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Te enredaste en mis sábanas,
llegaste escondida tras las sombras,
endulzaste mis noches
con tus senos, abriste
inocente mi cuaderno
y te enredaste también en mis palabras
como la hiedra derramada.
Te abrigaste en mis sueños
y me dejaste dormir
sobre tu vientre,
entonces te pregunto ahora,
¿Qué haré contigo?
Si haces más largas mis horas
y hasta más lento mi río,
si se han calmado mis aguas
cayendo casi en el olvido...
¿Qué haré contigo?
Si me has engañado
con la suave penumbra
de tu sexo que cae
ardiente de tus dedos.
Dime soledad,
¿Qué haré ahora contigo?
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