Oda final de amor en Nochebuena

poema de Ricardo E. Molinari

Selección de Jorge Zunino

De "El alejado" (1943)

Ya estoy fuera de la tierra, como algunos ángeles. Quizás hoy deje de quererte,

igual al viento, desdichadamente, a unas flores.
Sin paciencia la tarde recoge de mis ojos, de mi cuello, de mis densas y amargas manos,

esta última luz.

Sé que no debo quererte; que así deben ser la noche, mis labios, el hastío melancólico

de los hombres, el aire. Mi corazón desierto,

impaciente sobre dos ríos.

¡Querer! Nadie sabe hasta dónde llega el olvido; mi cabeza.

Las hojas que caían al principio del otoño,

en aquel tiempo, lloran con su clavel antiguo

debajo de la tierra.
(Alguna vez quise que tu polvo se mezclara con el mío, para siempre, y para siempre.)

Mi boca no está seca aún; habrá una breve inmovilidad sombría,

en que podrás saberla aprisionada, sin nadie.
Como una hoja dura descansa mi mano entre mis largos y tristes cabellos.

¡Qué sabréis de mí, oh vientos del sur!

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