Carnaval de ausentes poema de Jorge Enrique Móbili |
1
Que
madre no hubiera podido encontrar en mi. un sueño como una columna, la alta aurora bien nacida?
De qué manera enrojecieron los años la indiferente soledad de los aviadores, la pleamar de las uvas y mis cejas desvirtuando el cielo inclinado de tus brújulas; situando una amistad incomprensible y un río de párpados glaciales?
Con un pie por decir: más allá de mis venas,
tú tienes los oídos en un
rincón
Un pie ceniciento
Vamos con abrazos ceñidos y una débil figura hacia adentro
y una débil bujía
porque ellos tendrán la borrachera de la tinta
Dejaremos pasar sus cuaresmas cenicientas
aprendidas en los dedos del
luto.
Sus lenguas sarán nuestro trofeo.
nosotros aquí estamos. conmigo mismo, nos apretamos los cuerpos y no nos confundimos; entre claveles y toros de furia
proclamando la historia del
futuro. ★
2 y así transcribo mi ternura.
No importan ya los abuelos ni sus gloriosas carabinas herrumbradas; levanta tu clamor y que el horizonte comience por un árbol.
No quedará nadie, mañana, junio al amanecer buscando los fósforos de esos espejos,
un olor a barniz levantará las paredes mi lenguaje ha da invadir otras puertas, y habrá un mañana de párpado en párpado;
en los mismos espejos
el gusto total del aceite
gastamos las mismas manos
★ 3 Un gobierno de carteles sube el mundo
en uñas ensangrentadas,
Yo te nombro en la alta furia que distingue
y lo que invento para que el hombre avance con su marea replegada.
Le he dado a este día de cal desperdiciada su fósforo infinito.
Con qué recelos me entiendo con mis órganos cada mañana:
es una mano atada a su buey de congojas
un pie por el aire (pisando un cisne en otro hierro de la noche) vuelto sobre las piernas a transitar en ronda interminable.
Sus lenguas sarán nuestro trofeo.
Así caímos con nuestros primeros años, nuestra cadencia duró lo que una pluma
en las manos tiernas del aire.
¿No sientes los soñados hijos
¿Qué tierra sin murallas nos espera?
El último día del geógrafo enrarecido.
el día celeste con su naranja sin cabalgadura,
el hierro fijo atado al
cielo. |
poema de Jorge Enrique Móbili
Publicado, originalmente, en: Poesía Buenos Aires Tomo I (1950-1955) Edición facsimilar Número 1. Primavera de 1950
Link del texto: https://www.bn.gov.ar/micrositios/admin_assets/issues/files/b4209ab22854a60118b62153fe2cad4d.pdf
Poesía Buenos Aires Edición facsimilar editada por Biblioteca Nacional Mariano Moreno de la República Argentina a la cual agradece Letras Uruguay
Ver, además:
Jorge Enrique Móbili en Letras Uruguay
Editor de Letras Uruguay: Carlos Echinope Arce
Email: echinope@gmail.com
Twitter: https://twitter.com/echinope
facebook: https://www.facebook.com/carlos.echinopearce
instagram: https://www.instagram.com/cechinope/
Linkedin: https://www.linkedin.com/in/carlos-echinope-arce-1a628a35/
Métodos para apoyar la labor cultural de Letras-Uruguay
Ir a índice de poesía |
Ir a índice de Jorge Enrique Móbili |
Ir a página inicio |
Ir a índice de autores |