Tradicionalmente
el poder privado de la palabra como verbo manifiesto, establece conceptos
de carácter, poética, ciencia, tecnología, salud, civismo y todas las
áreas donde se requiera su uso, Mas, reconociendo su amplitud con
respecto a una expresividad afectiva e íntima, desarrolla un papel
importante en el terreno de lo sensorial totalmente desvinculado de los
propios limites provisionales para asumir un matiz autentico y en casos
libertinos ante el avance de estrechas aproximaciones con las emociones.
De primera mano, sabemos que esa fuerza subversiva desconcierta y trae
abajo cualquier garantía de estabilidad y duración. A éste prurito
introspectivo, frente a la supremacía del deseo se le denomina erotismo
Hay una idea perentoria, desde el punto de vista de la filosofía que
desconstruye lo estrictamente construido por la arquitectura moral y funda
un camino en lo hieráticamente ilegítimo, orientalista, misterioso y
hasta esquivo del significado de una palabra para significar otra, cromática,
radical singular partiendo de la identidad del engaño. Un engaño llamado
a impugnar el ancestral bramido corpóreo para edificar nuevos muros sobre
viejos cimientos en un vértigo afirmado en la fascinación de la soledad
Asimismo, sería relativamente fácil abordar con desarraigo un tema que
alimenta la interrogación sobre lo no dicho, componente complejo
fragmentado y esbozado por el aforismo, metáforas, alegoría y alusiones
que permiten instalar el estallido necesario para poner palabras en el
fuego
El intento de entender el erotismo en la palabra pasa por la búsqueda
relacionada con el aspecto estético e espiritual evocando una estación física
nostálgica o premonitoria con un concierto de eventos prolongados en la
memoria. En ese sentido se vive como fuente de energía y motivación
expresándose en indefinidas maneras cuando el uso del lenguaje lo
permite, se puede trasmitir obsesión ininteligible como saltar a profunda
incapacidad humana de integrarse a las relaciones interpersonales y en
simultáneo poseer una prolífera obra erótica. Obra que se consolida con
herramientas idiomáticas como los quiasmos; figura de dicción que
consiste en presentar en órdenes inversos los miembros de dos secuencias;
por ejemplo: Cuando lloras gimes; cuando gimes lloras. Resaltando las
posibilidades de disgregación en el texto. Por tanto, se intenta
caracterizar las palabras en el erotismo como un sistema en la lengua que
afirma su pertenencia en los estímulos corpóreos, obtenidas por la
combinación de la estructura sintáctica de las palabras o expresiones de
significado opuesto que origina un nuevo sentido. De ahí frases como: Me
derrumbo con tu aliento
Recurrir a diversas herramientas del lenguaje no impide y sí ayuda
esbozar lo que se pretende y recoger esa parte de la vida donde se
permanece en la fragancia y no cuesta nada evocar la sensación de sábanas
vacías cuando la piel deja de ser una membrana para transformarse en un
diario que aunque lo guardes en el olvido jamás podrás olvidarte de
recordar. |