El mango padre del Perú

José Maeda Ascencio

Regresé a la huerta desde la última vez que fotografié al viejo mango en el año 1990 y curiosamente, es el único ejemplar que ya no existe, se cayó por su vejez; pero el “mango padre” evidenciaba los viejos cuentos y leyendas de brujas


En las primeras décadas del siglo XX, el Perú fue visitado por investigadores y viajeros que quedaron seguramente, maravillados por la riqueza arqueológica, histórica y natural del país del que tanto escribieron los cronistas del siglo XVI: Wienner, Midendorf, Raymondi, Humboldt, Reiss, Stübel, Bennet, Bingham, Markham, Means, Seler, Uhle y Brüning, entre otros, figuran como los exploradores que recorrieron costa, sierra y selva del Perú.

En 1921 apareció el libro “Departamento de Lambayeque, monografía histórico- geográfica”, el autor, el viajero norteamericano llamado Carlos Bachmann que documentó interesantes datos sobre la gran hacienda Batán Grande, en el departamento de Lambayeque, en la costa norte de Perú; aunque parece que no llegó a conocer la hacienda, Bachmann refiere que don Andrés Delgado, su propietario, trajo unos plantones de mango procedentes de la India que llegaron por barco por la ruta de Panamá; otros plantones fueron llevados a Ecuador; refiere que bajo de uno de los frondosos árboles contrajeron matrimonio doña Mariana Delgado y don Juan del Carmen Delgado, primos hermanos, hijos de los hacendados de Batán Grande y La Viña de Sancarranco, famosa la última, por la calidad de sus toros de lidia; Bachmann narra que un árbol tenía una altura de 8 metros y el diámetro de su follaje alcanzaba los 12 a 15 metros y sus ramas “caían al suelo”; Jorge Rondón publicó una fotografía (1966) del “mango padre del Perú” árbol frondoso que aún existe, pero creo que no es exactamente el más antiguo.

El mango
Procede de la India y pertenece a la familia de los Onacardiáceas, especie “manguifera índica”; crece hasta una altura promedio de 15 metros con numerosas ramas altas y abiertas; se cultiva mucho en Africa y América Tropical; su fruto tiene una drupa carnosa y tiene forma de riñón u ovalada con una longitud de 5 a 15 cms; hay variedades, diferenciándose por su forma y sabor; tiene un 20% de azúcares; los portugueses ,según los historiadores, lo llevaron a Brasil en el siglo XVIII y de allí se exportó a las Antillas y México; sabemos ahora que el personaje que trajo los mangos a Perú fue don José Andrés Delgado Gardeazábal y Tovar, abogado de Quito (Ecuador) que contrajo matrimonio con doña Clara Fernández de la Cotera en 1790; ella, hija del Coronel don Pedro Fernández de la Cotera, por entonces, dueño de la hacienda San Nicolás de Cicán; el dato de Bachmann resulta entonces, importante, para afirmar que el mango estuvo en el Perú, inmediatamente después que fue llevado a Brasil, antes que fuera cultivado en México.

El mango padre
Por el año 1982-83 hicimos una medición de la otrora famosa “huerta de los mangos de Batán Grande”; habían entonces un total de 50 árboles de mangos de diferentes variedades, los pobladores los diferencian por sus formas y sabores, a saber: “zorro”(grande y alargado), “alcanfor”, “manzano”, “criollo”, ”mariconcito o jamolita” (del tamaño de una fresa, muy dulce), etc.; he podido diferenciar dos sectores, el que se ubica en el lado oeste de la huerta -junto al pueblo de Batán Grande- cuenta con 19 ejemplares; a 120 metros hay uno aislado, los diámetros oscilan entre 0.5 y 1.30 metros separados a equidistancias de 6.60 metros, al noreste encontramos un total de 30 árboles, dos de ellos aislados en el lado norte; precisamente a uno de éstos ejemplares algunos observadores lo identificaron como el mas antiguo; los diámetros van desde 0.60-0.90-1.15-1.20 y 1.50 metros a equidistancias de 8 metros; el más grueso en su fuste, de 1.60 metros de diámetro, creo que es el más antiguo.

Regresé a la huerta desde la última vez que fotografié al viejo mango en el año 1990 y curiosamente, es el único ejemplar que ya no existe, se cayó por su vejez; sus hojas se habían caído pero el “mango padre” evidenciaba su robustez y sus formas caprichosas hacen rememorar los árboles de los viejos cuentos y leyendas de brujas; en esta bella huerta que con mucha dedicación cultivaba doña Juana Bonilla de Aurich se quedó toda una familia de gitanos cirqueros que tuvieron acogida y amistad de don Juan Aurich Pastor, que al parecer, tuvo también ascendencia gitana, pues su abuelo, don Juan D’auricht llegó a Lambayeque procedente de Cataluña y que por año 1817 lo encontramos en antiguo documento con 54 años de edad casándose con doña Clara Cornella D’estella; los Aurich Bonilla, hijos de don Juan Aurich Pastor (fallecido en 1936) se hicieron famosos por los años 50-60 al desenterrar las mas ricas tumbas prehispànicas que han dado vuelta al mundo con el nombre de “Oro del Perú” y que hoy conocemos como oro Cicán (ca.800-1100d.C) (Maeda:1982).

La huertas de Batán Grande fueron famosas; en una de ellas, el japonés don Einosuke (Enrique) Maeda -mi abuelo- cultivó entre otras frutas, las casi legendarias piñas que llegaron a tener un peso de 35 libras cada una (aprox.16 kgs) muy dulces; junto a los mangos, se conservan aún 29 árboles de históricos mameyes, algunos de los cuáles fueron quemados durante un episodio histórico por el año 1864, cuando liberales ya luchaban contra los latifundistas peruanos que perdieron sus haciendas en 1970 durante el régimen golpista del Gral. Juan Velasco Alvarado; una de las haciendas mas grandes del Perú, Batán Grande, la antigua estancia ganadera de Cicán compuesta en el año 1596 por el capitán español don Francisco de Barbarán Lezcano y Mendoza, conforme ha documentado el autor, llegó a tener 84,200 hectáreas en total, con la mayor cantidad de bosques de algarrobos (Prosopis pallida) en la costa del Pacífico, que a pesar de la indiscriminada tala, se conserva su Santuario Histórico de Pomac con aprox. 5,000 hás., en donde se originó y desarrolló la Cultura Cican, adoratorio y necrópolis en donde residió una de las élites de iniciados y sacerdotes de más prestigio en el mundo andino antiguo, sus cementerios, descubiertos por huaqueros en 1936 y luego excavados por los hacendados Aurich son célebres; los hallazgos o profanaciones de las tumbas prehispánicas, por coincidencias quizás, han generado una suerte de desgracias y situaciones lamentables para sus autores…pero esa es otra historia.

José Maeda Ascencio
Gentileza de "De Muchiks, Sican y otros temas"
http://www.muchiks.blogspot.com/

Publicado en Revista El Consumidor

http://www.omco.org/coleccion/
Publicación autorizada, para Letras-Uruguay, por parte del autor

Ir a índice de América

Ir a índice de Maeda Ascencio, José

Ir a página inicio

Ir a mapa del sitio