La princesa que creía en los cuentos de hadas
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Introducción
Luego de leer “El Principito” y “El caballero de la armadura oxidada” me encuentro con otra obra tan llena de imágenes y colores espirituales que es imposible detenerse habiéndola ya iniciado a leerla, y nuevamente encuentro en estos libros de “autoayuda”, historias que en apariencia pareciera estar escrita para niños cuando en realidad es un llamado a la reflexión a quien pueda entenderlo. Está
escrita en una prosa tan sencilla que es difícil no entender sus mensajes
conectándonos fácilmente con sus personajes e identificando las
historias aquí vertidas con pasajes de nuestra vida real.
“La
princesa que creía en los cuentos de hadas” es un libro que nos lleva
por el camino de la verdad, enseñándonos que debemos buscar ese camino
para alcanzar la felicidad y amar de la misma manera en que debemos
amarnos a nosotros mismos.
Esta
historia nos muestra lo importante que es respetarnos, valorarnos y
amarnos tal cual somos, siendo esta la mejor manera de encontrar el
verdadero amor ya que en nuestras manos está el encontrar y alcanzar la
felicidad.
Encontraremos en el (el libro en mención) muchas lecciones de vida, las cuales debemos practicar para alcanzar nuestros sueños sin dejarnos inducir por nadie ya que poseemos el don del libre albedrío y de esta manera podemos elegir nuestras opciones incluso sin temor a equivocarnos.
Objetivos Aprender y concientizarse en la forma de pensar, de actuar y de llevar la vida mediante los ejemplos que nos enseñarán estas historias. Dejar
que estas historias nos lleguen al corazón y sobre todo a la mente
redescubriéndonos como personas. Nuevamente
debemos prestar mucha atención a los valores inculcados así como
identificarnos con cada personaje en sus diversos contextos y rescatando
no solo lo mejor de cada uno de ellos, sino lo más importante rescatar lo
mejor de nosotros mismos. Argumento
Victoria
es una princesa a la que han inculcado desde pequeña una filosofía de
vida muy fantasiosa y que además, ella debe actuar correctamente en cada
momento. Así pues una día fue sermoneada por su madre cuando bailó
delante de una sirvienta su canción preferida, aunque gracias Dios y
después de su baño, el incidente quedó olvidado por ambas partes; se
acostó y durmió tal y como siempre lo hacía.
Victoria,
según los reyes, dividía su personalidad en dos seres, la Victoria real,
sensata, y correcta, y Vicky, una locuela causante de todos los estragos
que tenía la princesa por cantar, bailar, alborotar... Victoria a su vez,
no admitía que Vicky fuera imaginaria, sino que la trataba como a una
amiga. Tanto era así, que tras una discusión tremenda en la cena,
originada por Timothy, un perro que la princesa mantenía escondido;
Victoria decidió separarse de Vicky para no tener más problemas. Así
que la escondió debajo de la cama, pero Vicky no aceptaba esa idea, de
manera que al llegar la noche se metió también en la cama a llorar. Tras
una discusión breve, Victoria decidió encerrar a Vicky en un armario
bajo llave, sentenciando que las promesas que le juraba no servían para
nada. (Se podría decir que en este momento Victoria considera que ha
madurado y se ha vuelto sensata). A la mañana siguiente el rey entró en
el cuarto de la princesa para tratar de hacer las paces, pero al tocar
ella el tema de su otra yo, éste se enfadó tanto que salió de allí rápidamente.
Por
la tristeza de haber encerrado a Vicky y ante la soledad fue a sentarse
bajo un árbol, y allí fue donde le empezó a hablar una voz que le
interrogó sobre su identidad. Resultó ser un búho que se posó a sus
pies y entabló conversación con ella, diciéndole que debía escuchar la
voz de su corazón y entre los dos, consiguieron diagnosticar la rotura
del corazón de Victoria y que sólo ella podía curarlo. También le dijo
que podía volver a hablar con él cuando quisiera.
Al
llegar al palacio y contarle a la reina lo que había estado haciendo, se
volvió a desencadenar la misma discusión de siempre: las fantasías de
la princesa.
Victoria
creció y se convirtió en la princesa perfecta. En el día de su graduación
el rey le entregó un mapa real, y ella no consideró necesario si quiera
mirarlo y por eso lo guardó en el arcón de su ajuar y se echó a dormir. Un
día mientras estudiaba apareció un príncipe quien le explicó que la
Tierra se movía gracias al amor, poniéndose a su disposición para
ayudarla a estudiar. Ante este sentimiento de amor, Victoria decidió
abrirle la puerta a Vicky para recordar viejos tiempos; lloraron de alegría.
El príncipe rápidamente conoció a sus suegros y a Vicky, el otro yo de
la princesa.
El
aviso de boda no tardó en llegar y la princesa hizo su equipaje
incluyendo en él su ajuar. Se casaron y tras la luna de miel comenzaron
una nueva vida juntos, que resultó ser incluso mejor de lo que la
princesa esperaba. Ella hacía mil actividades y mil compromisos tenía,
todas las que compenetraba con un teatro al que se había apuntado. Cuando
actuó ante el público fue ovacionada, su príncipe la amaba, sus padres
estaban orgullosos de ella...su mundo era perfecto.
Pero
el príncipe pidió por favor a Victoria que se olvidara de actuar en el
Gran teatro Real, ya que estaba seguro de que acabaría con su matrimonio,
y le pidió además aumentar la familia. Vicky se indignó pero finalmente
la princesita aceptó. Intentaron tener un bebé pero se les hizo difícil,
además en los inviernos, la princesa solía caer enferma y el príncipe
la cuidaba. Pero pronto el muchacho comenzó a quejarse y a estar cansado.
Además acusaba a Victoria de no amarle tanto como él a ella. Un día
trajo un invitado a casa y bajo su punto de vista, su esposa actuó
indecorosamente, por lo que el príncipe se enfadó muchísimo, pero
acabaron perdonándose. La
princesa animada por el príncipe decidió recoger sus recetas de cocina
en un libro y editarlo.
Pero
las discusiones por la falta de amor de Victoria hacia el príncipe eran
constantes e interminables. En sus disculpas el príncipe le confesó que
había algo en su interior que se apoderaba de él de vez en cuando, una
fuerza muy escondida. Concluyeron entre los dos que era un hechizo que
invadía el cuerpo del príncipe con otra personalidad y decidieron
solucionarlo juntos.
La
princesa no podía olvidar a su príncipe y sobretodo su otra cara, Mr.
Hyde quien volvió pronto, porque el libro fue editado y surgieron celos
en el interior del príncipe hacia Victoria. Cada vez con más frecuencia
aparecía el mal carácter del príncipe para luego ser solucionado por el
Doctor Risitas, su personalidad amable.
Para
evitar todo esto, la princesa comenzó una lista de actitudes que tomar
ante esa situación, como pedir ayuda a un profesional, a lo que el príncipe
se negó en rotundo. La princesa plantó cara al Dr. Escondido o Mr. Hyde
mil veces pero era muy difícil ir contra él y contra Vicky a la vez.
Cada vez dormía menos y vivía constantemente en vilo.
El
príncipe llegó a acusar al Victoria de su hechizo, cuando en realidad
ella era la única que lo había estado ayudando y se sintió desgraciadísima.
Comenzó a sentirse realmente culpable de la doble personalidad del príncipe,
y como solución decidió ser más perfecta aún, descuidando sin darse
cuanta el aspecto físico de Victoria. El caos llegó con la elección de
un voto en el que Vicky y Victoria no conseguían ponerse de acuerdo. Ante
esta situación, ella se planteó separarse de Victoria y encerrarse en el
armario, pero esto no arregló nada. Un
día el príncipe advirtió a Victoria que debía olvidar al Dr. Risitas
porque había muerto, y ella tras llorar amargamente pensó en volver a
casa de sus padres, así que cuando aceptó Vicky así lo hicieron. Contó
a sus padres todo cuanto había sucedido, pero ellos pusieron en duda la
existencia verdadera del problema decidiéndose por hablar con él
directamente.
Al
despertar a la mañana siguiente vislumbró el árbol donde conoció al búho
Doc, el Doctor del Amor. Avisada por la reina, la princesita se arregló
porque el príncipe estaba apunto de llegar. Éste cuando estuvo allí,
confesó entre lágrimas que no era capaz de luchar contra el hechizo,
pero ni el rey ni la reina fueron capaces de vislumbrar una solución. Al
salir el príncipe, Victorias lloró y se quedó dormida, soñando con Doc,
y decidió ir al árbol antes de que anocheciera.
Vicky le dijo a Victoria que le pidiera a la estrella la aparición de Doc. Al rato, éste apareció sabiendo perfectamente todo cuanto había sucedido. Le explicó a la princesita que era mejor que no actuase ni hiciese nada, y también le aseguró que conocía a Vicky, su amiga, entre ellas no podían hacer nada para ayudar al píncipe. El único que podía arreglar las cosas era el propio príncipe, y que para ayudarse a ella misma le recetó tomar VERDAD y leer un libro para princesas cansadas de estar cansadas. Le
dijo también que debía elegir el ser feliz antes que el actuar
convenientemente. Con todo esto volvió a palacio y leyó un mensaje del
príncipe pidiéndole que regresas a casa, cosa que así hizo.
La
princesa se tumbó en la cama a leer; el príncipe no estaba en casa. Se
sentía totalmente identificada con cada cosa que leía , y así fue
pasando el tiempo, repasando los párrafos más importantes cuando llegaba
el Sr. Escondido. Se le hacía duro porque Vicky intentaba todo el tiempo
distraerla en su intento de no hacer nada por el príncipe. Le resultó
muy complicado, sobretodo el tener que cambiar ella primero para luego
cambiar las cosas de su alrededor. Pero lo que más le costó fue el
PENSAR en nada, que era mucho más complicado , además se sentía
totalmente vacía y para ello ocupó ese lugar con otras actividades.
Decidió ir de compras compulsivamente, dándose cuenta de que eso no
funcionaba y que su vacío iba en aumento. Luego intentó exteriorizar sus
sentimientos escribiéndolos en un papel. Rehizo su lista de actividades
de ocupación y en ellas “fingía que era feliz hasta que lo consiguiese
verdaderamente“. Volvió a ocuparse de sus recetas culinarias e incluso
volvió a cantar.
Pero
hubo un enfado más, fue descomunal, y Vicky no se consiguió dominar así
que las hizo terminar en su habitación llorando.
La
princesa corrió a ver a Doc y consiguió hablar con él. Estuvo barajando
varias opciones, entre ellas la de abandonar al príncipe, porque además
de elegir debía quedarse en paz con su elección. Elaboró una lista de
“pros y contras” sobre quedarse con él o no, y acabó aclarando que
el amor hacía sentirse bien al amado y al que ama: lo suyo no era amor
verdadero, tan solo lo parecía. Todo esto no significaba que Victoria
nunca sería feliz, sino que lo sería de modo diferente, así que recogió
de casa un par de cosas y tras terminar de discutir con Vicky se marchó.
Ésta
era una nueva oportunidad para ser feliz, Doc le había ayudado a
descubrir un nuevo camino que seguir y también le animó: cuanto más
andase más posibilidades tendría de hacerse fuerte. Y le dio varias
indicaciones de última hora. Le habló del Templo de la Verdad, del
Pergamino Sagrado y ella se marchó sin creerle aún del todo.
Victoria
sacó el mapa de la familia Real que había traído consigo para
orientarse mientras Vicky seguía con la idea de volver a casa. Mil dudas
se abalanzaron sobre la princesa y a la vez comenzó a llover: el mundo
lloraba con ellas. Se formó un turbulento río que las arrastró y casi
perecen de no ser porque apareció un bote salvavidas que dando tumbos
llegó hasta la princesita. Vicky no hacía más que poner nerviosa a
Victoria y varias veces estuvieron a punto de caer repentinamente al agua.
El barco era viejo y pronto comenzó a hundirse; ellas remaron para buscar
tierra firme. Cuando ya lo daban todo por perdido apareció Dolly, un delfín
que no venía a rescatarla, sino a que aprendiese a nadar, porque se iba a
encontrar en muchas tormentas a lo largo de su vida. Solo estaba dispuesto
a enseñarlas a ellas mismas a nadar. Realmente es que se estaban ahogando
y su única salida era aprender a nadar; Dolly les aseguró que si
desconfiaban de su propia capacidad no avanzarían, que se concentrasen en
lo que podían y no en lo que no podían hacer.
Victoria
aprendió a nadar escuchando la voz de Dolly que consiguió acallar la de
la histérica Vicky. Siguiendo también las instrucciones que el delfín
les dio, llegaron a tierra aunque les costó trabajo puesto que se dejaron
guiar por el miedo y la duda en algunos momentos, que entorpecieron su
encuentro. Se sintió segura de sí misma y una fuerza interior la llenó
mientras se despidió del delfín y siguió a tierra firme. Allí mismo en
la arena, la princesa repasó las lecciones de Dolly, y haciendo esto
encontró a su amigo búho. Él le devolvió su bolso de cachemir que había
perdido en la tormenta. Doc además, le dio comida, le aconsejó con mucha
paciencia y echó a volar. En el camino Vicky no paró de recordar a su
amado príncipe y al día siguiente tuvo que elegir entre dos senderos en
los que se dividía aquel en el que ella se encontraba. Aunque se sentía
llamada por el de la derecha, ella siguió el de la izquierda como el mapa
Real indicaba. El camino iba en descenso y ocurrían cosas extrañas en él.
Volvió a encontrarse a Doc y le explicó que se encontraba e la tierra de
la ilusión y que ese era el camino equivocado: la princesa no se había
dejado guiar por su corazón... Y se marchó. La princesa estaba perdida,
pero, encontró un cartel tras la niebla que ponía: “Campamento para
viajeros perdidos”.
Se
presentó allí a la princesa un tal Willie Borgoña y le ofreció su
ayuda para lo que fuera, y también le ofreció alojamiento, pero la
princesa contestó negativamente. Mucha gente te había quedado allí a
vivir o por comodidad: veían lo que querían ver. La princesa se sentía
confusa; estaba rodeada de seres acomplejados y se concienció de que cada
uno es él mismo, inigualable y así debía ser. Pero todos allí se sentían
culpables por algo... incluso las flores!!No estimaban su propio valor.
Willie
le enseño un poco el lugar y allí descubrió que había actuado
correctamente a separarse del príncipe y que ayudándolo estaba
entorpeciendo. (lo certificó con un mono y una rana).
Vieron
también un hombre que nunca supo decidir por sí mismo y al final se quedó
sin hacer nada, porque siempre tuvo miedo a equivocarse y nunca decidió
qué hacer. También se sintió identificada.
Un
ser extraño le trajo una invitación especial a un banquete, pero Willie
ya le avisó que no era lo que ella se esperaba. No había comida, aquí
Victoria se dio cuenta que había estado atada a sus emociones sin ver la
realidad sobre el príncipe. Y por último se dio cuenta que su vacío
interior le había llevado a tomar tónicos y medicinas inservibles. De
todos los seres de allí, solo algunos creían que eran felices, los demás
seguían allí porque estaban acostumbrados a eso.
Con
esto Victoria ya sabía qué camino elegir. Willie le advirtió de la
realidad fuera de esa tierra y es que muchos habían vuelto tras su marcha
porque les daba pánico. Así fue como decidió salir hacia el país de
Es. Willie le animó a ello porque era verdad que se estaba dejando guiar
por su corazón, aquello por lo que había estado luchando.
Salió
y encontró varios caminos muy empinados para escoger y su corazón en
este momento no le decía nada; tuvo miedo. Cayó en la cuenta de que debía
fijarse en los indicadores y oyendo en su cabeza la voz de Doc consiguió
vislumbrar uno que decía ”País de Es”. Vicky le habló de repente y
le agradeció el que ahora la aceptase tal y como era, aunque nadie hasta
ese momento lo hubiese hecho, y que así también ella podría aceptarse y
quererse a partir de ese momento. Siguieron subiendo pero resbalándose y
cayéndose. En una de estas llegó Doc y les anunció que en poco tiempo
iban a conocer al mago de Es, que les iba a sorprender de muchas maneras.
La princesa estaba trabajando duro para encontrar la verdad. Justo antes
de llegar a la ciudad cayó dormida. Al despertar no quiso demorarse más
y siguió subiendo. Llegó y vio un cartel de bienvenida.
Ahora
la princesa se sentía orgullosa de su capacidad, valor y coraje para
subir ala cima, y con ello recordó cuan orgulloso se ponía el príncipe
en sus primeros años de casados. La princesa pensó que el mago salvaría
su duda sobre qué pudo pasar. Debido a una gran humareda y a una caída
conocieron al mago de Es, que resultó ser mujer, y esto decepcionó a
Victoria. La maga le dio la bienvenida oficial al país y hablando con
ella, Victoria, vio que tenía una idea sobre sí misma totalmente
preconcebida e infundada. Bombardeó a la maga con preguntas, pero, para
saber la solución debía asistir a una obra de teatro en una casita de muñecas,
en un lugar llamado Memoria.
En
Memoria fueron visitando diferentes estancias. No era bueno quedarse en la
posada por mucho tiempo porque se corría el peligro de quedar anclados en
el pasado. Resultó que la obra no iban a verla, sino que Victoria era el
personaje principal; con esta obra conocería toda la verdad sobre ellas
misma. En
el acto I vio la vida de la reina y comprendió por qué era así.
En
el acto II vio la vida del rey y comprendió por qué era así.
En
el acto III vio la vida suya y comprendió por qué era así.
En
el descanso Victoria se quedó dormida, agotada de tanto llorar porque ya
estaba avisada de que la verdad a veces duele. Despertó para el IV acto
que trataba de la infancia del príncipe y así comprendió perfectamente
que el Dr. Risitas y el Sr. Escondido constituían su príncipe. En el
acto V recordó el enamoramiento y todo el tiempo al completo, vivido con
el príncipe. Habló con la bruja de todo ello. Concluyeron que el príncipe
no era responsable al actuar de manera cómoda, siguiendo tal y cómo lo
había hecho siempre, y a su vez, ella había despreciado su propio poder
al dejarse llevar por los juicios del príncipe. El príncipe dudaba del
amor de la princesa porque no se veía merecedor de ese amor.
La
bruja le aseguró que con ganas podría arreglar el desorden en su
interior, perdonando y entendiendo a Vicky en vez de acusarla y enfadarse
por todo lo malo que hacía. Aunque el príncipe le hubiese hecho daño,
no era malo el no volver a ser la misma de antes. Todo su pasado le había
ayudado a formarse como persona y a partir de ese momento estaba a salvo
de ser ella misma.
Saliendo
de la casa, la bruja le aseguró a la princesa que era mucho mejor de lo
que ella misma se consideraba. Ella pensaba que no era como debía ser,
pero en realidad la princesa era exactamente como tenía que ser. Llegaron
al “Lugar Perfecto” donde estaba el “Valle de la Perfección” y
cada vez que se acercaban más a los seres, más se daba cuenta que no
eran tan ideales. La princesa pasaba por alto la grandeza de las cosas y
se sentía totalmente decepcionada. La bruja le aclaró que lo único
imperfecto era la forma de percibir la perfección. La misión para la que
la princesa había sido creada no era imperfecta, era perfectísima como
todo en la naturaleza y al margen de lo que ella quisiera cambiar. Gracias
a sus enemigos y todo lo que ella consideraba negativo le había hecho
convertirse en un ser único y perfecto y original. La bruja le pidió que
valorara toda su debilidad, sensibilidad, sus miedos,etc. Que habían sido
sus mejores aliados para llegar a ser quien era ahora. Vicky salió
entonces le dijo que ella era capaz de quererse a sí misma si la propia
Victoria también la quería y aceptaba. Así fue como la princesa
consiguió la paz que andaba buscando. La bruja le dijo que ahora formaba
parte del hogar de Es, y que sentiría todo su esplendor.
Comenzó
la última etapa del viaje, paseó hasta el templo de la Verdad.
Sentada
junto a un robusto sauce llorón consiguió escuchar la vos del infinito
que la bruja le había avisado que oiría; se sentía llena de paz y energía.
La voz le explicó que podía satisfacer todas sus dudas, incluso las del
amor si buscaba la verdad. La voz también le dijo que siempre había
estado allí y seguiría estando; y mientras se estaba yendo le dijo que
solo debía escuchar, que nunca la abandonaría.
Tras
esto la princesa comenzó a subir la ladera hacia el Templo de la Verdad.
Llegó
a media mañana y la belleza que admiró allí fue espléndida. Allí
escuchó la voz del infinito diciendo a la vegetación que creciese y ésta,
la bruja y Doc eran los que le habían enseñado quien era ella en
realidad. En la gran sala había un trono impresionante, y allí se sentó
a descansar mientras esperaba “alguien” que debía llegar. Un pájaro
azul apareció como por arte de magia y se posó en su dedo. Ella reconoció
que era el que entraba en la cocina cuando ella solía cantar, y también
llegó Doc tocando su banjo como lo hacía habitualmente. Resultó
ser que el pájaro era el llamado Pájaro Azul de la Felicidad, aunque
realmente no traía la felicidad, ésta solo surgía de uno mismo, y que
el pájaro como el príncipe azul, solo venía a celebrar la felicidad.
Doc le dijo que ese trono era para ella, mientras llegó la bruja envuelta
en una nube de humo. Entre ambos le avisaron que tenían organizada una
ceremonia especial de bienvenida para ella. Entonces una bandada de pájaros
entró trayendo dos pájarogramas de Dolly y de Willie Borgoña.
Doc
comenzó a hablar honrándola y alabándola por haber llegado a descubrir
la verdad.
La
bruja fue quien le descubrió a la princesa el pergamino precintado y se
lo entregó. Victoria lo abrió y leyó en voz alta el primer pergamino.
Decía así:
Todos
somos completos bellos y perfectos según el infinito Creador y nos
merecemos ser amados y respetados. La
única constante de muestra vida es el cambio aunque muchas veces no
sepamos por qué es así. Debemos
estar agradecidos a los sentimientos negativos que nos hacen madurar y ser
felices. Algunas de las lecciones más importantes se aprenden cuando el
dolor es mayor.
Todos
tenemos una razón para existir que no depende de nosotros mismos.
La
verdad estás en el silencio de nuestra mente, en la voz del Creador que
espera en nosotros algo importante. No
bastaba con saber, había que sentir la verdad y Victoria estaba siendo
consciente de eso.
Todo
lo que es muy pronto será pasado.
La
plenitud de la verdad creas amor en nuestro corazón y sentimos así la
paz.
Lo
que sentimos en nuestro interior es nuestro mayor tesoro, nuestra
grandeza.
A
todo esto, Victoria lo nombró su nuevo código Real pero rápidamente lo
transformó en un espejo donde se miró y se vio bellísima. Victoria y
Vicky se juraron amor y respeto y juraron agradar la una a la otra para
siempre. Todos en la sala sintieron una gran alegría y una paz inmensa.
Pero Victoria tuvo una última duda que le preguntó a Doc, ¿dónde
estaba su cuento de hadas?
Al
conseguir amarse a sí misma conseguiría amar a otro y aunque no tuviese
príncipe todos los cuentos eran variadamente perfectos. Pero ella seguía
queriendo uno que la hiciera sentir enamorada. La princesita sabría que
sería él, por la pureza de su espíritu y la grandeza de su corazón.
Aquel que se amase a sí mismo, y quien a ella le gustase por sí mismo.
El amor verdadero significa libertad, crecimiento, entendimiento, lealtad,
estímulo, compromiso, conexión, confianza, compartir, amistad...
respeto. Así la princesa estaba conociendo que el amor verdadero era la
aceptación y no discusión, que es en lo que había fallado su relación
con el príncipe.
La
brujilla irrumpió en la conversación diciendo que uno no podía
encontrar el amor verdadero si no tenía claro qué andaba buscando.
Finalmente declaró la princesa que tenía un nuevo cuento de hadas,
diferente y mejor, que sería perfecto en su imperfección. Pero el viaje
no terminaba nunca, y existían más pergaminos, esa reunión era el
comienzo del poner en práctica toda esa teoría, todo eso que era un
proceso de aprendizaje. De repente escuchó salir música de su bolso,
resultó ser una caja de música que apareció allí, y que tenía desde
pequeña, pero esta vez, solo tenía una figurilla bailando no dos
(metamorfosis del cuento de hadas que antes era como todos, y ahora no,
solo estaba ella bailando).
La figura cobró vida y bailó y bailó cada vez mejor conforme pasaba el tiempo. Era un presagio de su nuevo cuento de hadas, que viviría con la perfección de una princesa imperfecta. Luego llegó el momento de su partida hacia la aventura del aprendizaje. Ella supo que aquellos que llevas en tu corazón siempre están cerca de ti. El último consejo de Doc fue: “Sigue adelante y vive tu propia verdad princesa”. Y acto seguido desaparecieron todos. Se sintió confundida pero escuchó la voz del Creador diciendo “cree... cree... cree...”. Y oyendo la música de su corazón y con una sonrisa en los labios comenzó su cuento de hadas.
Hay
mujeres que desde niñas fueron educadas para satisfacer y hacer felices a
los demás; a sus padres primero, luego a su marido, a sus hijos, a sus
jefes, a sus amigos, en conclusión a todos menos a ellas mismas; fueron
educadas en el sometimiento a normas, mitos familiares, sociales,
culturales, etc ; que suponían sacrificio, entrega, dedicación absoluta
y renuncias. En
este comportamiento la inseguridad y el temor van creciendo y la
autoestima se va debilitando, las personas con baja autoestima pueden ser
victimas de abusos y maltratos sicológicos por parte de personas
manipuladoras, egoístas y perversas, si es que no lo han sufrido
ya desde su infancia por personas de mas apego. Nadie
va a salvarnos, solo nosotros podemos salvarnos. Aprendiendo de nosotros
mismos de de nuestros aciertos y fracasos. La
verdadera perfección se encuentra en la imperfección de la vida, en los
seres humanos no perfectos, con emociones, con sentimientos reales, con
humanidad, con amor. Con
frecuencia, la gente que no se siente merecedora de amor, como el príncipe,
duda del cariño de los demás hacia ella pues cree que no pueden sentir
amor hacia una persona tan indigna como ella. Al igual que en la realidad todos alguna vez nos hemos sentidos rechazados y despreciados por nuestro Yo superior.
Aparte
de recomendar leer cada cierto tiempo este libro ya que nos servirá de
pastilla para el alma recordándonos muchas cosas que dejamos olvidadas,
vamos a postular algunos consejos. Las
mujeres que aprendieron que debían someterse siempre a las necesidades y
deseos de los otros, buscan actuando así, ser consideradas, amadas y
valoradas, creyendo que encontraran de esta manera la felicidad que tanto
ansían. Pero en la entrega, en la renuncia, se van olvidando de sus
propias necesidades y deseos, perdiendo totalmente su identidad, convirtiéndose
en un complemento del otro y pasando así a estar a su disposición. Se
debe revertir todo esto ya que cada uno debe escuchar a su corazón y no
dejar manipularse por otras personas. Además que no debemos tratar de ser
perfectos para agradar a otras personas ya que estas deben aceptarnos tal
cual somos, con nuestras virtudes y defectos. Ante
situaciones adversas es mejor ceder que rendirse, puesto que uno se rinde
ante la desesperación pero cede a la aceptación. Y es que no debemos
aprender la verdad de las
cosas en situaciones ajenas, debemos por demás descubrirlas nosotros
mismos y enriquecernos con la experiencia que conlleva. Tomemos
como consejos las experiencias de los relatos y cuando nos sintamos
abrumados o pensemos que no tengamos solución o salida busquemos dentro
de nosotros y encontremos las respuestas a nuestras interrogantes, ya que
el desconfiar de nuestras capacidades solo nos llevará al fracaso incluso
antes de aceptar los retos que encontraremos en el camino. Nosotros como estudiantes de Arquitectura, futuros profesionales que no solo lidiaremos con problemas de trabajo sino también con temas de índole respecto a otros seres humanos, debemos tomar nuestras propias decisiones, convenciéndonos de lo correcto de las mismas, y ser consecuentes; porque la forma en que vivimos el ayer marca nuestro hoy, y la forma en que vivimos condicionará nuestro mañana. |
por Juan Carlos Malpica Medina
Universidad Cesar Vallejo
Escuela de arquitectura
Curso: Desarrollo Personal
Docente: Lic. Mayra Cruzado Chaffo
Chimbote – Perú - 2007
Publicación autorizada, para Letras-Uruguay, por parte del autor, el día 4 de febrero 2008
Editado por el editor de Letras Uruguay
Email: echinope@gmail.com
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