Rabia
La Condesa de P de Monte

Esta tarde serví la rabia en mi mesa
la desgraciada, disfrutaba al ser devorada,
Se dio el gusto de henchirme
Hasta conseguir pronunciarse en la palabra 
La boca se esconde
Prorrumpe incontenible
Un rió substancialmente pedregoso
Que no llego a reconocer
Embestido de un llanto sublevado
Promete sombras
Propone tempestades
Y extermina todo lo que toque
Camina y no repara en limites
Se apoya sobre bruma
Dotado de corporalidad 
Ese monstruo negro me refriega
los malos momentos
los pasa sobre mi rostro con efecto de lija
tengo mis dedos engrampados en su pelo
y sus mentiras conquistándome el oído
Bien me advirtieron los elfos
No dejes entrar a la rabia
Porque en su serena risotada
Se traga el alma en vilo. 

La Condesa de P de Monte

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