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GALOPAN LOS JINETES DEL ÓXIDO
y Aquella que sabemos: siempre
al acecho.
La Gran Guadañera.
Su imbécil rueca de deshilar a las terrestres
Criaturas.
¡No vales un céntimo vieja bruja!
Si piensas que te temo estás perdida.
Te la llevaste por pura traición.
Porque visteábamos hacia otro lado.
Porque olvidamos entibiar el frío.
Porque somos sólo carnada
para las mandíbulas de mercurio de la
catástrofe.
Porque la ahuesada sintió celos
de Ella que fue la
mejor
que aún lo es en su sarcófago de hojas bajo el
cielo frente al río sus cenizas junto a las cuales nos
reuniremos, ya lo verás, venciendo a la miasma,
al azufre, a los orines incandescentes a
la cifra del invivir
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