¿Vendrán tiempos mejores?

Por Mario Andino López

La paradoja de nuestro tiempo es que, mientras más tenemos, menos gozamos de ello. Ansiamos casas más grandes y, aún así, nuestras familias son más pequeñas. Logramos mayores conveniencias materiales y no tenemos tiempo para usarlas. Mayor conocimiento no significa mejor juicio;  no producimos más expertos en campos específicos, sino más problemas. Contamos con mejores medicamentos y, o no tenemos el dinero prohibitivo para las nuevas drogas o, las nuevas enfermedades son más poderosas que las mismas. Bebemos demasiado, fumamos como desesperados, gastamos dinero sin control, reímos poco, nuestro conducir de coches es maníaco, prestos a la ira, faltos de sueño, de poca lectura y demasiada televisión. Inclinados a juramentar y, no obstante, de cortos rezos. Posesiones materiales se multiplican y nuestros valores morales se encogen. De hablar abundante, faltos de amor sincero y de odios ensañados. Sabremos cómo ganarnos la vida pero no, la felicidad. Agregamos más años a la vida, pero no vida a los años. Hemos llegado a la luna, pero tenemos problemas para atravesar la calle y tenderle la mano al nuevo vecino. Tratamos de purificar el aire y no, nuestra alma polucionada. Vamos de prisa y nos resulta imposible esperar. Las computadoras son un milagro de rapidez y, sin embargo, nos comunicamos menos. Nuestra comida es rápida y la digestión, lenta. Son tiempos de  cambios rápidos, pero de rencillas internas. La comida es abundante y aún, de menos nutrición. Somos el país con más gimnasios del mundo y con la mayor obesidad. Familias con dos cheques y más divorcios. Casa magníficas y hogares, destruidos. Estos son los tiempos de los viajes cortos, pañales desechables, moralidad antojadiza y amores de una noche, ni el nombre del compañero nos interesa. Píldoras para evitar depresiones, para dormir, matar a un prójimo o a nosotros mismos. Armas para desarmar vidas y armar imperios. Días en que, al estar la técnica electrónica tan avanzada, el lector puede escoger entre compartir este texto con miles de personas a través del orbe, con una simple operación informática o, hacerlo desaparecer de sólo apretar un botón.