En
1921 apareció el libro “Departamento de Lambayeque, monografía histórico-
geográfica”, el autor, el viajero norteamericano llamado Carlos
Bachmann que documentó interesantes datos sobre la gran hacienda Batán
Grande, en el departamento de Lambayeque, en la costa norte de Perú;
aunque parece que no llegó a conocer la hacienda, Bachmann refiere que
don Andrés Delgado, su propietario, trajo unos plantones de mango
procedentes de la India que llegaron por barco por la ruta de Panamá;
otros plantones fueron llevados a Ecuador; refiere que bajo de uno de los
frondosos árboles contrajeron matrimonio doña Mariana Delgado y don Juan
del Carmen Delgado, primos hermanos, hijos de los hacendados de Batán
Grande y La Viña de Sancarranco, famosa la última, por la calidad de sus
toros de lidia; Bachmann narra que un árbol tenía una altura de 8 metros
y el diámetro de su follaje alcanzaba los 12 a 15 metros y sus ramas
“caían al suelo”; Jorge Rondón publicó una fotografía (1966) del
“mango padre del Perú” árbol frondoso que aún existe, pero creo que
no es exactamente el más antiguo.
El mango
Procede de la India y pertenece a la familia de los Onacardiáceas,
especie “manguifera índica”; crece hasta una altura promedio de 15
metros con numerosas ramas altas y abiertas; se cultiva mucho en Africa y
América Tropical; su fruto tiene una drupa carnosa y tiene forma de riñón
u ovalada con una longitud de 5 a 15 cms; hay variedades, diferenciándose
por su forma y sabor; tiene un 20% de azúcares; los portugueses ,según
los historiadores, lo llevaron a Brasil en el siglo XVIII y de allí se
exportó a las Antillas y México; sabemos ahora que el personaje que
trajo los mangos a Perú fue don José Andrés Delgado Gardeazábal y
Tovar, abogado de Quito (Ecuador) que contrajo matrimonio con doña Clara
Fernández de la Cotera en 1790; ella, hija del Coronel don Pedro Fernández
de la Cotera, por entonces, dueño de la hacienda San Nicolás de Cicán;
el dato de Bachmann resulta entonces, importante, para afirmar que el
mango estuvo en el Perú, inmediatamente después que fue llevado a
Brasil, antes que fuera cultivado en México.
El mango padre
Por el año 1982-83 hicimos una medición de la otrora famosa “huerta de
los mangos de Batán Grande”; habían entonces un total de 50 árboles
de mangos de diferentes variedades, los pobladores los diferencian por sus
formas y sabores, a saber: “zorro”(grande y alargado), “alcanfor”,
“manzano”, “criollo”, ”mariconcito o jamolita” (del tamaño de
una fresa, muy dulce), etc.; he podido diferenciar dos sectores, el que se
ubica en el lado oeste de la huerta -junto al pueblo de Batán Grande-
cuenta con 19 ejemplares; a 120 metros hay uno aislado, los diámetros
oscilan entre 0.5 y 1.30 metros separados a equidistancias de 6.60 metros,
al noreste encontramos un total de 30 árboles, dos de ellos aislados en
el lado norte; precisamente a uno de éstos ejemplares algunos
observadores lo identificaron como el mas antiguo; los diámetros van
desde 0.60-0.90-1.15-1.20 y 1.50 metros a equidistancias de 8 metros; el más
grueso en su fuste, de 1.60 metros de diámetro, creo que es el más
antiguo.
Regresé a la huerta desde la última vez que fotografié al viejo mango
en el año 1990 y curiosamente, es el único ejemplar que ya no existe, se
cayó por su vejez; sus hojas se habían caído pero el “mango padre”
evidenciaba su robustez y sus formas caprichosas hacen rememorar los árboles
de los viejos cuentos y leyendas de brujas; en esta bella huerta que con
mucha dedicación cultivaba doña Juana Bonilla de Aurich se quedó toda
una familia de gitanos cirqueros que tuvieron acogida y amistad de don
Juan Aurich Pastor, que al parecer, tuvo también ascendencia gitana, pues
su abuelo, don Juan D’auricht llegó a Lambayeque procedente de Cataluña
y que por año 1817 lo encontramos en antiguo documento con 54 años de
edad casándose con doña Clara Cornella D’estella; los Aurich Bonilla,
hijos de don Juan Aurich Pastor (fallecido en 1936) se hicieron famosos
por los años 50-60 al desenterrar las mas ricas tumbas prehispànicas que
han dado vuelta al mundo con el nombre de “Oro del Perú” y que hoy
conocemos como oro Cicán (ca.800-1100d.C) (Maeda:1982).
La huertas de Batán Grande fueron famosas; en una de ellas, el japonés
don Einosuke (Enrique) Maeda -mi abuelo- cultivó entre otras frutas, las
casi legendarias piñas que llegaron a tener un peso de 35 libras cada una
(aprox.16 kgs) muy dulces; junto a los mangos, se conservan aún 29 árboles
de históricos mameyes, algunos de los cuáles fueron quemados durante un
episodio histórico por el año 1864, cuando liberales ya luchaban contra
los latifundistas peruanos que perdieron sus haciendas en 1970 durante el
régimen golpista del Gral. Juan Velasco Alvarado; una de las haciendas
mas grandes del Perú, Batán Grande, la antigua estancia ganadera de Cicán
compuesta en el año 1596 por el capitán español don Francisco de Barbarán
Lezcano y Mendoza, conforme ha documentado el autor, llegó a tener 84,200
hectáreas en total, con la mayor cantidad de bosques de algarrobos (Prosopis
pallida) en la costa del Pacífico, que a pesar de la indiscriminada tala,
se conserva su Santuario Histórico de Pomac con aprox. 5,000 hás., en
donde se originó y desarrolló la Cultura Cican, adoratorio y necrópolis
en donde residió una de las élites de iniciados y sacerdotes de más
prestigio en el mundo andino antiguo, sus cementerios, descubiertos por
huaqueros en 1936 y luego excavados por los hacendados Aurich son célebres;
los hallazgos o profanaciones de las tumbas prehispánicas, por
coincidencias quizás, han generado una suerte de desgracias y situaciones
lamentables para sus autores…pero esa es otra historia. |