211 años de los garifunas en Honduras: de caribes y guatiaos
Miriam Miranda

En el año de 1520 el Licenciado Rodrigo de Figueroa fue encargado por la Corte de España, para decidir cuales eran las hordas de la  América que se podían mirar como de raza "caribe" o caníbales y cuales otros eran los Guatiaos, es decir, los indígenas de paz y amigos de los españoles. Esta pieza etnográfica denominada el Auto de Figueroa, podemos decir que es un monumento a la barbarie de los conquistadores, que optaron por esclavizar y asesinar a los que se oponían a sus designios.

Nuestros ancestros los kalinagos, los  que habían emigrado en el siglo XXII desde las costas de Venezuela y Guayana a las Antillas, debido a su férrea oposición a los embates de los conquistadores, fueron catalogados como caribes y se les decretó una guerra de exterminio. Sin embargo en la Isla de San Vicente los kalinagus resistieron a los españoles y a las otras potencias que pretendieron colonizar sus dominios, hasta finalmente caer bajo el yugo de los  ingleses en 1795, los que deportaron a nuestros ancestros a la Isla de Roatán.

El Auto de Figueroa continua siendo utilizado en la actualidad, por los organismos financieros internacionales y sus súbditos los estados-nación. Los guatiaos: es decir, los líderes y pueblos sumisos a los mandatos del Banco Mundial y el BID, son mimados por los políticos locales y las mafias del "desarrollo", ya que se prestan a la explotación de sus territorios y la paulatina homogeneización cultural vinculada con el "progreso".

El año pasado en el mes de abril publicó una reseña el escritor Roberto Quesada  - el big banana de las letras nacionales - el cual cada semana nos ha venido premiando con interesantes columnas, relacionada muchas veces con temáticas nacionales. En el artículo en cuestión,  el manifestó que la desunión entre los Garínagus se asemejaba a la guerra étnica en Rwanda. En realidad Quesada usa la hipérbole como una de sus figuras literarias favoritas, pero en este caso hay algo de verdad. La división que existe es producto  de la  interferencia de los blancos y mestizos, ya que no existe una guerra interna entre nuestro pueblo Garífuna sino animosidades entre las ONGs que a instancia de políticos y vividores de turno han venido alentando la confrontación, sobre el manejo de la celebración de los 211 años.

La OFRANEH el año pasado acompaño la Conmemoración en la comunidad de Tocamacho, siguiendo la tradición de las comunidades de Iriona y Gracias a Dios, los que se turnan cada 12 de abril los festejos relacionados con el arribo de nuestro pueblo a Honduras que incluye la dramatización de la llegada.

Este año de nuevo acompañaremos dicha celebración en la comunidad de Batalla, a la cual le corresponde su turno y donde de paso desarrollaremos un Foro sobre la Adaptación y Mitigación de las consecuencias del Cambio Climático. Es importante recalcar como las comunidades de Tocamacho, Batalla y Plaplaya se encuentran amenazadas por la enorme deforestación que se ha suscitado en el Río Sico y la destrucción de los manglares de la Laguna de Bacalar.

Como herederos de los kalinagus (caribes) y de los náufragos africanos que arribaron a San Vicente a mediados del siglo XVII, nuestro pueblo es portador de una cultura rica en tradiciones orales, donde nuestro idioma de origen arawak maipure norteño lo hemos conservado íntegro hasta la fecha, al mismo tiempo que el Dugu - la religión animista de nuestros ancestros - continua siendo el eje de la cosmovisión garífuna.

Es importante señalar que nuestro héroe Satuye - el que el 14 marzo cumple 213 años de haber sido asesinado por los británicos- fue uno de los próceres  y defensores de la libertad en las islas del caribe, al igual que Fedon en Granada, Toussaint Louverture y Petión en Haiti. El siglo de las luces en el caribe y los líderes negros sentaron la pauta para la independencia del resto de la América.

La celebración gubernamental de los 211 años - la que se efectúa a instancias del presidente Manuel Zelaya - está manejada desde el Ministerio de Turismo y el Ministerio de Deportes y Cultura; entendemos que será un acto protocolar con la asistencia de diplomáticos y de la cooperación, donde algunos Afrodescendientes bailarán al ritmo de los mandatos del estado, olvidando la tragedia del VIH/SIDA, cambio climático y el despojo sistemático de nuestros territorios.

Mientras tanto, sin pedirle dinero a un Estado menguado y saqueado, nuestra organización acompañara a las comunidades más postergadas y que se encuentran al borde de ser devoradas por el mar, como casi sucedió en el año 2005, cuando la Tormenta Gamma convirtió a Pueblo Nuevo en una isla y abrió cinco barras a lo largo de la costa de Iriona, desconocidas hasta la fecha.

El pueblo Garinagu continua portando la antorcha de la libertad, aunque algunos de nuestros hermanos adictos al poder le bailen a los gobiernos de turno, y se sientan consumados al ser parte de los rituales del gobierno de un país bananero.

Para la OFRANEH la división inducida desde las esferas del gobierno no es nada nuevo, desde el año pasado algunos afrodescendientes de cuello blanco, han venido amenazando que se tomaran nuestra oficina, dado su apetito por los fondos del DIPA (préstamo del BID), dineros que hemos rechazado de forma categórica, ya que viene contaminados con un virus llamado PPP (Plan Puebla  Panamá) con el que pretenden arrebatarnos lo que resta de recursos y los territorios ancestrales.

Miriam Miranda
OFRANEH
La Ceiba 12 de Marzo del 2008

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