La noche de los muertos vivientes poema de Tiffany Midge (1965), poeta hunkpapa sioux, originaria de la costa noroeste de Estados Unidos
Mixtecos celebran halloween en Gilroy, California. Foto: Eniac Martínez (detalle) para Sherman Alexie
“Si regresan de los muertos ¿serán amigos? ¿O enemigos? |
|
Resucitados de bóvedas y féretros los recientes y no tan recientes difuntos se han alzado armados con su propia carga de testimonios que contar. No me libré del certero horror de la cinta. Las inconsolables imágenes que la película serie B me infligió. Veinte años después aquí me tienes preguntando. ¿qué tal si? ¿Qué tal si los espíritus danzantes en Wounded Knee estuvieran a punto de levantarse de su fosa común y voltear el mundo al revés? Supón que las profecías delirantes se hicieran realidad. ¿Entonces qué? Dime, ¿cómo perdonar si son tantas las razones para la venganza? En una época en la que el cliché más accesible, “la mejor venganza es vivir bien”, se burla cruelmente del destino de los indios actuales. Es lo que pasa cuando las masacres se vuelven una metáfora más. Los huesos de los muertos se exhuman, dispersan, venden. La roca sagrada de los santuarios vuela por los aires en nombre del patriotismo. Místicos mentecatos que venden cristales e incienso se apropian de la religión lakota. Cherokee resulta tan sólo otra marca de ropa barata y camionetas 4 por 4. Un magnífico pasado se reduce a tarjetas postales puestas a galaxias de distancia. Si escuchas, si escuchas fuerte, capaz que percibes a los muertos. ¿No lo sabes? Han hablado durante años. Sus espíritus siguen danzando, cuentan una y otra vez la misma historia. Sus voces, malinterpretadas por los televangelistas y los programas de opinión. Sus voces que escurren al sistema de agua de las ciudades. Sus voces que llenan los lugares más vacíos del universo en el fondo de las albercas, en los callejones solitarios, en viejos temores envueltos en cobijas húmedas, en sucios pensamientos en cuchillos embotados en sueños caducos. ¿las puedes oír? Cada generación de cada sociedad de cada cultura fabrica su propio salvador. Salvarse salvarse salvarse es una expresión que usamos para frenar nuestra destrucción. Para salvarnos de nosotros. De artillerías emboscadas Armagedón angustia, de pólvora dioses iracundos germicidas tumbas prematuras, de el pasado el presente el futuro, de vidas, vidas, vidas. Éstas son nuestras vidas. ¿Por qué los soldados no escucharon a los muertos? En el territorio Laguna una mujer pueblo tuesta piñones como ofrenda para las tumbas de sus muertos. Su cuerpo prende largas velas y se derrite en espíritu. Sus hijos desfilan como duendes a través de la noche brillante, ponen fuego a sus sombras, pinzan la comida de sus tazones para alimentar a los difuntos. Oyen hablar a los muertos. La noche que presencié el guión de John Russo puesto en vida, un grotesco capirotazo del tipo B, quedé asombrada y admirada. Al final del drama su mensaje sangraba en intenso rojo en mi pensamiento, me clavaba su queja en el corazón porque escuché. La pantalla sólo ofrecía una visión en blanco y negro pero cada zombi era verde technicolor, la carne de cada víctima florecía en púrpura y azul. Yo oía hablar a los muertos. Cada existencia que se extingue habrá de reinventarse de otra forma. Ése era el mensaje, una advertencia de que los muertos viven siempre. En un mundo donde cada generación de cada sociedad en cada cultura diseña su propia histeria mesiánica, donde la esperanza puede destrozarse como el vidrio y los sueños de la gente perecer con tal violencia. Los fantasmas están siempre con nosotros. Escuchando. Mirando. Cargan nuestro peso en sus espaldas, se aparecen en nuestras visiones, se anuncian en los cines, en la tv satelital, en los cables y las antenas, en los sótanos y las tazas, siempre, permanecen con nosotros, hacen declaraciones en los estrenos de Hollywood, en cada baile inaugural, en las supercarreteras del ciberespacio, en la quietud de la noche, arrullan nuestras pasadillas, preservan nuestra fe en el mañana. Escucha: ¿oyes hablar a los muertos? Nos salvan y nos resucitan. |
Tiffany Midge (1965), poeta hunkpapa sioux, originaria de la costa noroeste de Estados Unidos, es autora del poemario Renegades and Saints. Diary of a Mixed-Up Halfbreed (Greenfield Press, Nueva York, 1996). Es promotora teatral, editora de poesía en la notable revista multicultural The Raven Chronicles de Seattle y miembro de la reservación sioux de Piedra Parada (Standing Rock) en el estado de Washington.
Traducción: Hermann Bellinghausen
Originalmente en "Ojarasca" Suplemento mensual de La Jornada Nº 201 enero de 2014
http://www.jornada.unam.mx/2014/01/11/ojaportada.html
Link del poema:
http://www.jornada.unam.mx/2014/01/11/oja-noche.html
Editado por el editor de Letras Uruguay echinope@gmail.com
facebook: https://www.facebook.com/carlos.echinopearce o https://www.facebook.com/letrasuruguay/
linkedin: https://www.linkedin.com/in/carlos-echinope-arce-1a628a35/
Círculos Google: https://plus.google.com/u/0/+CarlosEchinopeLetrasUruguay
Métodos para apoyar la labor cultural de Letras-Uruguay
Ir a índice de poesía |
Ir a índice de Tiffany Midge |
Ir a página inicio |
Ir a índice de autores |