Tan famoso caballero
De Castilla bien nacido,
Hidalgo de lanza en ristre
Y mofletudo escudero
Aquel que soñó despierto
O acaso semidormido
Aventuras trasnochadas
Genio de caballería
Cuya moza desgarbada
Transformóla en ideal
De su lucha con gigantes
Molinos que en su locura
Antojábale criaturas
Desafiantes movedizas
En cuya vana ojeriza
Casi pierde su pellejo
Convirtiéndose en reflejo
De esa sublime locura
Que el que pierde la cordura
En pos de un ideal
No es loco ni desquiciado
Que la cordura es muy poco
Ante aquel sublime loco
Cuyo amor a Dulcinea
Hace que la magia sea
Soñar su sueño despierto
Que nos deja boquiabiertos
Ante tamaña cordura
Sus andantes aventuras
Con su prosaico escudero
Aquel digno caballero
Éste más Panza que Sancho
Y sin embargo leal
Molido a palos también
Al igual que su señor
Cabalgando en su pollino
A la par de Rocinante
Cuya más dolida queja
Ante tan loca aventura
Es saber que esa andadura
Por muy hidalga que sea
No trocará a Dulcinea
amada de su señor
en doncella la mayor
de la manchega planicie
que la niña del Toboso
es una pobre cuitada
de sueños no sabe nada
ni tampoco de aventuras
de flaca cabalgadura
o caballeros andantes
que a lomos de Rocinante
en su locura mayor
se bate a duelo en su honor
tornándola noble y pura
en esa eterna locura
del amor más delirante
quizá en eso don Cervantes
sufrió espinas de amargura. |