Los cines |
Nuestras madres ya nos habían comprado en las tiendas / La Perla o La Marina /el primer par de pantalones largos sin embargo -y a pesar de ello -cuando las carteleras del cine Italiano /exultantes de pechos y nalgas a medio vestir anunciaban las películas de la Sarli o la Leblanc -el ingreso a esta sala /nos estaba irremediablemente vedado
En esas ocasiones debíamos conformarnos con las matinés / en el cine Parroquial y las películas de Fernandel en las que el actor francés protagonizaba a don Camilo el buen sacerdote que debía enfrentar a don Peppone el intendente del pueblo ----------un torvo comunista
Lo que sucedía en la pantalla del Italiano nos llegaba por boca de los que habían cumplido los dieciocho /experimentados espectadores de prohibidas Ellos se encargaban de narrar ciertas escenas encarnadas por las diosas /del sexo criollo -con lujo de detalles relatos que a no dudarlo --afiebraban la mente más curtida No faltaron aquellos que modificaron su fecha de nacimiento en la cédula pudiendo de este modo pasar el primer retén: la boletería Incluso en ocasiones lograron ingresar en la sala sentarse confiados --agrandados-- en las viejas --gastadas butacas de cuero antes de ser descubiertos y expulsados con escándalo por el riguroso acomodador --en estos casos la administración no devolvía el importe de la entrada
En el parroquial la programación era responsabilidad del padre Augusto / cuyo modo de pronunciar el castellano delataba su origen había llegado de Italia al medio de la nada pampeana /a comienzos de la década de los 50
En los períodos de calma -es decir cuando las carteleras del Italiano /anunciaban patéticas comedias rosas o de teléfono blanco Los espantosos largometrajes de Enrique Carreras -Palito -Carlitos Balá y aquellas otras películas ---las del tétrico humor nacional /en las que los protagonistas vestían uniforme y en cuya lista de agradecimientos los productores invariablemente citaban /a alguna de las fuerzas armadas Fernandel podía descansar
Entonces el padre Augusto un cinéfilo pleno de fanatismo / que nunca ocultó sus inclinaciones por el cine clase B organizaba ciclos dedicados a John Ford -John Huston al cine policial negro y el de terror
Por supuesto no todo era cine para él /la reposición de El tesoro de la Sierra Madre era motivo suficiente para iniciar una charla acerca de las virtudes teologales o de la avaricia como falta grave del ser humano Frankenstein le sería de utilidad para exponer acerca del rechazo del otro /del abandono en la sociedad contemporánea Tener y no tener de su más que admirado Howard Hawks era el pie que necesitada para hablar horas sobre literatura / norteamericana Hemingway el puente para llegar a William Faulkner Regularmente reponía El Ciudadano Kane sólo para referirse al guionista -Herman J. Mankiewicz y las influencias de Absalom Absalom en la película de Orson Welles
A medida que fue pasando el tiempo llegaron entre otros /Chabrol y la nouvelle vague el Italiano fue perdiendo interés para nosotros Su cartelera continuó anunciando a la Coca y la Libertad los afiches a todo color daban cuenta de la expansión de sus carnes /pletóricas
Luego a partir de la década de los 70 aparecerían sus herederas /una legión de gomosas vedetes que del brazo de Olmedo y Porcel ocuparían no sólo la pantalla del /decaído Italiano Ellas tuvieron la televisión intervenida a su disposición -las radios /los suplementos de espectáculos -las tapas de las revistas fueron elegidas figuras del año -participaron de mesas bien servidas /en almuerzos televisivos Fueron exitosas sus logros -directamente proporcionales a la muerte y el terror /en nuestra noche más oscura |
Esteban Moore, 2007
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