Reír o no reír |
Reír
por supuesto, siempre será mejor reír. Pero tal vez, la
pregunta clave sea ¿vale la pena ver el mundo con buen humor? [1]
Si
la respuesta a esta interrogante es afirmativa, la literatura infantil
puede y debe hacer mucho para que nuestros niños lo logren. Su misión,
entre otras, será iluminar el camino de nuestros niños en el mundo del
humor, dándoles un soplo de alegría a sus vidas. Y
a ver el mundo de manera humorística mediante la literatura se aprende de
la manera mas obvia: leyendo por placer. ¿Pero,
es esto necesario? ¿No son los niños felices y alegres por naturaleza?
¿No es la infancia la edad de esos años maravillosos? La infancia, como nos
dice la Doctora Sylvia Puentes de Oyenard,[2]
esa edad de oro plena de paz,
inocencia y alegría no es más que un mito, una metáfora inventada por
los adultos que ven al infante como un ser feliz, porque carece de
responsabilidades, pero olvidan que ese mismo niño está sometido en
forma constante, a la disciplina, deseo y conveniencia de los mayores. Roald
Dahl nos dice al respecto que si quieres “recordar
cómo es vivir en el mundo de los niños, tienes que poner las manos y las
rodillas en el suelo y vivir así por una semana.¿Que encontrarás al ver
hacia arriba? Gigantes a tu alrededor quienes estarán diciéndote todo el
tiempo qué hacer y qué no hacer” [3] Entonces,
la misión de la literatura infantil será convertir el sufrimiento de los niños, en pompas de jabón, sus miedos en un mundo
lleno de soles, su corazón
ansioso en un bosque de luciérnagas, será pintar sus sombras con los
colores del arco iris con amor y con humor. Solo
al género humano le es dada la posibilidad del humor, la vivencia de lo cómico.
El hombre es el único ser vivo que ríe; su inteligencia y su condición
le dan la posibilidad de ver el mundo desde la comicidad. Reír
y hacer reír,, reírse de
uno mismo, llorar de risa, ver el lado cómico de la situación, son
expresiones que ilustran la noción del humor y de lo cómico como una
manera
de
concebir la realidad, como una forma de construir el mundo.[4]
Y éste es el camino que invitamos a transitar porque estamos convencidos
que la risa puede vencer hasta la desesperanza, y
para producirla y transmitirla mediante la palabra se requiere de
buen humor. Entendemos
como buen humor (con
referencia a las personas y a lo que dicen, escriben, dibujan, etc.) a la
cualidad consistente en descubrir o mostrar lo que hay de cómico o ridículo
en las cosas o en las personas con o sin malevolencia.[5]
El humor es pues, siguiendo esta definición una actitud en acción que
posee una sola dirección- la positiva-y una finalidad cómica. Con
la risa sana, es decir con la risa sincera y abierta, podemos eliminar
bloqueos emocionales, físicos, mentales, sanar nuestra infancia, como
proceso de crecimiento personal. Podemos crear un espacio para estar con
uno mismo, vivir el aquí y el ahora, estar en el presente (ya que cuando
reímos es imposible pensar) nos ayuda a descubrir nuestros dones, abrimos
horizontes, vencemos nuestros miedos, llenamos de luz, de fuerza, de ilusión,
de sentido de humor, de gozo y aprendemos a vivir una
vida positiva, intensa, sincera y total. La
risa es una de las actividades más propiamente humanas. Es uno de los
sentidos fundamentales que hay que ejercitar todos los días. Nos
caracteriza diferenciándonos definitivamente
de los animales. Esto hace que algunos autores vean
en la risa la marca del espíritu, de la espiritualidad humana.
En
cuanto a los temas que se pueden abordar en la literatura infantil
cargados de buen humor consideramos que no existen limitaciones. El humor
es buen compañero de relatos de aventuras, el policial, el misterio, del
cuento fantástico, con humor hasta podemos enfrentar el mal. Situaciones
dramáticas pueden abordarse desde su perspectiva. La experta en
Literatura Infantil , Dinorah Polakof de Zaidensztat[6]
nos dice que el humor es utilizado
en el cuento infantil como catalizador, como una táctica que permite dar
vuelta una situación, distinguir en ella los elementos que eviten que se
tome a lo trágico” y pone
como ejemplo el libro “Pedrito el greñoso” de Heinrich Hoffmann donde
se demuestra la ambigüedad
de lo cómico ya que todos los episodios son
dramáticos
en sí mismos, pero tal es la exageración y tanto el humor que el joven
lector, comprende de inmediato que se trata de un chiste. En
la lectura humorística, cada lector se vuelve actor, puesto que
bastará una sonrisa
para entrar en complicidad con las fantasías del relato, desentrañando
el sentido del mensaje, que será único, personal e intransferible[7] Para Graciela Gallelli, el humor aparece
en la literatura a posteriori de las obras clásicas como una creación
que se distancia de los textos oficiales y ortodoxos.[8]
Así nació en la Grecia clásica, la parodia junto a la comedia y fueron
muy populares los relatos pícaros. A partir de allí el largo camino que
la actitud humorística ha recorrido
ha pasado desde parodiar epopeyas y personajes, ironizar sobre
diversas situaciones en la antigüedad; poner de manifiesto actitudes
erradas, moralizar y educar, manifestar el ingenio y agudeza verbal,
exaltar el goce epicúreo de la vida en la edad media; resaltar lo ameno o
lo amargo de la vida, mostrar la vida del pícaro, exaltar el vivir docto,
mostrar el valor curativo y terapéutico del humor (Rabelais: Pantagruel)
en el renacimiento; mostrar aspectos desde la mirada del gracioso
(Cervantes: Quijote) jugar con
el lenguaje (Shakespeare), en el período barroco; parodiar
e ironizar situaciones y personajes (Molière, Voltaire, Moratín)
en el siglo XVIII; mostrar situaciones desde un humor amargo o irónico,
contar la autobiografía con humor (Mark Twain, s. XIX), exagerar,
ironizar situaciones y
personajes, jugar con el lenguaje, mostrar situaciones cotidianas, en el
siglo XX. El
sentido del humor, es un valor en alza, el espacio que ese humor ocupa en
la literatura infantil es cada vez mayor; desde el nonsense
de Alicia hasta las trasgresiones de Roal Dahl (autor que para muchos niños
es sinónimo de lectura ya que el mismo escritor era un apasionado por convertir a los
niños en lectores y consideraba que para eso “los
libros no deben ser aburridos, deben ser graciosos, excitantes,
maravillosos… libros que los enganchen en la lectura ofreciéndoles la
clase de historias que ellos realmente quieren leer[9] -o
las poesías disparatadas de Maria Elena Walsh, en los que el texto es un
deleite fónico y semántico,
cosquilla y risa al mismo tiempo[10];
para los escritores peruanos Javier Arévalo y Gustavo Rodríguez[11]
si un libro puede llegar a tener el mismo significado que el
“recreo”, sinónimo de libertad y diversión para cualquier
chico en edad escolar, y ocupar un lugar en cada casa así como existen el televisor,
el nintendo o la pelota, entonces
nacerán nuevos lectores. El encuentro del niño y la sonrisa está cada
vez más presente y es que no en vano se conoce desde hace siglos la
importancia de la risa y el sentido del humor. Hace más de cuatro mil años
en el antiguo imperio chino, había unos templos donde las personas se
reunían para reír con la finalidad
de equilibrar la salud. En la India también se encuentran templos
sagrados donde se puede practicar la risa. En las culturas ancestrales de
tipo tribal, existía la figura del “doctor payaso” o “payaso
sagrado”, un hechicero vestido y maquillado que ejecutaba el poder terapéutico
de la risa para curar a los guerreros enfermos. Sigmund Freud atribuyó a
las carcajadas el poder de liberar al organismo de energía negativa, algo
que ha sido científicamente demostrado al descubrir que el cortex
cerebral libera impulsos eléctricos negativos un segundo después de
comenzar a reír. Reírse
incrementa la autoestima y la confianza en
personas deprimidas, supone un refuerzo inmunológico, corta los
pensamientos negativos, elimina el miedo
y ayuda a minimizar los problemas, reír antes de acostarse fatiga
el cuerpo y combate el insomnio. Víctor
Hugo decía que la risa es el sol
que ahuyenta el invierno del rostro humano. En
los últimos años se ha
avanzado mucho en la aplicación de la risa como terapia. Pensamos
de otro lado que la risa es el camino mas corto entre dos personas, y eso
es lo que deseamos cada vez que entregamos un libro de cuentos o de poesías
a un niño, llegar a él, acercarnos a él, que haga suya la historia y
que entre en complicidad para siempre con la lectura, porque le gusta,
porque le divierte, porque le entretiene. Porque le entregamos libros o le
contamos cuentos orientados a
promover la risa mediante recursos lingüísticos que Por
todo lo expuesto, no nos cabe duda que si vale la pena mirar al mundo con
buen humor. Podemos aseverar que reír y hacer reír mediante la
literatura es una propuesta saludable, no hacerlo es nocivo tanto para
nuestra salud corporal como para la emocional. Contar cuentos a nuestros
niños acerca del hombre y del mundo que lo rodea jugando con el lenguaje,
exagerando situaciones y personajes, hará que formemos lectores que
aprenderán con placer, lectores que verán el mundo con humor, es decir
aprenderán a ver la vida de un modo positivo. Estaremos
así, como padres, abuelos, maestros, escritores, ilustradores,
cuentacuentos, titiriteros o desde el lugar que nos toque desempeñar en
sus vidas, garantizándoles dos derechos consagrados por la Convención
sobre los derechos de las niñas, niños y adolescentes, derechos que han
inspirado este magnifico Congreso de Literatura Infantil. Estaremos
garantizando su derecho a leer y su derecho a la diversión. Bibliografía [1]
Roberto Faggiari “El humor en el cine y en la escuela”. Boletín
ADEP Nº14 Año 5to.Buenos Aires 2007 [2]
Puentes de Oyenard, Sylvia.-El niño y su mundo en El
niño y la poesía. Pág.8 Montevideo, 1997, A.U.L.I. [3]
Roald Dahl.- Biography. The oficial Roald Dahl website. [4]
Norma Salles- “ El humor en la escuela es una propuesta seria”. Boletín
ADEP Nº 14 Buenos Aires 2007 [5]
Ibid.- Op cit. [6]
Polakof de Zaidensztat,Dinorah.-“La importancia del humor en la
Literatura Infantil” Boletín AULI 32. Pág.18 Montevideo,1998 [7]
Puentes de Oyenard, Sylvia.-“El humor, un nuevo protagonista” en
El cuento mensaje universal. Pág.
44 Montevideo 1994. [8]
Graciella Gallelli.- “La Literatura de Humor a través de la
historia.” Boletín ADEP Nº
14 Buenos Aires 2007 [9]
Roald Dahl.- op.cit [10]
Sibbald, K.M..-“Las traducciones espirituales de Maria Elena Walsh”.
Boletín A.U.L.I 29 y 30, pág.72,
Montevideo 1994 [11] Diario El Comercio-“Escritores peruanos impulsarán lectura de libros en los colegios”. Lima, 19 de marzo de 2007, Pág. A11. |
Por Sara Montalván Arteta
Ir a índice de América |
Ir a índice de Montalván Arteta, Sara |
Ir a página inicio |
Ir a mapa del sitio |