El montaje de Flora Volpière acude a la tensión entre centro
y periferia, o entre mirada insider y outsider,
y potencia la cámara en mano de Julien Poupard para
articular una permanente sensación de movimiento a través de
una selección y ordenamiento de planos sin elementos
innecesarios ni redundancias. El trabajo experto de este dúo
produce un realismo contundente con dinámicas explícitas e
implícitas en un vértigo que jamás incomoda al espectador ya
que se vuelve el sistema de atención del filme. El punto de
vista contrastado pondera la visión de Ruiz para
aproximarnos con naturalidad a los sucesos mediante la
incertidumbre que implica reconocer nuestra mirada como
ajena de modo análogo a la del propio personaje ante esa
realidad. Es el oficial que vino de lejos, que tiene a un
hijo propio en otro lugar y que arriba a un entorno lleno de
infantes oprimidos por las autoridades oficiales y no
oficiales de la localidad.
El aporte del punto de vista va más allá de establecer un
eje, ya que Ladj Ly procuró un tratamiento de imágenes
similar al de un documental que magnifica la proximidad con
los personajes y con el entorno mediante una cámara liviana
que va detrás de Ruiz quien, a su vez, sigue los pasos de
Chris y Gwada. El mando de la unidad callejera de policías,
que juega a ser un tipo duro y que no disimula su desdén
racista, dirige las cacerías para acosar muchachas, para
organizar la ilegalidad tolerada antes de que desborde en
violencia o para sacudir a los más vulnerables y generar
cierta percepción de autoridad. Autoridad pervertida, el
policía desencadena la furia de los más desprotegidos cuando
un operativo culmina en una agresión atroz. El actor y
coguionista Alexis Manenti es el polo de atracción de la
cámara al tiempo que la principal causal de las reacciones
colectivas. Es, especialmente, un personaje complejo, porque
también tiene hijas, que da evidencia de un rodaje que no
califica la diversidad humana representada,
independientemente de que se trate de policías abusadores,
traficantes, niños ladrones o niños mirones, o líderes que
están al límite de la ley. Hay una mirada neutra que resulta
fundamental para descubrir una ética de la representación
donde no es sencillo distinguir a los oprimidos de los
opresores pues el orden más general hace de todos unos
miserables contemporáneos.
En menoscabo del realismo de ficción documental y de la
proximidad del referente de las trifulcas de 2005 que el
propio cineasta documentó en 365 días en Cluchy-Montfermeil
(2007), hay una dimensión intencional en el guion del
filme que reduce su aporte representacional: el léxico
también es neutro. Los parlamentos están totalmente
adecuados al cine de ficción. En un entorno de
heterogeneidad identitaria, los modos de hablar de los
personajes permiten que predomine la ficcionalidad y así
quedan fuera los registros de un trabajo fundamentalmente
comunitario realizado con el colectivo de actores Kourtrajmé,
otros profesionales del medio como Damien Bonnard (con esa
mirada siempre meditativa y atenta al tenso espacio fuera de
campo visual) y de unas doscientas personas que pertenecen
al vecindario donde destaca el papel de Issa Perica como el
niño protagónico de los dos fervores que enmarcan la
película. Esta pérdida de verosimilitud ofrece a cambio un
equilibrio de los asuntos narrados y condensa la mirada del
personaje guía en los detalles clave del espacio social.
Es evidente que Los miserables forma parte de un
proyecto de largo plazo. Inició con el pietaje que Ly rodó
en 2005 en las calles del barrio y que se negó a vender a
empresas de televisión, continuó como un documental emitido
en plataformas streaming y cobró forma de un
cortometraje de ficción, nominado en los premios César en
2018, antes de llegar a la entrega final. La película
resultante evidencia su factura de ficción en una unidad
visual-narrativa sin perder por ello el conocimiento cierto
de las situaciones humanas que sirvieron de referencia. El
director ha sido residente de la localidad y su hijo hace el
papel de un niño, Buzz (Al-Hassan Ly), que suele filmar a
sus vecinas y a su bario con un dron. Este motivo
autobiográfico está integrado cinematográficamente ya que
las imágenes filmadas desde el artefacto crean un patrón
entre la visión general, desde el aire, y la percepción a
nivel de la calle de Montfermeil. Una dialéctica de lo
general a lo particular y viceversa que semeja al conflicto
entre la mirada del residente (o la periferia) y el
visitante (o el centro). Todo ello como un modo de
mostración de un universo urbano poco conocido y que busca
ser comprendido a través del cine.
Ecos lejanos de Gavroche y Javert, Issa y Chris podrían ser
los únicos motivos reelaborados con base en la fuente
original. A pesar de ello, puede afirmarse que Los
miserables de Ladj Ly no es la adaptación de una
novela, sino la versión de una locación literaria (ahora
fílmica) y de una línea de Victor Hugo citada por el propio
filme: “No hay malas hierbas, ni malos hombres. No hay más
que malos cultivadores”. Malos cultivadores representados
por las distintas formas de autoridad del filme. Desde El
Alcalde hasta Salah o Chris, todos ellos presuntos guías de
un cierto orden, se ven repentinamente superados por la
furia de aquellos a quienes tendrían que aleccionar. De allí
que haya otra figura de la fuente novelística plasmada en el
filme: las barricadas; barricadas contemporáneas adentro y
afuera de un suburbio de multifamiliares; muros fieros con
capuchas, pieles multiculturales, ojos irritados y miedo de
gente obligada a madurar y rabiar demasiado pronto.
Barricadas donde es imposible determinar quién será la
víctima y quién el victimario.
Ficha
técnica
Título original: Les
Misérables - Año 2019 - Duración: 102 min. - País: Francia
Francia - Dirección: Ladj Ly - Guion: Ladj Ly, Giordano
Gederlini, Alexis Manenti - Fotografía: Julien Poupard
Reparto: Damien Bonnard, Alexis Manenti, Djibril Zonga,
Jeanne Balibar, Steve Tientcheu, Issa Perica, Al-Hassan Ly,
Almamy Kanoute, Nizar Ben Fatma, Raymond Lopez, Luciano
López, Jaihson Lopez, Sana Joachaim, Lucas Omiri, Rocco
Lopez, Zordon Cauret, Steve Cauret, Omar Soumare, Abdelkader
Hoggui -
Productora: Lily Films / Rectangle Productions / Srab Films
/ Canal+ / Le Pacte / Ciné+ / Wild Bunch - Género: Thriller.
Drama | Policíaco
Premios
2019: Premios Oscar: Nominada a Mejor película internacional
2019: Globos de Oro: Nominada a Mejor película de habla no
inglesa
2019: Festival de Cannes: Premio del Jurado (ex-aequo)
2019: Premios del Cine Europeo: Premio Discovery. 3
nominaciones
2019: 4 Premios César: Mejor película, actor revelación,
montaje, premio del público
2019: Critics Choice Awards: Nominada a Mejor película de
habla no inglesa
2019: Premios Independent Spirit: Nominada a Mejor película
extranjera
2019: Premios Goya: Mejor película europea
2019: Círculo de Críticos de San Francisco: Nom. a Mejor
película de habla no inglesa
2019: Satellite Awards: Nominada a Mejor película
internacional |