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Alba
Porfirio Mamani-Macedo

Amanece el día, como siempre, con tu aliento suave a perturbar mi soledad. Un vacío ha colmado mi sueño. Palabras que no me dicen nada. Hojas que caen, se amontonan, se pudren en otoño. Desafíos míos en tiempos de olvido. Quedo sentado, esperando en una puerta, no sé a quién, Alba, cada tarde al anochecerse ya el día. Pensaré en tu forma, amanecer que fuiste por un instante un delirio. Que se vayan todos a recoger lo que han dejado. No se detiene el destino. Miremos solos, el mar, desde el llano en que nacimos. Alba, constante amanecer que tanto esperamos abrazar los navegantes. Llévame aire, aroma protector, a tus profanos horizontes que nunca he frecuentado. Allá encontraré, viento anunciador de males, lo que he perdido. En tus áureas tierras, ave solitaria, acamparé un día. Cruzaré, Alba, el ancho mar para contemplar, dónde habitas en las noches.

Porfirio Mamani-Macedo Poema de Más allá del día. Editinter, 2000 (agotado)
porfirio73@gmail.com   

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