Lejos de todo mal,
viajemos lejos de todo mal,
que se nos escurra
el tiempo de nuestro
casi perpetuo abrazo,
que nos explote
el eléctrico paisaje
en la cara del sueño
y nos elevemos
lejos,
lejos de todo mal...
como si nunca
hubiésemos tenido raíces,
viéndolo todo,
viendo cómo se desamarran
los rostros
en el oleaje de la sangre
que inunda al mundo.