Shugniqui |
"A fin de cuentas, solamente los propios niños son quienes deben de identificar quien y que es lo que son. A nosotros los investigadores nos corresponde escuchar y aprender. Las decisiones clínicas no deben estar basadas en predicciones anatómicas, ni en la "correcta" función sexual, tampoco es una cuestión de moral o de "congruencia" social, sino en aquel camino que sea el más apropiado para el probable desarrollo del patrón psicosexual del niño. En otras palabras, el órgano que se presenta como crítico para el desarrollo psicosexual y la adaptación, no son los genitales externos, es el cerebro." William Reiner, M.D., Ser Varón o Hembra--Esa es la Cuestión, 151 Arch Pediatr. Adolesc. Med. 225 (1997)]. |
¡Huallmicu! ¡Huarmiashca! ¡Mapajuchata may munag! ¡Miserable aberración de los elegidos infernales! Impura arcilla amasada con premeditación diabólica ¿Quién le movió la mano al artesano para enmarañar su obra? ¿Quién pergeñó esos esbozos para que extraviaran el pulso? El maleficio por ocultar la esclavitud de la sangre se ha cumplido El cundur no ha batido sus alas, no ha descendido de las cúspides sarachagra con sus cabezas cenicientas se bambolea tucuy pucushca chagra muruta tandash huacaychina chingay Cómo te atreves a abandonar a los tuyos a tu pueblo que desde el despojo no ha sido libre Tú, el que prolongaría el poder de los runa-cari el que reivindicaría la nobleza que nos fue expoliada el que nos devolvería el esplendor de nuestros ancestros. Has vulnerado la palabra que han honrado los guerreros has permitido que el Supay te hable con su lengua sucia Te has revolcado como millanaypag sin vergüenza y nos has negado la esperanza de volver.
Esas palabras el cerebro te arponeaba. Tu confesión en un acto de libertad te había condenado Tú, el heredero de la tradición, el que negó su hombría el que relegó a la elegida de tu siririna palti al desierto. Tú, frente a tu juicio, te has traicionado ¿Dónde enterrarás la fe de todo un pueblo que en ti creía? ¿Dónde esconderás la historia que te profetizaba…? Llora, laméntate, esa decisión te abisma en un mundo incomprendido
Mírate, pobre despojo de una fastuosidad milenaria sin afectos, vilipendiado por la infamia de tu estigma en el fluctuante mundo de los deseos sucumbirás extraviado.
Cuando naciste la tempestad confundió las advertencias !huaquinhuaquinqui ricurig! la exhortación se perdió en la atarraya de los truenos mientras el diluvio lamía el cuerpo exangüe del alambique y en precipitados riachuelos desperdigaba los vestigios. Se ha esfumado de la memoria el recuerdo de tu origen. Te nombraron como al primero de tu estirpe huañugpa saquishcata chaquig Redentor, Quetzalcoatl, Serpiente Emplumada… No, no, no, tú no querías un rebaño de desesperados tú no estabas predestinado para devolver nada a nadie tú no eras el último guerrero que la insurrección generaría. Siempre supiste que la liberación se gestaría en tu propio cuerpo Ya de niño sentías que la masculinidad no se te antojaba ya de niño te enfrentaste al mundo con la imagen fragmentada aprendiste a callar cuando ella te sacudía desde adentro fingiste ser el macho que legitimaban las miradas nadie sospechaba de esa virilización incompleta entre ingles.
Crispados tus impulsos olfatearon la tragedia la adrenalina estancada en tu zozobrante mirada en un relampagueante fogonazo a tus manos empujaron y los duendes de las malignas delicias, apretaron. Desgranados tus pensamientos en un rosario de blasfemias petrificado por el paroxismo de tu testimonio incoherente, macilento, irradiando emocionales fusilamientos no advertías que tu amante declinaba en el holocausto de su orgasmo desgarrado del último soplo consciente de su vida; heredándote el crimen de su ausencia se perdió en la oscuridad.
Sumido en las alborotadas aguas del afluente bautismal el bramido de la cascada ensordecía la letanía de tu unción el agua, el aire y la respiración se rubricaron en tu legado interpretaste magistralmente la obertura de la muerte. El más allá reconoció al ungido de las rebeliones indígenas al ser que se dilucida y que escindido el umbral atraviesa. Tu harem de vírgenes con su danza erótica-espiritual con parpadeos de vientre, ondulaciones de caderas y hombros deshojaban tus deseos para satisfacer tus complacencias. Todas las distinciones azarosas que exhortaría tu investidura de kuraka
dispuestas en el altar de las oblaciones se hallaba apenas un destello de cruel vanidad se clavó en tu alma una risa estrepitosa en el laberinto de tu interior pendenciaba ululando el viento se unió a la detonación de tu carcajada confundidos y atónitos los contertulios aún aletargados asistían a la incorporación de su orisha personificándose asumiendo tus poderes políticos y sacerdotales moviéndote libremente y en tres dimensiones explotando tu poder con el movimiento quieto del cerebro. La cabeza bruñida del Inti con sus rayos hirsutos se hundió más allá de la lobreguez de esos murallones ebrio de ternura maligna, de otredad asomada en tus formas develaste el misterio de tu invisibilidad afinado, esculpido con el buril femíneo una mujer imponía sus atributos de la cintura hacia arriba bajo tu ombligo el caracol desdoblaba su cabeza evidencia absoluta de esa transición de soles preteridos. Silencio, asombro, inaudible murmurio creciendo mandíbulas descoyuntadas, ojos desorbitados, lentamente reconquistaban la serenidad de sus movimientos ofertas diversas clamorearon por tus derroches tempestuosas demandas atiborraron el tabernáculo de libaciones tu cabeza en la picota otros demandaban, en la confusión desatada una mano te arrastró hacia los pasadizos perdiéronse en las tinieblas de aquellos olvidados sotabancos que el histerismo de los poblanos mitigaban. Lejano ya el vocinglerío de la turbamulta callada evidencia de la historia se precipita ante tus ojos dispuestas las terracotas a lo largo del santuario del deseo parecían susurrarte con sus gestos inmovilizados. Un fuego sin calor, sin flamas, aparece de la nada ilumina el huerto de los silentes gestos y ademanes acaricias una figura fálica y apenas poseída todas se revuelven continuando su acto paralizado. Intenso olor a esperma derretida se clava en las paredes el testimonio de los huesos confundidos con la arcilla en su develamiento irreflexivo se evapora y termina. Parejas en amoroso anudamiento en las vasijas se estampan silbatos fálicos emiten sus pitidos como exhalaciones duplas y duplas en una sobrecarga congestionada se han suspendido voluntad perennizada que ha dormido siglos para ser despertada por tu contemplación maravillada. Los amantes de terracota desde el misterio de su rigidez esclavizados en los ritos de creación y muerte de su finito remoto con elaborados tocados y tatuajes fascinantes
engalanaron sus cuerpos embadurnados de miel quemada para el ritual tantas veces celebrado en honor del hiperbólico príapo. Liberados hoy de sus ademanes apenas imaginados el dios falo con su edicto de placer se posesiona de la hembra conjura la esterilidad y conjura la carne perentoria. Simulacros eróticos embarullados entre calaveras y falos enormes anagrama que descifra solamente la supresión del límite y más allá del término, sexualidad caricaturesca de tramoya con sus signos indumentarios y gestuales, disfraz que oculta pero que definitivamente devela la más inicua de todas las bestias de la profanación. Ambigüedad… que seduce como un magma indiferenciado múltiples y paradójicos, que juegan a la incertidumbre, al peligro seducción que radica en la mutación de la vergüenza en el destronamiento de la prohibición y de la censura diversificación libidinal traspasando el límite de su propio sexo creando los placeres mutantes en un mestizaje perfecto donde la arcilla fabula un erotismo diluido y ambiguo y los sentidos edificados desde tus mismas cenizas vuelven a ser. Amalgama de gemidos, sudores, eyaculaciones y arcilla obligaciones insolutas represadas en esta rémora de fábula rabiosas fantasías en estatuillas intemporales inmoladas que te raptaron por toda esa eternidad pretérita de tus cazadores
Aplacados ya del desbarajuste que tu declaración produjo Desmoronados los arrojos de evasión escandalosa rítmicas espiraciones sosegaba el polvo de la historia Enredados en un abrazo estremecido con los escurridos fermentos de sus símiles naciones cuerpo con cuerpo aguijaron sus pasiones, tan sólo, humanas.
Agchasapa cuyag desafiando la garganta de fogonazos que lo ultimarían, te musitaba: manaimata manchag challi yuyal illag; huayrashca ¿no pensaste en mí? ¿Divaga tu memoria extraviando los acuerdos en la indiferencia? ¿No agotamos los juramentos para defender nuestra alianza? Aprendí a amarte en el camino a tu transustanciación no me amedrentaron los castigos por procurarte mis devociones te amé aún en contra de los presagios que me acobardaban te amé aún cuando tus desvaríos de mi presencia te despoblaban.
Cuántas noches velé tu sueño espantando a los fantasmas desconcertado, dolorido por tu ineludible destino que nos alejaba Te apoyé aunque mi vida deshecha se resolviese entre sombras.
¿No comprendes que esta comedia tu nombre representa? Jamás mi cuerpo se lo habría entregado a ninguna predestinada Tuyos son mis afectos y pasiones, mis impotencias y fortalezas ¿No ha sido tuya la marea recidiva de mi cuerpo? ¿No has agonizado con el galope interminable del deseo? Me sedujiste con el único convite al cual ya luego accedí solo Montañitas blancas para mitigar el abandono de los míos Líneas y líneas absorbidas que la realidad me disfrazaba Debía desencantarlos de sus fantasías pretendiendo el reencuentro Yo no era el hombre que todos reconocieron por mi sexo: dentro de mí latía una mujer y mi cuerpo iba proclamando ese albedrío, debía demostrarles la transformación que había gestado nunca quisieron escucharme… ¡nunca quisieron escucharme! Esperaba el día en que la diosa Quilla pariera otra noche plateada Ante todos espetaría la verdad que ellos encubrieron El destino me impuso el deseo de otros todo mi interior, mi mente, mis deseos, declaraban ser mujer.
Mi huarmilla, mi huaquinhuaquinqui ricurig has cruzado el puente al otro lado en la memoria de la ira pervive tu pasado en los ojos, en las lenguas, en los dedos del ayer en las tumbas por el olvido destruidas y en aquellas que la muerte va edificando. ¡Ámame! ¡ámame y destrúyeme! Ellos acabarán conmigo.
Invadido por una lujuria dolorida, arponeado de angustia ante la partida de tu amante te entretejiste en su carne libando toda, toda su pasión. Estallaron sus ríos en tu cóncava salvaje se infartaron sus cauces siseando en el valle y hundió sus garfios para eyacular el dolor de su entrega. El universo giraba cuando tendido sobre el cuerpo exánime unas voces te gritaban jatun juchayug.
Eres lo que haces, lo que sientes, lo que piensas ¿Cómo te hablan tu cuerpo, tu corazón, tu alma? ¿Tu realidad se apiada de tu espejismo cotidiano? ¿Qué experiencias legitiman tu ser percibido y vivido? ¿Será tu existencia un trabajo inacabado?
¿Será el género elegido el que a tu reasignación le de sentido? Esa reconstrucción despliega su dosis de provocación explora y explota sus contrastes y los extremos de tu personalidad Goce, deseo, placer indiferentes Exceso, saturación, transgresión, mutación en un erotismo impreciso nueva seducción indeterminada bajo otra piel: la misma Sólo tú sabes que tu risa enmascara un asfixiante sufrimiento tus delirios te arrebatan de tu mundo construido, vives escindido, fragmentado, solitario entre destellos imprecando en los rincones el despojo de tu espacio escuchando clamores de momificados griteríos soportando el diluvio de los siglos que quieren sepultarte. Voces de los de ese lado, voces de los de este lado arrollador murmurio que se esponja en tus oídos magma vociferante que el cerebro te calcina burbujas resonantes estallando sin control.
Si pudieras regresar al inicio de tu metamorfosis habrías preservado tu integridad intersticial sincretizados estarían lo evidente y lo incorpóreo tu experiencia masculina sirviendo a la femenina tu dualidad comprometida con el destino de tu gente un estado intermedio sin ablaciones, sin suturas.
Shugniqui
Fusionados, fraternos, latiendo bajo la misma férula cohabitando el mismo cuerpo sin conflictos subyacentes gozando diferentes sensaciones, percepciones sin censura amor expansionista, magnánimo, libérrimo sin libretos aprendidos, sin batutas concertando los gemidos respirando el perfume de una ambigüedad definida yaciendo con ella y yaciendo con él sin haberte dividido sintiendo reventarse globulitos de felicidad en tu sangre siendo tú con tus genuinos atributos sintiéndote ella en la expansión de sus latencias siendo él desde el alboroto que marcó su advenimiento desbarajuste de conciencia de un amanecer que no elegiste.
Apariencias del alma o realidades del alma Turbulentos deseos que a ser arrojados se niegan Espejo, espejo; misericordioso enemigo en la esencia de tu laberinto quiero fundirme para ser de mis naufragios alter permisible. Ábreme tu entraña y deja que el tiempo se revele.
Confiéreme la audacia de gozar mis perversiones. Seré el reflejo viviente que no retornará Seré mi dios, mi propia imagen sin crepúsculo el grito, el llanto, la conmoción, la paranoia seré libre, habré matado o me habrán matado.
Ese espejo de oropel refleja tu leyenda mutilada tu escroto camaleónico no resguarda la simiente tus pechos implantados sin el arroyo de la vida no serán maná de un pueblo que no has elegido. Una hembra te mira y se ríe de tu estampa se carcajea, te injuria, te amenaza intentas asfixiar las acusaciones que brotan sin cesar aprisionas su cuello…aprietas, aprietas y te desplomas.
Esa… eres tú, un hombre sin testículos y pechos impotentes una mujer que por el arte de su baja espalda se decanta un intergénero sin género ni sexo sin propósito de enmienda, sin posibilidad de retorno ni tampoco de tu reconocimiento corporal antagónico. Exiliado de ti en ti, cubierto por una densa soledad, separado por un océano de desafectos sobreviste en el mundo que tu gente para ti había gestado.
La montaña siempre te resguardó cuando te clausurabas cobijado por las crestas enmarañadas de los árboles retozabas en los pastos híspidos del páramo en sus laderas y llanuras podías sentirte como eras no temías, no debías, no sufrías, no gemías, no, no, no La naturaleza te comprendía y te acogía como hermano Tu familia te borró, te desconoció, te desamparó, eliminó la degeneración exiliándote… asesinándote con el silencio. Si te hubiesen amado sin censura Si te hubiesen escuchado…si te hubiesen escuchado… Habrían sabido cuán necesitada de amor estaba tu alma habrían aprendido a aceptarte y te habrían recuperado tú, criatura desvalida, incomprendida, repudiada, solitaria tú, el que gobernarías el destino de tu tribu tú, tú
Un campo de batalla tu vida y tu cuerpo Sacrificio del caballero, de la espada, por la dama, por los tules Maquillaje permanente definiendo tu apariencia Cóctel de hormonas rescatando tu mujer oculta
¿Y tu pasado? ¿Y lo que fuiste?
No se puede escapar nunca del pasado “Me cortaron partes de mi cuerpo y las echaron en el basurero. Me desgarraron la mente.”
¿Cómo olvidar tu origen? Cómo no reconocer que tu hombre no ha partido no ha sido victimado, ¡ha sido transformado! tus genes delatores inalterables permanecen camino a tu ideal te has despersonalizado No comprendes que desheredado de tus derechos aún subsistes que aquello que implantado en tu ingle varonil no te extermina eres una pintura desrealizada que jamás alcanzará la gloria todos los días de toda tu vida te inocularás la fantasía no puedes desviar el bumerang de tu certeza y no puedes reintegrar el alma que agoniza eternamente ¿Quién e r e s realmente? ¿Quién te habita? ¿Quién detonó la convulsiva obsesión que te oprime?… ¿Por qué una infiltrada del legado su hálito impone? ¿Acaso, perturbado por el viento el pensamiento te robaron? ¿Otra vez las voces te hablan en un lenguaje incomprensible? Falta cárcel para una condena que rebase tu existencia. Falta carne para que el furor de la lujuria te confine Los apetitos no se calman con el zarpazo de los ojos Es un deseo ilimitado el que corroe tus sentidos ¿Tendrás voluntad para negarte al asedio de la voz? ¿impedirás a tus ansias renacer en la elasticidad que ese insospechado crótalo arremolina en el latido de tu ingle? Zigzagueo de libélula orbita en tu poblado oculto Pueblo de fantasmas en tus huellas palpitando Como vivir la vida en un espacio suspendido.
¡Basta! Deja que se corrompa el fermento de tu peor pesadilla al otro lado no sólo ramalazos reaniman el pasado la oración de la sangre tu espíritu ensalmaba Te amaba, tiernamente te amaba sus donceles caricias te fundían en su entrañable latido te protegía con el apretado cerco de su hermanado abrazo de tus temores infantiles que poblaban tus sueños con redoblado espanto de esas noches tormentosas en la que el cielo se derrumbaba te cantaba quedito al oído;
canciones de Enrique Males te cantaba canciones de la tierra, de la supervivencia y el reconocimiento de la defensa de nuestros derechos territoriales ancestrales. En la densa noche la inconfundible voz del Shamán subía hasta las estrellas su canto te iba abriendo el espíritu para esa ascesis a lo divino intemporal donde detenido, sólo sentías al dios vivir dentro de ti. Palabra por palabra todas las invocaciones, gemidos y plegarias Revolvían tus inquietudes profetizándote el regreso y la querencia.
Taita Inti, Inti Taita, Sumag Taita, Jatun Mapu Kaipiñucanchi tucusha Wuawuakuna, Mamakuna Taitakuna, Mashikuna Tucusha mikaipikanchi Taita Inti Kaipamanta Kausaimanta Makanaikushpa Mukanakana puricunchi
Taita Inti,Inti Taita Sumag Taita, Jatun Mapu Kaipiñucanchi tucusha Wuawuakuna, Mamakuna Taitakuna, Mashikuna Tucusha mikaipikanchi Taita Inti Kaipamanta Kausaimanta Makanaikushpa Mukanakana puricunchi
Llanto a carcajadas en medio del sonido de los cencerros Procesión de dolores hasta la morada de los espíritus Murmullos del viento, de las voces compungidas.
Ñaupamantá, kainamantá Kunakaupá Kausas Cachik Ñaupamantá kainamantá Kunakaupá Kausas Cachik Kausa chikausa shumí Kausa chikausa shumí Kausa chikausa shumí
Ñaupamantá, Kaisaimantá Ñaupamantá Kausaimantá
Kunakaupá Kausas Cachik Kunakaupá Kausas Cachik
Kausa chikausa shumí Kausa chikausa shumí Kausa chikausa shumí
Urpi gusha, huahua gusha Urpi gusha, huahua gusha Ambatai takarishkami Ambatai takarishkami idamás kangaparishka idamás kangaparishka Ambawakai chuhuahuawu Ambawakai chuhuahuawu
Urpi gusha, ari gusha Urpi gusha ari gusha Ambatai takarishkami Ambatai takarishkami Idamás kangaparishka Idamás kangaparishka Amawakay chumawawa Amawakay chuwawawu Ah aaahaa ah aaaha wawitaaaa Ah aaahaa ah aaaha wawitaaaa
Similla, naquilla, kumaisha, sinaisha Similla, naquilla, kumaisha, sinaisha Similla, naquilla, kumaisha, sinaisha Similla, naquilla, kumaisha, sinaisha Similla, naquilla, kumaisha, sinaisha Similla, naquilla, kumaisha, sinaisha
…/…
Pactara caraju pactara Pactara caraju pactara… …Cuyayay cuyayay Cuyayay cuyayaaaaay
Cumandá………….…………
Clamores derritiendo tus venas conmoción de entrañas electrizadas por atávicos retumbos confundidos con el plañir del viento virucchuros y kilikos armonizan la procesión de tristeza y soledad del indio ensimismado sintiendo la poderosa voz explotando en la garganta escarbando el pecho bajan hasta tu vientre gélidas pulsaciones efervesce el trueno en una oratoria de súplicas y plegarias y estallan las conchas y churos con las espiraciones del aire y de la lluvia. Habla el rondador denunciando su cansancio sus gargantas de carrizos trastornan las denuncias que ahogadas retumban en los oídos de un espacio que no se encarna en el vacío, truenos y rayos escinden el horizonte en un holocausto de fragor y fuego truenos y rayos te recuerdan en medio de la borrasca tu designio. Ella está a tu lado descifrando el malabarismo del mundo Taita Males te acompaña con el alma de los Andes en los labios Nada, nada, podía desgarrar el encanto, bebías del cántaro de sus voces y embriagado te dormías sus manos se perdían en tu cabellera rebelde apaciguándola sus labios sellaban la serenidad en tu frente estremecida. Sisa Huayra, Sisa Inti, Sisa Yacu, Sisa Allpa, Sisa Ugsha la llamabas.
Tú nacida entre los mismos torrentes y relámpagos néctar del mismo alambique, acto de fe de los humanos sufrimientos Sisa mía fuiste lo único que la obsesionada tragedia dejó impoluto. Cuántas veces lloré en tu pecho con gran desesperanza Cuántas más desboqué mi alegría reflejándome en tu risa ¡Oh Sisa, Sisa, dame tu eternidad y destruye mi morada transitoria! ¿Fue así como debió ser?
Estigma palmario de ferocidad e insolencia en tu vientre como el hambre se agita. Hijo de infortunios, sismático pendulante. Tinieblo, Caín, feudatario de la muerte. Artrópodo salaz devorador de corazones. Santuario devastado, tribuna de fatalidades. Frágil criatura soportando iniquidades,
continuamente confrontado y sumergido en una marea incesante de confusiones; arenas turbulentas acopiando perversiones levantando fortalezas en oasis sofocados adorando la carne que instiga y se abanica en el desenfreno de solícitas demandas como el girasol que se descabeza en las tinieblas y sin el dorado extracto lánguido se desploma.
¡No! ¡no! ¡no! ¡no! ¡no! ¡ no elegiste nacer como has nacido! Naciste intersexual, con genitales ambiguos y cruce de género tu sexo neurológico se implantó en el vientre de tu madre tus estructuras cerebrales en el albor de la gravidez se feminizaron Innatos son tu sentimiento y tu identidad de género te lo has preguntado sintiendo el perfume femenino invadirte te has percibido mujer, te has soñado mujer Ni esa profunda Disforia de Género y angustia mental que te acompañaron en el descubrimiento y reafirmación de tu yo ni los ataques, ni las diatribas, ni las injurias te amilanaron Tus pensamientos, tus sensaciones corporales y sexuales manifestaban el deseo de ser penetrada y manipulada tú no construiste estas sensaciones; simple y grandiosamente ¡las experimentaste! Y nunca, nunca más ningún sanador de los orígenes conspicuos intentaría reformar tu mente y readecuar tu pensamiento Expresaste con reprimido temor tu aspiración diversa te travestizaste tantas veces al amparo de las sombras palpitantes disfrutaste de tu imagen turbadora, de tus maneras gráciles de la penetración de todos los deseos en tu piel erotizada tan amado, amado brutalmente, insaciablemente amado. Amor tanto amor, locura y demasiada locura
La brújula extravió el imán de tu desesperada demencia repugnancia y hastío tu semblante habían inmovilizado continuamente tus gestos se perennizaban en una frialdad acerada tu mirada divagante, escurridiza, en la distancia se clavaba Revueltas de polvo desperdigando las guerras de resistencia oleaje de caballos ensangrentados arrastrando la vernácula rebeldía Flor de Páramo derramando el polen de sus pétalos heridos venían por ti, para perpetrar los ceremoniales de tu sacramento. Tú, un embrión de todas las formas soñadas de mutación Existencia más allá de las fronteras imaginables Liberación de todas las virtualidades del deseo. Un grito de impotencia castigado sin piedad
máscara trágica que revive amenazas del pasado.
Anegada de víboras que reptan y se atornillan a tu cuerpo víctima de una inervación sensitiva que te había dopado el instinto confusión y contagio difusos, entreverados bombardeándote extrañeza en derredor, apretada humanidad girando aplastada sollozas ante tus monumentales desgracias.
Peldaño a peldaño desciendes abstraída en busca de esa conciencia que detenida en el arco te dispara el veneno desde la clandestinidad El incógnito verdugo de tu risa, el ladrón que roba tus pensamientos se esconde en esos laberintos agazapado como una pantera acechándote desde la terracota para entretejerse en tus delirios para sorberte hasta el último hálito de sensatez. Tú, no permitirás que saqueen tu tesoro no consentirás que hurguen en tus arcones Esos coleópteros encarnan el alma de tus antepasados has descubierto la conspiración que niega tu historia te han despojado de tu identidad mutándote la apariencia te interpretas a ti misma en un viaje hacia las sedas hacia el remoto de tus cicatrices abiertas hacia el desfogue de la sangre que asediada se precipita… …la encontraste pendulando gélida y lívida ultimada por el cordel que ciñó su caricia hasta la magulladura hasta la rúbrica indeleble del olvido Alejada ya de todo sufrimiento que la sumió en el desencanto la suplantaste para continuar el acoso de tu libertad para rebrotar en el azulado espíritu del incienso confesor de los deseos que al infinito se elevan.
Un acopio de ficciones el espejo te endosa babilónicas miradas, sonrisas fotográficas sofisticada postura de gestos excedidos, seductora figura de licencias encendidas. Te gustas engalanada, evaporando aromas exudando fantasías en la oscilación de tus caderas propiciando el quebranto de varoniles votos sólo para alimentar tu clonada suficiencia.
El jardín de senderos que se bifurcan en el estrado de ensoñaciones desplegaron sus celestiales plumajes hipérbole de arrogancia de los desenfrenados deseos rito y consumación de verbena desbocada como potro en espantada
drama y comedia viviendo en las noches de la diversidad gay/drag Candelario Mariscal acechando a Josefa con su alma de caimán serpientes hibernando sus lunas para despertar hambrientas de amor Tú, una chica TG transgénero excitada por la sensualidad del acoso cercabas tu cuerpo con sensuales ropajes y exquisitos aromas para encantar a los noctívagos del antro espíritus trasnochados perdidos en el lóbrego hemistiquio del sol Convertías todas las ambiciones en deliciosas urticarias femenilmente tus atributos meneabas y exhibías; el alboroto de tus frondas que te eligiesen como mujer demandaba ellos en ti veían el hombre al que disfrazabas y al que deseaban al hombre detrás de la máscara, al hombre perdido entre satines y tules al hombre turbulento, al hombre griterío, sólo al hombre. Te develabas mujer a través de tu ansiedad dolorida marioneta de tus pendencias movida por tus desencuentros herido títere impulsado por los hilos del infortunio.
Confrontada tu disforia de género subyacente, finalmente a una transición transexual te sometiste el ritual de tu sumergimiento social y hormonal tu universo femenino complementaba el espejismo se objetualizaba en la maravillosa hembra en la mujer legal, en el nombre, en el perfume… por ti, para ti, para tus amantes.
Se descolgaron las provocaciones con imaginativos artificios Tu nueva piel despertó con los abismos anegados tus exigencias del placer no mitigaban tu ninfomanía naciente orgasmo denal, encordamiento, dominio/sumisión gusto refinado por las líneas níveas y los vapores tormentosos vahos de la noche, resacas de lo transgredido Tutapunzha Una constelación de deseos tus ambiciones perpetuaba Nina, amaru Tauca caricunahuan juchallig huarmi pucará Conocida, reconocida, buscada, reclamada, exaltada diva del antro, la T/S transexual más deseada e impredecible la que se había deslizado por la pendiente inasible
la que flotando en la burbuja de su feudo construido llegó a las alturas que ambicionó desde niña Una dimensión alucinada de libación y estimulantes te había campaneado el escándalo de la tentación Jamás te detuviste en la indagación de tus desenfrenos Veneno las sustancias que desbrujuladas te invadían góndolas sin control en las hondas zozobras te abismaban te hundías irremediablemente cayendo, penetrando en ese hoyo negro que se escurría hacia la estratosfera. Incapaz de detenerte, de sentir piedad por tu cuerpo degradado alucinada, la comedia de tu destrucción interpretabas temeraria, suicida, paranoica, no habías convenido trasmigración hacia la inmortalidad tu inversión te señaló el camino que querías recorrer y tú, tú no entendiste que seguías siendo esclava de tus limitaciones Jamás imaginaste que esas desconexiones paulatinas te conminaban a naufragar en el infierno seducida por los resplandores de las noches azucenas invadida por una languidez que te inmovilizaba los sentidos intemporalizada en una burbuja que las emociones te reventaba yacías inánime en la vorágine del barullo vivencial. Delirio crónico se había apoderado milímetro a milímetro de la confianza de tu mente con paciencia mineral una psicosis depresiva te había invadido un monstruo mutista tus palabras se había tragado y alguien tus sentimientos los había escurrido Despersonalizada, desrealizada, desorientada en el silencio sin silencio la huarmicana te acosaba desde la siririna palti la flor despetalada estrujando. No, no, la huarmicana no, jamás, si tú, si tú… tú eres la huarmicana, celebrarás tus esponsales cuando se tiña de sangre el crepúsculo cuando el sol en su agonía, de su mitra de fuego se desprenda y el firmamento cubierto de ceniza escupa el último claror. Un cortejo de esperpentos por tu felicidad elevará plegarias te guiarán hasta aquel lecho donde los esponsales no se consumaron donde tu cadáver de hombre mutilado gemirá por su impotencia. Jeroglíficos intraducibles tu desvarío vomitaba hiperbórea oleada de constricciones te había empapado los destellos de tu gloria en algún escondrijo trasnochaban de tu pubis se descolgaban tus masculinos glóbulos entre tus ingles una abundante pelusa oscura crecía indetenible conjunción entre principios contrarios y mutilados
la gran obra de tu nacimiento, se negaba a desparecer allí, gallarda permanecía para ser decapitada por las consunciones. Los eucaliptos con sus plateadas vestimentas balsámicas cubrían las laderas que escurridas llegaban hasta el sendero de tu morada y hacia el horizonte sacudían sus efluvios milenarios la bruma frívola de los humedales su denso tejido devaneaba un incógnito pintor doblegaba su paciencia esbozando la temporalidad de esa naturaleza que se materializaba cuando la niebla se angustiaba. En ascesis todos los cánticos y sahumerios imploraban por los hermanos imperfectos hijos de la iniquidad de algún alquimista trashumante o del glorioso apogeo del sol en su triunfo místico. Soñaste colgando de tu cuello una guirnalda de calaveras esplendores extraviados de tu oro fulminante soñaste devorándote a ti mismo como el Catoblepas soñaste que resbalaban por tus pavores esas perturbaciones esas alienaciones, esas explosiones querellantes que nunca, nunca se apartaron de tus horrores Ps psssss psssss ps pssps psss ¡Oh no! desaparece inmundo espantajo triturado por el tiempo hunde tus aspas en esas voluntades deleznables exhala tu mefítico aliento en las azufradas cruces del infierno Apenas un huambra me derrumbé en tus espejismos estrujaste el celofán de mi inocencia me robaste la esperanza, corrompiste mi alma diáfana y me arrojaste al légamo para revolver mi vergüenza ¡No!¡no!¡aléjate! Apestas a rancia podredumbre de los siglos y los siglos… ni mancha, ni polvo, ni ceniza, ni olvido mereces ya no te temo, te he matado, te he sepultado para siempre no existes más triste expoliador de desventurados…
…¡Oh ! mi ángel caído, víctima de mis alucinaciones
Estrangulaste su amor en un intento de liberarte de la mácula chacotea en tu memoria esa resaca emocional que te persigue Insensato, cómo pudiste destrozar lo que más amabas. El único ser que jamás te afrentó y te amó dentro de tus hitos el que te sublimó creyendo que tú eras su elegido Él, tributario de tus exigencias y pasiones peregrinas Tú, feudatario de sus exigencias peregrinas y pasiones. Dos soles, dos fuegos occiduos que el Sahara amamanta
ahora separados por un Muro de Lamentaciones y renuncias.
Como un clavo fundido derritiéndose en tu mente sin presagios que alivien las dolencias de tus llagas lidiabas con los fantasmas de tu pasado y los monstruos de tu ahora aquellos golpeándote el cerebro hasta reventarte de dolor ¿Recuerdas desde cuando esas percusiones te fulminaban? Como un relámpago te incineraron esa noche de tu gloria convulsionada por el estallido de luces y eclipses destellantes girando tu cabeza, efervesciéndote los pensamientos ¡te derrumbaste! ¿Qué o quién te había empujado por esa pendiente nebulosa? Incapaz de resistir te dejaste arrastrar por el vómito y el deliquio Te esclavizaste para siempre con ese conjuro que tu calma destruía ¿Cuántas calamidades más habrías de echar al fardo de tus desventuras? Por qué a ti, si sólo querías vivir los temblores de tus efusiones? Te denigraron hasta confinarte en ese limbo sin esquinas te abandonaron aquellos que debían acogerte sin prejuicios te negaron el calor, la risa, la ternura, te sepultaron en la tumba de la impiedad castrándote los afectos con el corazón estremecido por un vendaval de súplicas infecundas. Si aquel día no hubieses exorcizado tu recóndito sentir…! ¿Habrías desafiado las intimidaciones que el destino te tenía reservadas? ¿Sería el pukará el guardián de tus ajusticiamientos o el trono desde el que apuntalarías las batallas? Te faltó carne o te extravertiste en el deseo que te apresuraba? No querías sólo sensaciones, emociones, ni motivaciones La carne, el olor, la seducción, el mundo fascinante de la hembra querías, querías la autenticidad, el reconocimiento el olvido de esa cárcel que te impedía el retorno a tu principio donde eras sin ser, donde te formaste sin haberlo consentido donde el cerebro en una cirugía incomprensible te procuró el atributo que nadie pudo percibir o que se extravió en el misterio de aquella noche tormentosa. Mutante protagonista de una cultura andrógina Laberinto y contaminación Forma desdibujada en la que los sexos entremezclan sus signos
Shugniqui
Misterio y claror, tormenta y calma. Precipicio, caída, extrapolación de seducciones ¿Será el nigromante errático que sucumbió a sus perversiones
o el agujero negro de donde fugaron los delitos del universo los dictadores que te atribuyeron el aura de tus extravagancias y te legaron ese paraíso artificial en la ciudad desnuda?
Noche, basílica de despropósitos Santuario de apóstatas y excluidos de resplandores Criaturas que medran en las tinieblas de sus almas azarosas Incomprendidos fugitivos con sus mundanas dislocaciones
La noche es ser, Es crisol donde todos los deseos se reúnen y fecundan donde nada perturba la eucaristía de los noctámbulos convidados.
Amanece en la ciudad carcomida por los desenfrenos la noche travestizada se adormece en sus desvaríos las cucarachas liban los almíbares de la humanidad derramada las ratas se disputan a pedazos el cadáver del día sacrificado los vampiros ahítos de eternidad dormirán su embriaguez Miras en el espejo ese extraño que te mira que te mira y te persigue que te persigue y te acorrala que te acorrala con los ojos que te hurga con los gestos que te cautiva y te paraliza que te paraliza y temes que temes y abominas.
Celestina de cristal sólo existes si te miro Cautivas y dominas sin habértelo propuesto. ¿Cuál es el misterio de tu abismo esplendente? ¿Por qué renunciar no puedo a tu frágil refulgencia? ¿Por qué la realidad del otro lado me fascina? ¿Por qué me derrocho en tu confesionario vano? Anverso efímero de la sustancia que reflejas. Eje y ámbito de fugaces representaciones. Comedia eterna de gestos que se olvidan. Cámara de celofán la perspectiva no restauras. ¿En qué destello de tu ficción se desvanece mi mirada? ¿Donde se estrangula el impacto que envanece? ¿Acaso eres la falacia de mis apariencias y la imagen que me plagia solo existe en la mirada? Glorificada seguridad al mundo expones autosugestión en la clonación de tu ingenio. Tabernáculo de la belleza que demandas, efímeros seres de sustancia inasible revientas en cuanto la estrella su aureola oscurece.
Amanece, la ciudad recoge sus encajes percudidos por las noches excesivas tus noches, tus amantes, tus desenfrenos, tus esquizofrenias donde los ponchos abrigan más allá de la cara oculta del Inti zamarros estremecidos por el furor equinoccial giran y brincan chozas de adobe se deslavan azotadas por el ímpetu del cielo donde los olores escandalosos denuncian dolor y cansancio los polylepis se descascaran por el álgido aliento de las cumbres frailejones de verde terciopelo retan las alturas con su recia raigambre confundidos en el ágora del páramo con olor reciente de las últimas bostas superviven como legionarios de los Andes. Resuenan las espiraciones de las ocarinas, clamor de pingullos y caracolas; percuten los tambores arrancando de la membrana de los llamingos los hondos y graves tan-tan en un trance religioso casi místico. Exalta la ternura de la fecundidad, la fuerza espiritual de la tierra la permanente lucha de reivindicación y retorno. “Soñamos con nuestro pasado y nos acordamos de nuestro futuro Nosotros los pueblos indígenas no somos ni el folklore de la democracia ni el complemento del paisaje Pertenecemos a la Pachamama y vivimos gracias a Inti el sol Somos los huéspedes transitorios de un territorio que debemos legar a las generaciones futuras”
Ofrendas sagradas honran al Inti y la Quilla, dioses del firmamento danzantes de las cumbres, danzantes del trueno y del vómito de los volcanes funden el atavismo y las nuevas expresiones en su forzosa transición fuego del pasado te atraviesa con su azagaya de recuerdos estremecido penetra en la más remota grieta de tu memoria removiendo los sepulcros donde yacen las evidencias de la historia
Bailas con gozo ancestral festejando el triunfo de la cosecha tu vestimenta fastuosa se engalana con el tesoro de Los Llanganates semioculto tras una careta de cabuya teñida de azafrán tocada tu cabeza con penachos de vistosas plumas, espejos y ficciones descendiente de Cápac Citua de los Incas tu pecho resguardado por un escudo ostenta el poder del shungo
Uh…¡ Eh…! Oh…! Ah…! Aya…! Ih…! Oh…! Eh…! Uh…! Huairapamushka ya, Uh, eh, Huairapamushka ya.
Honras a tu soberano supremo de los cuatro orillos de la tierra Danzante, Tushug , Sacerdote de la Lluvia Huma Inty Aya, Cabeza del Espíritu del Sol anónimo rostro Saludas al ritmo de la inspiración religiosa Saludas y te despides de tu monarca el Rey del Tahuantinsuyo Te despides del palacio de Callo del rey del Imperio de los hijos del Sol Varias lunas llenas han de renacer antes del triunfo del soberano Atahualpa.
Uh…! Eh…! Oh…! Ah…! Aya…! Ih…! Oh…! Eh…! Uh…! Taita Atahuallpa ya, Uh Eh, AH, Taita Atahuallpa ya..
Diabluma, doblecara, atrayente y colorido arrobamiento Relicario de coplas y danzas inmortalizan la gesta de la estirpe asfixiada dominio castellano y dominio cristiano, exterminio de la identidad guitarras, rondines y flautas aúnan sus lamentos con cada golpe con cada raspado, con cada movimiento de jalingas y sonajas con cada vibración de silbatos, quenas rondadores, y la ronca palpitación resonante de trompetas bronceadas por el sol. Pólvora multicolor, espasmódico aliento de vacas locas castillos de luces, bolas de fuego, retretas de toros populares, desfiles, corridas de luces, ramas de gallo y verbenas Verdadero encadenamiento de tradiciones que renacen remozadas.
Corazas de Pascua Florida y Corazas de la Fiesta Grande Trajeados de encajes y oropel, tutelan el ritual de los agrados Culto punlla, paisapunlla, uma pascai y ucufichai. Aruchico, tu momento culmina la expectativa del cultivo tu horizonte de cosecha tirita con zamarros de cuero de chivo cencerros atados a tu espalda para ahuyentar los malos espíritus máscara metálica tu rostro, rematado con cintas multicolores pendiendo de tu sombrero de paño ondean a tus movimientos sobre tus hombros una manta roja se desangra hasta tus alpargatas de esparto arrebatado por el júbilo del fruto vivo, brindas por la abundancia bebes y cantas y danzas al son monótono de las bandas poblanas. Te adaptas, te transformas, te solidarizas en formas transitorias vives un mundo diferente huacay huayra, fatigoso sonido de carrizo marcha fúnebre del rondador que arrastra su voz dentro de las cañas consternado demanda toda la riqueza usurpada cultura sepultada por un ser extraño que no murió por redimirte el hombre crucificado por amar, por perdonar, por no ser dios Y tus dioses, tu culto, tu fe, tus héroes
Atahuallpa, Rumiñahui,Calicuchima, Nasacota Puento arrastrados a Yahuarcocha por el gélido llanto del Imbabura la espada y el plomo grabaron sus nombres de indomables guerreros Se fundieron en la caldera del Inti bajo la mirada furtiva de Quilla. Tierra y cielo sacuden su poderío en un holocausto de estruendos su delirio se une a los rayos aúricos del Inti que celebra su dominio memoria desterritorializada, transformada violentamente mutada como tú en la clandestinidad de su propio desprecio. Te conquistaron los hombres y las doctrinas del sol del otro lado tu llanto se sembró en la tierra rebrotando en los granos de maíz tus indias vírgenes en el festín de los instintos ahogaron su impotencia amantes, concubinas, amancebadas, los primeros mestizos parieron Indios y mestizos, raza infravalorada, cultura popular subvalorada El momento había llegado, tú el profetizado de las tormentas y los caciques momificados te erguirías en justa rebeldía para reclamar el trono de tus ancestros.
Estás cansado, las ojeras cercan desvaídas tu mirada nebulosa Acopiado en tu sangre rimeros de químicos degradados te corroe Cada vez eres un milímetro más anarquista y energúmeno deplorable se ha extinguido la fastuosidad de tus escenarios de lujuria Apunchipag Aycha , apunchipag Nina, apunchipag Amaru no son más ese rostro tumefacto, envenenado, caricatura de Jácome El Feísta, no puede ser más horroroso que el espanto que te estrangula. Asediada por las miradas, acorralada por los gestos sensuales o simplemente por el embeleso de un orgasmo prometido ninguna noche tu lecho dejó de albergar apasionados derrames
Shugniqui
Afuera está la tragedia, el llanto, la devastación Aquí la esquizofrenia se desata en fluctuaciones delirantes: Rumi vuelve, regresa tucuy pucushca chagra muruta tandash huacaychina rupashca esparce el humo asfixiante de bagazo quemado runas y huarmis rupacuna deshaciéndose en cenizas Flor de Páramo prisionera de tu siririna palti yace calcinada Horrísonos gritos repercuten en las tumbas demonios escarban tu cerebro y el pensamiento te roban gestos y ademanes se diluyen en la comedia de los bufones actitudes impostadas, repetitivas, agresivas,
lenguaje incoherente, inexpresivo Galimatías que perturba, que hunde la razón en la desmemoria Tú eres la virtud de la voluntad, el triunfo sobre lo imposible
Rinimi, Llagta, rinimi may carupi causangapa; mana quiquin llagtashina cuyanguichu runataca!
Huarmi, churita saquishpa, ayllucunata cungashpa, cay tuta, quillallugshigpi, Ñanta japinimi, Llagta.
Anga millayta ricushpa imashinami urpi huahua urcuta tigrash, chingarin, cacapi miticungapa;
Chasnami cuyayla rini, supay aputa manchashpa; chasnami, mana jaycapi ricuringapa, chingasha.
¡Sisa, ah Sisa, Sisa de mi alma!
Se ha instalado una batalla entre tu mente y tu cuerpo Tú una obra de arte en movimiento Un cuadro surrealista que no puede ser disfrutado por las miradas Que no puede ser deleitado ni en su forma masculina ni femenina Colgajos de carne mutilada circundan el legado de la sangre ¿dónde se perdieron las vanidades de tu arquitectura? ¿serías apenas un trazo de la mano que te destruyó antes del ocaso sin esperanza, sin retorno, extirpado de ti?
¡Ah Sisa! Extiende tu mano y llévame donde moras allá en la umbría allá donde el tiempo detenido ha transformado el sufrimiento donde no hay rencor, ni amor, sólo soledad, soledad… ¿Será un llamado este dolor que agita tus entrañas? Fogonazo, tajo, melancolía; en la mitad de la noche Ardentía que resquebraja tus ingles donde explota la cañada Tus manos aterrorizadas, humedecidas por cálidos borbolleos se hunden en el cráter donde antes pendían tus testículos. ¡Tus testículoooos!!!!! A tu lado… con la garganta cercenada
Sisa Ugsha ha sido raptada por el cuchillo que tu mano empuña. Este poema forma parte del libro "Peligrosas Libertades" (inédito) |
Khira Martínez Rivadeneira
mocbakim@hotmail.com
Ir a índice de América |
Ir a índice de Martínez Rivadeneira, Khira |
Ir a página inicio |
Ir a mapa del sitio |