (Pachacámac), en la ribera derecha del río Lurín.

La distribución geográfica de los más importantes núcleos de la cultura Lima, cuya capital era probablemente Maranga, cubría estratégicamente todo el territorio "limeño" permitiendo su más fácil administración y defensa.

Es evidente que para el buen gobierno del territorio comarcano era necesaria la existencia de una red de caminos que ligara entre si a los citados centros y que los relacionara con las poblaciones a las que servían y en las que se sustentaban económicamente. No quedan vestigios de los caminos construidos por los Lima, pero es casi seguro que los restos viales que han llegado hasta nosotros y que identificamos como obra de las culturas limeñas tardías o como parte de los caminos Inca, se asientan directamente sobre el trazo que debieron tener las vías principales del señorío de los Lima. También debieron existir caminos interregionales, pues los Lima eran activos comerciantes y mantenían un frecuente intercambio con los Mochica, los Recuay y los Nazca. El frecuente trato con estas culturas se manifiesta a través de algunos rasgos insertados en las manifestaciones artísticas de los "limeños" y en el uso por éstos de varios objetos o productos procedentes de esas regiones. Asimismo, aparentemente existieron relaciones comerciales con sitios aún más lejanos, pues Jijón y Caamaño (1949) cuenta haber encontrado en Maranga hondas tejidas con paja toquilla de procedencia ecuatoriana y en Manta, Ecuador, varios fragmentos de alfarería típicamente Cajamarquilla.

En el proceso de secularización de la organización comunal, fenómeno social que marca la transición de lo Chavín al imperio de los Señoríos y Reinos Regionales, los Centros Ceremoniales de planta en U, de fines fundamentalmente cultistas y de administración religiosa, fueron remplazados por monumentos de características totalmente distintas, tanto en lo físico como en lo funcional.

Los Lima fueron constructores de pirámides y de conjuntos de pirámides desde las que administraban gobierno a través de una élite civil-militar, sirviendo así los monumentos tanto de templos como de sedes gubernativas. En los primeros tiempos del desarrollo de la cultura Lima, que corresponden al estilo cerámico conocido como Entrelazado o Playa Grande, los Centros Ceremoniales estaban constituidos por una gran pirámide que tenía a su alrededor una serie de construcciones complementarias y en cuyas cercanías se desarrollaba el centro poblado correspondiente. Ejemplos típicos de estos monumentos son: las huacas Cerro Culebras y Trujillo, en las márgenes de los ríos Chillón y Rímac, respectivamente. 

Cerámica

El arqueólogo Gordon Willey (1943), quien con sus excavaciones en el valle de Chancay contribuyó decisivamente a fijar las características del estilo Entrelazado o Playa Grande y sus relaciones cronológicas con los otros estilos del periodo, describe a dicha forma de expresión cerámica con las siguientes frases:

"El estilo interlocking queda definido por el uso de un diseño estilizado de peces entrelazados, derivado de un motivo textil. Los tipos dentro del estilo son denotados por un tratamiento rectilíneo y curvilíneo del diseño y por un número de elementos menores tales como círculos, área de puntos y marcas X, que algunas veces son empleados conjuntamente con el motivo de los peces. La decoración es en negro y blanco, o en negro, blanco y rojo vivo, sobre un fondo de engobe rojo. A menudo se ha empleado coma decoración una greca de peces entrelazados debajo del borde de la vasija".

Con el correr de los años, alrededor del 500 d.c., la cultura Lima alcanza su madurez, estando caracterizada esta etapa de su desarrollo por un estilo cerámico detectado en tiestos encontrados en excavaciones realizadas en las huacas de Maranga y en los cementerios de Nieveria.

El estilo, bautizado definitivamente con el nombre de Maranga, muestra tipológicamente dos fases claramente diferenciadas que, según Lumbreras, tienen las siguientes características (1969:186):

"La primera fase, (.....) se caracteriza por tener una cerámica roja con decoración en blanco y negro, muy parecida a la cerámica Playa Grande, pero que, aparte de que los diseños son menos complejos que los de Playa Grande, las formas tienden a ser distintas. Los motivos de la decoración son principalmente diseños entrelazados muy simples y diseños radiales alrededor de golletes pequeños en vasijas esferoides. La cerámica es gruesa y un tanto tosca con una superficie mate muy parecida a la de Playa Grande. No existe asociada cerámica negativa ".

"La segunda fase, y última, se caracteriza por una cerámica anaranjada bastante fina y delgada, brillante por el pulimento y con dibujos que a veces agregan el gris a los típicos colores rojo, blanco y negro. Las formas en esta fase se modifican notablemente y comienzan a ser propias las botellas con un pico ligeramente cónico o expandido y con un asa tubular que une la parte superior del cuerpo esférico con la mitad del pico".

También aparecen en este tipo de cerámica figuras modeladas burdamente, que representan seres humanos y animales tratados en forma aislada o conjuntamente en escenas de la vida diaria.

La cerámica es el elemento más recurrente que aparece en los contextos arqueológicos del área andina, al punto que mucha gente piensa que los arqueólogos se dedican sólo al estudio de este material cultural. Pero, no se puede negar que es uno de los materiales que más llama la atención, pero, en el caso de la cultura Lima, la cerámica fue bastante sobria y sencilla, explicaremos porqué.

La cerámica de los pueblos Lima cumplió dos funciones. La doméstica y la ritual. En el primer caso se prefirieron vasijas bastante sencillas hechas con una pasta de color marrón, dentro de estas se puede encontrar ollas de diversos tamaños, fuentes entre otras formas. Estas vasijas se les encuentran siempre con manchas negras producto de su continua exposición al fuego. La mayoría de platos se realizan en una pasta color naranja al igual que los cántaros para contener líquidos y granos.

Pero, es en las cerámicas usadas para los rituales donde la sencillez se transforma en una fina elegancia. Los artesanos lima que fabricaron las vasijas rituales de Pucllana estuvieron obsesionados con las figuras relacionadas al mar: olas, lobos y aves marinas, pulpos, pero sobre todo: tiburones.

El ideal de plasmar estas figuras lo van a materializar mediante una sencilla escultura modelada en la vasija o pintando las imágenes en la superficie externa de las vasijas.

Los únicos colores que los artesanos lima utilizaron fueron el rojo, el blanco y el negro. Esto no parece tratarse de una limitación tecnológica sino de algo ideológico, al parecer estos colores fueron considerados importantes para la cerámica y para desarrollar las figuras que ellos creyeron importantes para ser plasmados en la cerámica.

En los rituales cumplen variadas funciones que pasaremos a detallar a continuación. Algunas de ellas son quebradas en los rituales realizados antes del relleno de la arquitectura, entre estas se tiene sobre todo a aquellas con figuras de olas y tiburones pintadas; las vasijas son rotas siempre golpeándolas en la base con una piedra, para esto las colocan previamente boca abajo. Otras vasijas son usadas para contener los alimentos consumidos en los banquetes rituales o se les usa para derramar líquidos en estos rituales; pero muy pocas de las vasijas representaron a divinidades, es el caso del cántaro ídolo del tiburón, que representa la figura de un tiburón bicéfalo modelado en la parte superior; esta vasija no fue rota en ningún ritual, antes bien, fue enterrada con mucha delicadeza en medio de un ritual con música como atestiguan las antaras halladas junto al ídolo.

En conclusión, la cerámica Lima fue ceremonial con diseños geométricos altamente abstractos, pintados en blanco con el borde negro, sobre un fondo rojo o naranja. Los diseños típicos fueron serpientes o peces con cabeza triangular, intercalados, con el cuerpo hecho a partir de una banda y los lados aserrados en una técnica denominada interlocking. Junto a este diseño aparecen bandas en zigzag de círculos o discos. En las últimas etapas. La cerámica Lima tuvo una marcada influencia Wari y se le conoció como Nievería (el material provino del cementerio del mismo nombre).

Textilería

En cuanto a la textilería, el mismo Lumbreras acota:

"Los tejidos sugieren un cierto desarrollo tecnológico. Existe tanto el tejido llano como el tapiz. El brocado es raro y muchas telas son pintadas solamente, mientras que las tapicerías son decoradas con hilos de tramas multicolores. Se conocen varios colores, de los cuales los principales son el blanco, el rojo, el amarillo, el azul, el verde y cierto tipo de gris, además del negro. Los diseños son generalmente de peces entrelazados, semejantes a los de la cerámica y de cruces y otros diseños geométricos, tales como escalones con sus combinaciones. Hay el diseño de unos peces individuales, no entrelazados".

Los escasos restos textiles de la cultura Lima nos hablan de una técnica sencilla en la cual el talento de los tejedores se volcó a las cosas estrictamente necesarias para la vida diaria.

Usaron fibras vegetales como el algodón y entre las de animales la fibra de camélidos como la llama y la alpaca. Estas fueron usadas con su color natural y en algunos casos fueron teñidas con tintes vegetales y minerales obteniéndose una reducida gama de colores hábilmente combinados que le dan a los textiles Lima la sobriedad que caracteriza a esta cultura.

Para realizar sus textiles usaron telares y también agujas para realizar tejidos con sólo un hilo mediante nudos. Son abundantes los restos de instrumental textil los que se encuentran en diversos contextos en Pucllana; entre estos se encuentra gran cantidad de agujas realizadas en espinas de cactus, piruros y husos para realizar el hilado así como restos de telares. La actividad textil en Pucllana fue una de las principales, si bien aún no se ha podido identificar los probables talleres, seguramente, futuras excavaciones nos permitan hablar ya de manera clara de áreas especialmente preparadas para esta actividad.

Habíamos dicho que los tejidos Lima son sencillos, esto es cierto, pero en algunos casos tenemos evidencia de tejidos con diseños casi abstractos donde se puede distinguir diseños entrelazados y tiburones; estos tejidos aparecen relacionados a contextos funerarios y rituales especiales, no son de uso común.

La vestimenta de los hombres y mujeres Lima es bastante sencilla: consisten en túnicas cortas en el caso masculino (“unku” en quechua” y túnicas largas en el caso femenino. De acuerdo a los datos de los cronistas que conocieron el Tawantinsuyo en plena guerra de conquista la mayoría de la población común no tenía más que dos juegos de ropa: una para el trabajo diario y otra para los días de fiesta, esta realidad bien puede aplicarse a la época del pueblo Lima.

Metalurgia y otras labores

Se desconoce el grado de desarrollo que tuvieron para tratar los metales. Se han encontrado algunos objetos de cobre.

La metalurgia y la metalistería tuvieron poco desarrollo, pues la mayor parte de los útiles de uso diario y los instrumentos de labranza y de caza fueron hechos de hueso o madera. No obstante, se han encontrado algunos objetos de oro, plata y cobre, tales como discos de adorno personal, pinzas depilatorias, pulseras, tupos y punzones, así como cinceles y cabezas de masas hechas de bronce. La cestería, en cambio, alcanzó un gran nivel a juzgar por los numerosos objetos de formas diversas y fina elaboración que se encuentran en casi todas las tumbas de la cultura Lima.

Existió la cacería, porque se han encontrado estólicas.

Vivieron de la pesca. En terrazas especiales secaban el pescado para guardarlo.

En conclusión: De acuerdo al estudio de la cerámica y otros elementos de juicio se puede asegurar que sobre esta Cultura de Lima han influenciado todas las culturas coetáneas: Moche, Nazca, Recuay, Ayacucho.

 

Bibliografía

  • Kauffmann Doig, Federico: Historia y arte del Perú antiguo. Tomo 2. Lima, Ediciones PEISA, 2002.

  • Makowski, Krzysztof: Primeras civilizaciones. Enciclopedia Temática del Perú. Tomo 2. Lima, Empresa Editora “El Comercio” S.A., 2004.

  • Matos Mendieta, Ramiro: Las Culturas regionales tempranas. Incluida en “Historia del Perú”, Tomo I. Perú Antiguo. Lima, Editorial Mejía Baca, 1980. 

  • Publicaciones de la UNMSM: La Cultura Lima.

  • Varios autores: Historia del Perú. Sección: “Culturas Prehispánicas. Origen de las civilizaciones andinas”, por Jorge E. T. Silva Sifuentes. Lexus Editores. Barcelona, 2000.

  • Varios autores: Gran Historia del Perú. Edición fascicular publicada por el diario El Comercio. Lima, Edición Libris S.A., 1998.

  • Villanueva Sotomayor, Julio R.: El Perú en los tiempos antiguos. Historia Preínca e Inca. Publicado por el diario “Ojo”, edición fascicular, 2001. Edición e impresión: Quebecor World Perú S.A.

  • Narváez, Joaquin: Cultura Lima.

  • Diario Expreso: Colección de Historia del Perú. Lima – Perú.

 

María Luz Murguía
amili_670921@hotmail.com


Autorizado por la autora

Ir a índice de ensayo

Ir a índice de Murguía, María Luz

Ir a página inicio

Ir a índice de autores