La luna guarda sus acordes |
En los mares del ánimo se revela el cuerpo transita la luz de su dolor para agrietar los brazos ¿Cuál latido nos clava los jazmines, música que antaño era un goce? Edificamos la redondez con ataduras, lazo de espíritu enigmático. Un hombre y una mujer adoran sus oposiciones, vitalidad que los despierta, sus ojos no tienen otra causa nada es más hermoso que excitar el beso con ansias primaverales de ser mujer que enciende candelabros y vibra en la oscuridad, satisfecha del reposo codicia la piel y exhibe el dialogo sagrado, como ángel que florece por los frutos. La grandeza es que apriete los rayos de sus ganas, el intimo abanico de su música. |
Odalys Leyva Rosabal
odalysleyva@pprincipe.cult.cu
Del libro "Dialogo sagrado de las vírgenes"
editorial Ácana de Camaguey, Cuba (2008)
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