Canción del destierro del corazón

poema de Eduardo Lualdi

Hoy desterraron mi corazón

y en un lejano páramo desierto io enterraron.
Solo el clavel de una niña quedó,
sin cruz ni lápida lo ocultaron ahí;
luego un poco de sol por ta rendija de su diástoles
penetró carbonizando su sístole alelí.
Algunos hombres pobres vieron sepultarlo

y lloraron por él como ai hijo aun desconocido.
Fugaz el tiempo en que lo llevaron a tierra extraña

lejos muy tejos de mi azulada y blanca casa.
Hoy desterraron mi corazón ...

y sin embargo en un viejo bote
con un marino de escamada mirada
volvió al azul y al blanco de mi casa vieja...

Hoy han vuelto a desterrarlo

y aun más lejos, lo llevaron.
En un témpano sonoro rodeado de maderas

erizadas de espinas, sin una flor una niña

ni un hombre pobre, lo clavaron.

Y él volvió a mi azul con el viento,

el monzón brioso del claro canto
y aliento huracanado.

Y otra vez hoy lo han desterrado,

hicieron para él un hueco profundo, inquieto

y en una caja de herrumbada forja
lo arrojaron, un techo de piedras

silenció su cristalino instinto

y su perpetua voz ...

.... y retomó nuevamente (nuevo, así decirlo)

a las orillas, y resbaló un cerro

y un invierno del azul y blanco amado.

Mañana también querrán hacerlo

y él será siempre vida

siempre en el azul

y blanca vida.

... Pero hoy, hoy ya no han podido desterrarme

ni el corazón ... ni el corazón de tierra ...

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