Más allá de su hibridación contemporánea (el sci-fi
y el documental), la apuesta por la inmersión audiovisual
sitúa a Usuarios entre las películas que, desde
Koyaanisqatsi (Godfrey Reggio, 1982) y Baraka
(Ron Fricke, 1992) hasta Homo Sapiens (Nikolaus
Geyrhalter, 2016), recurren al potencial de sensorialidad
del cine para abordar temas universales como la relación
entre humanidad, naturaleza, tecnología y tiempo. Si bien el
filme no presenta argumentos explícitos, consigue en cambio
un flujo de composiciones envolventes cuyos materiales no
entorpecen la continuidad, además de que éstos suscitan una
experiencia visual y emotiva. La voz de Almada no recurre a
la técnica documental habitual pues combina lo expositivo,
lo interrogativo y lo experimental para formular temáticas y
preguntas que convocan a la audiencia a reflexionar en
segmentos cuyos planos tienen la duración idónea para la
observación y la meditación.
Otra dimensión de la
sensorialidad de Usuarios que constituye una
experiencia valiosa sobre todo en la sala cinematográfica es
el diseño sonoro y la música de Dave Cerf. Bajo la
interpretación del legendario Kronos Quartet, el cual cuenta
con 48 trabajos de soundtrack para cine, televisión
y video, los paisajes sonoros parten de un leitmotiv
con dos notas en violín para transitar por atmósferas
emotivas, inquietantes o inciertas realmente inmersivas como
el acompañamiento en travelling de un tren que crea
la impresión de un heraldo nocturno. Incluso la premisa de
la perfección-imperfección dispuesta desde la pregunta base
del guion está materializada en la sonoridad, pues la música
combina materiales digitales con instrumentos. Con estos
recursos, el filme concreta una mezcla en la que coexisten
equilibradamente sonidos directos intensificados, timbres
digitales, voces y efectos que dan lugar a una audiovisión
consistente y conmovedora.
Rodado antes de la pandemia cuando los hijos de la directora
contaban con tres meses y dos años de edad respectivamente,
Usuarios fue programada en festivales como Sitges,
Morelia y Los Cabos. Además, en la edición 2021 del Festival
de Cine de Sundance mereció el premio a mejor dirección
documental. Según la propia directora, esta película se
distingue de sus trabajos previos porque aborda un tema
general en lugar de focalizarse en temáticas situadas en
México. A pesar de ello, se trata de una producción
fuertemente vinculada con su contexto inmediato ya que
Almada vive en San Francisco y allí ha encontrado una
comunidad vinculada laboral y socialmente con las
tecnologías. Es por ello que el trasfondo conceptual de su
propuesta se vincula con en el pensamiento de Shery Turkle
quien, desde el MIT, ha estudiado el advenimiento de la
actual era digital antes de su consolidación y ha advertido,
en obras como Alone Together (2011), que
el apego a las máquinas podría reemplazar las relaciones
humanas directas toda vez que podría perderse nuestra
posibilidad de conversar.
Aproximación íntima y colectiva simultáneamente,
Usuarios podría percibirse como una especie de
intercambio epistolar de una madre con sus hijos. Sin
embargo, antes que una carta cinematográfica, esta pieza
tiene un rol más bien cercano al de una cápsula del tiempo.
Es por ello que el guion juega a hablar del presente como
pasado. Hay una secuencia en que Almada revela su propia
fisonomía en la sala de producción sonora para convocarnos a
un experimento en el que graba su voz para incorporarla a un
programa de inteligencia artificial. En un nuevo motivo
vinculado con la cultura de la ciencia ficción, la secuencia
alude a un futuro posible en el que su ausencia sería
remediada por el registro de su voz de modo que sus hijos
nunca perderían de su compañía. En el caso de un filme cuya
poética ya no es novedosa si se vincula con los antecedentes
ya citados de su estilo, la idea de mezclar lo sensorial con
lo experimental otorga singularidad a una reflexión
audiovisual que se preocupa por la prevalencia de las
relaciones humanas directas.
En Usuarios, además de una visualidad capaz de
sorprender con perspectivas imprevisibles o paisajes sonoros
profundos, prevalece una edición que balancea la inmovilidad
con la movilidad en una colección de secuencias que
concatenan motivos tecnológicos con motivos de naturaleza.
Es un sumario audiovisualmente equilibrado e inmersivo de
campos vacíos por los que, sin la voz de la realizadora o la
presencia esporádica de escenas de crecimiento de sus hijos,
se podría pensar en un mundo sin seres humanos a la manera
del largometraje sensorial de Viera Čakányová (Frem,
2020). Una de las tesis del filme subyace en
la aparición ocasional y meditada de los niños cada vez que
están frente a una pantalla para que descubramos
su curiosidad o su involucramiento, o para que veamos su
experiencia con la naturaleza. Estas imágenes expresan una
paradoja sustancial de la era tecnológica: la promesa de más
conectividad que, en cambio, ha
implicado menos conversación. La paradoja, también, de que
la experiencia directa podría resultar irremplazable cuando
la despojamos de nuestros dispositivos tao y como advertimos
en una caminata concluyente, repleta de sonrisas, de un niño
por las arenas de la costa californiana.
En una de sus reflexiones sobre las derivas de la era
tecnológica, Neil Postman sugirió que no solamente debíamos
preguntar qué hace la tecnología, sino que también debíamos
indagar qué es lo que ésta deshace. Bajo esta concepción, el
autor de Tecnópolis (1992) advirtió que toda
tecnología produce cambios sistémicos por lo que implica
costos culturales. Entre las imágenes de Usuarios
hay algunas constantes que no es posible pasar por alto:
entornos poblados de máquinas o dispositivos sin la
presencia de humanos o fisonomías de niños que interactúan
en soledad con pantallas que no podemos ver. También vemos
manifestaciones incontrolables de la naturaleza como la
sequía y los incendios. Sin que el montaje establezca un
nexo causal entre estas instancias, su registro aporta
motivos que conducen a pensar que el precio cultural de la
humanidad tecnologizada es la pérdida de la convivencia no
mediada y la certeza de que el desbalance que padece el
medio ambiente, originado en gran medida por la intervención
y el uso excesivos del ser humano, no puede ser controlado
ni siquiera con los más recientes avances tecnológicos. En
ello reside una de las tesis visuales de este documental: la
profunda semejanza entre naturaleza y tecnología. Más aún,
la certeza, entre tanta incertidumbre con forma de pregunta,
de los ciclos aparentemente equilibrados que rigen el
principio y el fin de todo lo existente.
Ficha técnica:
Título original: Users / Año:
2021 / Duración: 81 min. / País: Estados Unidos / Dirección:
Natalia Almada / Guion: Natalia Almada / Música: David Cerf
/ Fotografía: Bennett Cerf / Reparto: Documental /
Productora: Coproducción Estados Unidos-México; Department
of Motion Pictures, Altamura Films / Género: Documental
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