Rabia |
Esta tarde serví la rabia en mi mesa la desgraciada, disfrutaba al ser devorada, Se dio el gusto de henchirme Hasta conseguir pronunciarse en la palabra La boca se esconde Prorrumpe incontenible Un rió substancialmente pedregoso Que no llego a reconocer Embestido de un llanto sublevado Promete sombras Propone tempestades Y extermina todo lo que toque Camina y no repara en limites Se apoya sobre bruma Dotado de corporalidad Ese monstruo negro me refriega los malos momentos los pasa sobre mi rostro con efecto de lija tengo mis dedos engrampados en su pelo y sus mentiras conquistándome el oído Bien me advirtieron los elfos No dejes entrar a la rabia Porque en su serena risotada Se traga el alma en vilo. |
La Condesa de P de Monte
Ir a índice de América |
Ir a índice de Luza Castillo, Maritza |
Ir a página inicio |
Ir a mapa del sitio |