Salvar al hombre |
¿Valdrá el canto de los niños, los cantos iraquíes por la paz, los nuestros, los de más allá? ¿Valdrá la santidad de los tugurios? ¿Valdrán las pomarrosas de la aldea, los araguaneyes, samanes, apamates? ¿Valdrá saber qué los árboles esconden, lo que saben los caminos? ¿Valdrá el esplendor de las raíces, las uvas negras del destierro? ¿Valdrá que las cocuizas nos visiten, que la rosa siga desnuda, que el jueves vaya después del viernes, que hablen las estrellas, que converse el humo con las nubes, que las hojas se suiciden, que los martes sean bisiestos, que ceniza camine junto al fuego? ¿Valdrá que el viento entre y se despoje? ¿Valdrá que el encaje se desteja, que la noche se desate, que el mar se zafe? ¿Valdrá que surja la estampida sin nada en su bolsillo? |
¿Valdrá que los vientos se amontonen, que desfile el pensamiento, que la
luna sea testigo, que despierte la espesura, que sean iguales los
espejos, que los poetas nos convenzan, que el aullido se desborde?
¿Valdrá que se desnude el anafre, que se agriete la garganta, que la
furia no aguante? ¿Valdrá acabar con la justicia, quedarse en la
miseria, saldar la cuenta con los perros, extraviarse en el camino?
¿Valdrá esperar el día de la victoria, llamar a Dios? ¿Valdrá seguir
haciendo la palabra? ¿Valdrá pensar en el regreso, valdrá soñar, mirar,
amar, morir? |
Pablo
Mora
pablumbre@hotmail.com
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