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Reflexiones sobre los límites del lenguaje María
Elvira Luna Escudero Alie |
"Sabemos
que no el desocupado jardinero Adán, carezo del azar, ese eclipse de ángel- fue el que bautizó las cosas del mundo. Sabemos que
el lenguaje es como la luna y tiene su hemisferio de sombra."
"Las lenguas son en último término, simplificaciones de una realidad que siempre
las rebasa, y sólo pueden justificarse con un fin práctico". |
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El objetivo de este artículo es reflexionar sobre el problema de los límites del lenguaje en el relato:"El espejo y la máscara", de Jorge Luis Borges. Haré también unas referencias generales sobre algunas afirmaciones de Borges acerca del lenguaje y su condición de "paráfrasis de la realidad". El relato de Borges “El espejo y la máscara” presenta una fábula que tiene lugar durante la primera época de la Edad Media en Irlanda. En esta narración se puede ver claramente la preocupación y desconfianza del narrador frente al lenguaje y las limitaciones y desventajas que tiene el lenguaje con respecto a la realidad que intenta describir. La trama ocurre en el marco inmediatamente posterior a la batalla de Clontarf, el "Alto Rey" de Irlanda le propone al poeta de la Corte que escriba una oda inmortalizando la victoria sobre los noruegos. Al cabo de un año "el Ollán" le entrega al rey su oda. El rey acepta la obra, premia al poeta por su esfuerzo; pero no está del todo satisfecho con el poema y le pide una segunda oda que el poeta le presenta puntualmente al siguiente año. Nuevamente el Rey alaba y premia al poeta por su esfuerzo; pero aún espera una oda mejor: |
"De tu primera loa pude afirmar que era un feliz resumen de cuanto se ha cantado en Irlanda. Ésta supera todo lo anterior y también lo aniquila. Suspende, maravilla y deslumbra." Luego con una sonrisa, el Rey agregó: “Somos figuras de una fábula y es justo recordar que en las fábulas prima el número tres.” A lo cual, el poeta acotó: “Los tres dones del hechicero, las tríadas y la indudable Trinidad”. Al tercer año el poeta regresó frente al rey sin ningún manuscrito: "En el alba -dijo el poeta- me recordé diciendo unas palabras que al principio no comprendí. Esas palabras son un poema. Sentí que había cometido un pecado, quizá el que no perdona el Espíritu." El poeta le susurró al rey en voz baja su tercera oda que constaba de un sola línea. El rey le dio al Ollán el último regalo que era una daga. El poeta se suicidó al salir del palacio, el rey dejó de ser rey para convertirse en un vagabundo y jamás repitió el poema-línea. Simbología: La concepción antigua del arte decía que éste debía ser un reflejo de la realidad, una suerte de mímesis de la naturaleza. El término "espejo", en la tradición cultural desde los griegos, nos habla del concepto de mímesis justamente, de imitación de la realidad. El rey le obsequia al poeta un espejo de plata como recompensa a la primera oda ejecutada. El regalo corresponde perfectamente al motivo que lo causa. En el poema del Ollán hay una descripción minuciosa y prolija de la batalla. La primera oda del poeta es un fiel reflejo de la realidad, de la realidad que es observable a través de los sentidos, un espejo de ella. El término "máscara", alude al teatro griego, a la comedia, a la tragedia. En latín persona significa máscara. La finalidad de la máscara en el teatro griego era ocultar la propia apariencia, para que un solo actor pudiera representar muchos personajes sólo cambiándose de máscara. El rey le obsequia una máscara de oro al poeta por su segunda loa, la cual ya no era una descripción lineal de la batalla, sino que era de acuerdo al Rey: “la misma batalla”. Podemos concluir que el poeta de la fábula había logrado de alguna manera aprehender la realidad mediante el lenguaje. En efecto, el segundo poema, exento de artificios, se acerca al núcleo, no es la apariencia lo que muestra, hay una ruptura con la literatura anterior, el lenguaje se rompe. La batalla ensalzada en la oda tiene su correlato en el esfuerzo realizado por el poeta al escribir el poema; él también libró su propia batalla con el lenguaje. En esta segunda oda hay pues, un lenguaje de ruptura que evita la descripción como en el primer poema y permite apreciar la capacidad creativa del mejor usuario del idioma; el poeta. El rey decide que se guarde en un cofre de marfil el único ejemplar. El tercer poema que constaba de una sola línea, dicha en un susurro cual si fuera una blasfemia, y sólo oída por el Rey, es el más breve, el más intenso, el más penetrante, es la maravilla síntesis de todas las maravillas, es algo así como el Aleph. El poeta alcanza el Absoluto Estético, es un poema "revelación", que ha aprehendido la realidad tal cual, que manifiesta la verdad, lo real, en términos de Platón; la episteme. El poeta ha logrado superar los límites del lenguaje, trascender. El rey le regala al poeta una daga como tercer premio y el poeta sabe bien lo que debe hacer con ella. El haber trasgredido los límites del lenguaje lo desautoriza para vivir entre los hombres. Ha cometido una "hamartía" como dirían los griegos; ha ido más allá de sus propios límites como ser humano. Ha “destruído” el lenguaje al trascenderlo, y por tanto debe destruirse también. El Rey, en su condición de testigo de la maravilla, ya no puede seguir siendo rey, ni pronunciar lo impronunciable, lo inefable. Su destino será en adelante el de una sombra que deambule sin rumbo. En la medida en que el poema se va haciendo más perfecto, el hombre representado por el poeta, se va acercando más a su autoaniquilación, a su destrucción; porque comprender el vasto universo es infinitamente superior a sus fuerzas y a su capacidad. Análisis: Este cuento-fábula de Borges podría entenderse también como una breve historia de la concepción del poema en Occidente. El primer poema estaría vinculado al género épico, el segundo poema aludiría más bien al género dramático y el tercero sería una identificación con lo lírico puro, con el Absoluto Estético, que va más allá de todo lenguaje, que es esencia inefable, infinita, inabarcable en un sistema de signos lineal como es el lenguaje, siempre arbitrario con respecto a la realidad que tiene muchas más dimensiones, que es múltiple, diversa, simultánea. La misión del arte no sería otra que la de revelar la relación entre el hombre y el universo que lo circunda. Para los griegos el poeta era aquel capaz de "revelar"; aunque sabemos que Platón tenía una idea muy distinta. El poeta de la fábula de Borges estaría moviéndose dentro del ámbito de las apariencias, de la "doxa", cuando declama con mucha seguridad la primera oda. Porque la descripción puntual y lineal de lo observable no agota la realidad. El lenguaje crea una apariencia de realidad que es una parte mínima de todo lo existente. El lenguaje, pues no dice suficientemente, desde que es una creación humana, y por tanto limitada. Borges es un escéptico, si es posible enmarcarlo dentro de alguna postura. Cree que el ser humano no está en condiciones de entender la infinita complejidad del universo, que todos nuestros conocimientos son relativos, discutibles, que toda verdad lleva en sí su propia contradicción. La constatación de lo relativo le lleva a Borges a admirar el itinerario del hombre en su imposible afán por buscar el conocimiento, es decir la episteme. Para Borges, el ámbito de la irrealidad se confunde con el de la realidad, el sueño puede ser la vigilia, y los seres humanos meras apariencias, sombras, como en "Las ruinas circulares", el mundo en general producto de un dios lúdico, que ha construído un universo laberíntico y caótico. Puede resultar paradójico que precisamente Borges, creador de una prosa tan hermosa como precisa e impecable, poseedor de una visión del mundo amplia y lúcida, sea un escéptico con respecto al lenguaje, al tiempo, a la existencia misma de la realidad, etc. Citaré varias líneas de Borges, que graficarán esta afirmación. "Negar la sucesión temporal, negar el yo, negar el universo astronómico, son desesperaciones aparentes y consuelos secretos. Nuestro destino (a diferencia del infierno de Swedenborg y del infierno de la mitología tibetana) no es espantoso por irreal; es espantoso porque es irreversible y de hierro.” (p. 120) Con un lirismo extraordinario, Borges nos regala estas líneas: “El
tiempo es la sustancia de que estoy hecho. El tiempo es un río que me
arrebata; pero yo soy el río; es un tigre que me destroza; pero yo soy el
tigre; es un fuego que me consume; pero yo soy el fuego. El mundo
desgraciadamente es real; yo, desgraciadamente, soy Borges". Borges, a través de sus obras nos manifiesta la dificultad de interpretar una realidad que se nos escapa y el "deseo de mostrar con humildad lo precario de nuestro conocer". Según Borges, el hecho de que una sola palabra pueda manifestar experiencias distintas resalta la pobreza del lenguaje en toda su magnitud. "...Como
se ve, ni éste (Spinoza) con su metafísica geometrizada, ni aquél (Lulio)
con su alfabeto traducible en palabras y éstas en oraciones, consiguió
eludir el lenguaje. Ambos alimentaron de él sus sistemas. Sólo pueden
soslayarlo los ángeles que conversan por especies inteligibles; es decir
por representaciones directas y sin misterio alguno verbal. Y nosotros los
nunca ángeles, los verbales, los que en este bajo, relativo suelo
escribimos, los que sotepensamos que ascender a letras de molde es la máxima
realidad de las experiencias? Como señala Alazraki, en su libro La prosa narrativa de Jorge Luis Borges: "La realidad procede por hechos y es inasible, la literatura procede por el lenguaje y es convencional". La inaprehensibilidad de la realidad condiciona y limita las posibilidades del arte reduciéndolo a una mera representación o mímesis. Las realidades que subyacen en los cuentos de Borges, son un sistema de símbolos. El símbolo intenta aprehender la idea que está en el fenómeno y por eso tiene un carácter de revelación. Borges confiere a lo concreto una mayor intensidad al enmarcarlo dentro de la perspectiva de lo genérico. Así el Rey de Irlanda, es un rey en particular cuyo nombre no se menciona, no está individualizado; el poeta representa a todos los poetas. Los personajes de Borges en este relato son arquetipos platónicos; se explican genéricamente. Según Bioy Casares, las fantasías de Borges son “fantasías metafísicas”. La metafísica será el intento de conceptualizar la idea abstrayéndola de su efecto, del fenómeno. El laberinto; símbolo dentro del símbolo, es la explicación más aproximada a la visión de mundo que tiene Borges. "¿Por
qué no crear una palabra, una sola, para la percepción conjunta de los
cencerros insistiendo en la tarde y la puesta de sol en la lejanía ? ¿Por
qué no inventar otra para el ruinoso y amenazador ademán que muestran en
la madrugada las calles? Definiendo el 'clásico literario', Borges ha escrito en el ensayo "El primer Wells": "La
obra que perdura es siempre capaz de una infinita y plástica ambigüedad;
es todo para todos, como el Apóstol; es un espejo que declara los rasgos
del lector y es también un mapa del mundo. Ello debe ocurrir además de
un modo evanescente y modesto, casi a despecho del autor; éste debe
aparecer ignorante de todo simbolismo". Y en El Informe de Brodie, nos recuerda Borges: "Cada
lenguaje es una tradición, cada palabra un símbolo compartido, es baladí
lo que un innovador es capaz de alterar; recordemos la obra espléndida
pero no pocas veces ilegible de un Mallarmé o de un Joyce". Según Borges, hay que “sentir” las palabras para de alguna manera ganarnos el derecho a usarlas: "La
variedad de palabras es otro error. Todos los preceptivistas la
recomiendan, pienso que con ninguna verdad. Pienso que las palabras hay
que conquistarlas, viviéndolas, y que la aparente publicidad que el
diccionario les regala es una falsía. Que nadie se anima a escribir
suburbio sin haber caminoteado largamente por sus veredas altas; sin
haberlo deseado y padecido como a una novia; sin haber sentido sus tapias,
sus campitos, sus lunas a la vuelta de un almacén; como una
generosidad... Yo he conquistado ya mi pobreza, yo he reconocido, entre
miles, las nueve o diez palabras que se llevan bien con mi corazón; yo he
escrito más de un libro para poder escribir acaso una página. En otras líneas Borges se refiere de manera optimista a las posibilidades expresivas del lenguaje: "Yo
personalmente, creo en la riqueza del castellano pero juzgo que no hemos
de guardarla en haragana inmovilidad, sino multiplicarla hasta lo
infinito. Cualquier léxico es perfectible y voy a probarlo. El mundo
aparencial es un tropel de percepciones barajadas. Una visión de cielo
agreste, ese olor como de resignación que alientan los campos, la
acrimonia gustosa del tabaco enardeciendo la garganta, el viento largo
flagelando nuestro camino, y la sumisa rectitud de un bastón ofreciéndose
a nuestros dedos, caben aunados en cualquier conciencia, de golpe. El
lenguaje es un ordenamiento eficaz de esa enigmática abundancia del
mundo. Dicho sea con otras palabras: Los sustantivos se los inventamos a
la realidad. Palpamos una realidad, vemos un montoncito de luz color de
madrugada, un cosquilleo nos alegra la boca, y mentimos que esas tres
cosas heterogéneas son una sola y que se llama naranja. La luna misma es
una ficción, fuera de convenciones astronómicas que no deben atarearnos
aquí, no hay semejanza alguna entre el redondel amarillo que ahora está
alzándose con claridad sobre el paredón de la Recoleta, y la tajadita
rosada que vi en el cielo de la Plaza de Mayo, hace muchas noches. Todo
sustantivo es abreviatura. Conclusiones: De lo expuesto en las líneas anteriores, se puede afirmar, a manera de conclusión lo siguiente:
Termino estas reflexiones citando una líneas de Loy, tomadas por Borges en Otras Inquisiciones, página 162: "...no hay en la tierra un ser humano capaz de declarar quién es. Nadie sabe qué ha venido a hacer a este mundo, a qué corresponden sus cantos, sus sentimientos, sus ideas, ni cuál es su nombre verdadero..." Bibliografía Consultada Alazraki, Jaime, La prosa narrativa de Jorge Luis Borges. Ed. Gredos. Madrid,1974 Barrenechea, Ana María, La expresión de irrealidad en la obra de Jorge Luis Borges. Ed. Paidós. Buenos Aires, 1967. Borges, Jorge Luis, El libro de arena. Ed. Emecé-Alianza Buenos Aires, 1975. Echeverría, Arturo, Lengua y literatura de Borges. Ed. Ariel. Barcelona, 1983. Marco, Joaquín, Asedio a Jorge Luis Borges. Ed. Ultramar. Barcelona 1982. |
©
María Elvira Luna Escudero Alie - 2002
elviraluna@msn.com
Tomado de Espéculo. Revista de estudios literarios. Universidad Complutense de Madrid
Autorizado por la autora el 22 marzo 2011
JORGE LUIS BORGES (EL ESPEJO Y LA MÁSCARA)Publicado el 13 dic. 2015
Jorge Luis Borges nació en Buenos
Aires el 24 de agosto de 1899. Por influencia de su abuela inglesa,
fue alfabetizado en inglés y en español. En 1914, viajó con su
familia a Europa y se instaló en Ginebra, donde cursó el
bachillerato. Pasó en 1919 a España y allí entró en contacto con el
movimiento ultraísta. En 1921, regresó a Buenos Aires y fundó con
otros importantes escritores la revista Proa. En 1923, publicó su
primer libro de poemas, Fervor de Buenos Aires. Desde esa época, se
enferma de los ojos, sufre sucesivas operaciones de cataratas y
pierde casi por completo la vista en 1955. Tiempos después se
referiría a su ceguera como "un lento crepúsculo que ya dura más de
medio siglo". |
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