En el terreno de la estética, el diálogo cultural se
manifiesta en el baile Butoh, una expresión que surgió por
el contacto entre el expresionismo alemán y el arte japonés.
Trudi amaba las tradiciones niponas y su admiración la había
conducido a practicar esta danza. A pesar de ello, era una
mujer paciente que deseaba cumplir su mayor anhelo sólo al
lado de su marido. Aquí radica la paradoja que da simetría a
la narrativa de la cinta. Las flores del cerezo
primero relata la soledad de Trudi y, tras su muerte, que es
el desdoblamiento de la metáfora, comienza la crónica del
aislamiento de Rudi. La película se funda en su analogía con
una pieza de danza Butoh del mismo modo que hizo Takeshi
Kitano con el teatro Bunraku en Muñecas (2002).
Si los colores y los objetos son relevantes en la
significación de esta cinta, su mayor valor es el encuentro
entre los elementos de dos tradiciones artísticas. La
simetría nipona está emparentada con el muy alemán juego de
contrastes; el cerezo, que es la fugacidad, equivale a la
flor azul del romanticismo alemán, o bien, la imposibilidad
de contener el destino. El tema esencial de la película está
en contacto con los aspectos notables de las civilizaciones
que dialogan en ella: la belleza como vehículo del alma y
la serenidad como medio de trascendencia. Rudi viaja a Tokio
con la ropa oriental de su mujer, la cual utiliza cada vez
que sale a caminar, y encuentra a una joven de la calle que
lo instruirá en el Butoh. Ambos han perdido a un ser querido
por lo que su amistad deviene confianza. La joven conduce a
Rudi al monte Fuji, donde el alemán cumple el anhelo
permanente de Trudi. Para conseguir la comunión con su vida
y con su mujer, el hombre tuvo que aprender a ser paciente y
a comprender que lo bello y lo trascendente sólo se descubre
a través de la contemplación.
Las flores del cerezo es un ensayo fílmico,
disfrazado como ficción, en torno a los aspectos esenciales
de la filmografía de Yasujiro Ozu. Más que una apropiación
del estilo del japonés, Dörrie reflexiona sobre su arte. En
la realización de este ejercicio consigue una película de
una belleza visual y semántica extraordinaria. Y es que, más
allá de que goza de una fotografía impecable a cargo de
Hanno Lenz, esta película logra una inmersión profunda en
los símbolos universales de dos culturas altamente sensibles
a partir de ideas que nunca dejarán de inquietar a lo seres
humanos: el amor, la soledad y la fugacidad de la vida.
Ficha:
Las flores del cerezo
Título original: Kirschblüten - Hanami (Cherry Blossoms -
Hanami)
Año: 2008
Duración: 122 min.
País: Alemania
Dirección: Doris Dörrie
Guion: Doris Dörrie
Reparto: Elmar Wepper / Hannelore Elsner / Maximilian
Brückner / Nadja Uh / Floriane Daniel
Música: Claus Bantzer
Fotografía: Hanno Lentz
Compañías: Olga Film GmbH, Bayerischer Rundfunk (BR), arte,
ARD degeto
Género: Comedia. Drama |