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El grito de la muerte en los repentistas cubanos |
Los poetas cubanos que le cantan al amor e interiorizan los ocultos y misteriosos dolores de la muerte, utilizan la décima como vehículo, estrofa que recorre los saltos y nos imbrica en un discurso de representaciones. La décima conocida como malara o espinela, es la estrofa compuesta por diez versos octosílabos, con pausa obligada en el cuarto verso. Es la combinación de dos redondillas, unidas por dos versos y que tiene el don de seducir a los que la escriben por vez primera y disfrutan la obra acabada.
El repentismo como acontecimiento de la décima, repercute en el rescate y salvaguarda de las más fidedignas costumbres campesinas, simboliza lo más natural de los hombres de campo, pero es necesario aclarar que ya nuestros hombres de campo no son los de hace cincuenta años, vivimos en una Cuba donde todo el mundo sabe leer y escribir, y la política cultural desarrollada en la Isla ha permito que la cultura llegue a los lugares más intrincados, por lo que estas décimas improvisadas deben representar a un pueblo instruido. |
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En la controversia cubana, existen tres segmentos: la línea de tanteo o de hilvanación, esta parte contiene las décimas de cortesía; la línea de temática-núcleo, donde comienza y se despliega el tema que se va a tratar, y la línea de culminación, esta tiene su lugar cuando el tema que se trata pierde la elegancia, o en ocasiones por cuestiones de tiempo, y los poetas que lo intuyen realizan las décimas de despedida.
El público tiene parte activa en el pie forzado, ellos escogen un verso octosílabo y el poeta debe resolverlo y terminar la estrofa con él, hay poetas que piden más de un verso, y se lucen en el arte de la formidable memoria. El pie forzado es una labor particular, él que trabaja en escenario, debe ofrecer una cuarteta de inicio donde prime la lógica, y terminar demostrando su capacidad, teniendo en cuenta que además del público, por lo general está el jurado -cuando se está concursando- y sino porque el auditorio es el más exquisito de los jurados, que busca entender lo escuchado.
Cuba tuvo un poeta con una voz irrepetible, que todo el mundo aún la identifica y es la de Luis Gómez, nacido en Cumanayagua, Cienfuegos, estuvo en rodajes de filmes cubanos, entre ellos “Juan Quinquín en Pueblo Mocho”, fue protagonista del popular espacio radial “La hora de Luis” allí respondía los pies forados en vivo, falleció el 26 de mayo de 2001.
Hay un género musical que es el que acompaña el repentismo: el punto cubano, pero existen muchas tonadas, algunas toman más fuerza en una provincia que otra, pues muchas identifican la zona.
En Cuba hay varios poetas repentistas que le han cantado a la muerte, es un estado que ningún ser humano puede recibir naturalmente, porque está comprobado que hasta las personas de sentimientos tumultuosos reciben un impacto ante ella; mucho menos quedarán desapercibidos los poetas que son seres sensibles. Existen suficientes textos en la isla sobre el tema, muestra de ello es la Antología de la Décima Tanática en Cuba de Odalys Leyva Rosabal, publicada por el Frente de Afirmación Hispanista de México en el 2007, compuesta por dos volúmenes y que dejó una tercera parte inédita.
Imposible olvidar la controversia del siglo entre Jesús Orta Ruíz (El Indio Naborí) y Ángel Valiente en el estadio Campo Armada, un encuentro que logró reunir aproximadamente a diez mil espectadores, quiere decir que en Cuba, el oyente se complace con el arte de la improvisación desde que el primer poeta cantó una décima. Ess incluso tan arraigado como los juegos tradicionales y las peleas de gallo; levemente el hombre se fue colocando en el lugar de los gallos finos para imponer ellos mismos su pelea, como una manifestación artística que convirtió la décima en estrofa nacional.
La rima pegajosa fue escuchada en campos y ciudades, hasta que otros que le tomaron más respeto y estudiaron el arte a profundidad, decidieron utilizar diversas tonadas para darle más belleza, que el oyente disfrutara la música y la poesía como un don que se unifica y le da goce; de este modo la estrofa que reverenció Fornaris, esa misma que Cristóbal Nápoles Fajardo, llenó de alegorías y que Luego el Indio Naborí, la loara con parábolas, apólogos y un matiz sólido. Fue respetada por las generaciones siguientes.
Poetas como Francisco Pereira, Ásale Díaz , Efraín Riverón, Chanito Isidrón, Ángel Valiente, Rigoberto Rizo, Gustavo Tacoronte, Raúl Rondón, Rafael Rubiera, Justo Vega, Agustín P. Calderón, Pedro Guerra, José Marichal, Patricio Lastra, Eloy Romero, Luis Gómez, Manuel Pérez (Tumbadora), Sosa Curbelo, José Camero entre otros repentistas connotados de la música oral improvisada en el país, ofrecieron su luz vivificante, por nombrar solo algunos de los que han quedado en la memoria popular como estupendos improvisadores y como excelentes intérpretes de las tonadas criollas, que además participaron en las fiestas y parrandas campesinas, allí se aglutinaban cientos de personas, inclusive de regiones colindantes y se definían por una alegre pugna entre dos bandos (rojo y azul), creaban controversias, competencias de tonadistas, y hasta encuentros de bailadores.
Los rasgos de cubanía se acentúan, más en lo popular que en lo culto; pero en la décima escrita también se precisan elementos que son propios del cubano y que nos identifican, sobre todo por la influencia que recibe de la décima popular, en que los elementos identitarios se hacen evidentes. (Batista: 2011, 53). La décima aun cuando pase por un filtro de forma experimental, seguirá siendo cubana, porque esta es otra característica que actualmente la define mundialmente, el intento de hacer un rompecabezas de esa décima que otrora fue tradicional, leve, cadenciosa, a veces simple, otras convulsa, pero ya en su acción repentista como patrimonio intangible de la nación cubana.
Cuando se define a un poeta, con todas las condiciones para ganarse al público, primeramente hay que nombrar a Justo Vega y Adolfo Alfonso: Justo fue un magnífico experto del punto cubano. Durante muchos años culturó y encumbró la décima guajira, le cantó a la patria, al amor, a los campos de Cuba. Acompañó las controversias, que consiguieron ser muy famosas, con Adolfo. Fueron fundadores del programa de la televisión Cubana “Palmas y Cañas” y participaron en festivales de música cubana y latinoamericana. Justo llegó a ser nombrado como El Caballero de la Décima en Cuba. Adolfo Alfonso fue un Artista popular, amó la décima repentizada. Fue un decimista que está considerado uno de los mejores que ha tenido Cuba. Su deseo de ser repentista nació cuando es cuchó una controversia de Angelito Valiente y Jesús Orta Ruiz. Tuvo la preminencia de compartir el set por poco más de un año con el Indio Naborí. Esta pareja se hizo evidente por su armonía y variedad en las tonadas y caudal poético. La pareja de Justo y Adolfo se identificaba por una controversia respetuosa y emotiva del primero y bromista y picante del segundo, Justo finalizaba fuera de sí. Adolfo murió el 23 de enero de 2012, a la edad de 87 años.
En el siglo XX, Jesús Orta Ruiz, uno de los poetas decimistas más reconocidos en Cuba y en el extranjero, define un discurso de belleza, alucinado de metáforas y símbolos; el uso de recursos literarios y su rapidez de pensamiento lo convierten en un famoso improvisador. De él florecieron sorprendentes décimas que sus seguidores recuerdan con cariño filial, pero también fue un hombre de pensamiento:
El Indio Naborí reflexiona también acerca de cómo se amplía el espectro cultural de nuestra décima, al estar presente en otros espacios fuera del país, que es otra posibilidad más para que se promocione en otras tierras y se consolide en el nuestro, al respecto afirma con toda complacencia: Las fiestas de Las Tunas provocaron otros festivales en otros países y concursos como el premio Marta Elena en México. Esta y otras maneras de promoción permiten que este género haya ganado un terreno mayor dentro de la literatura cubana. (Batista: 2011, 59).
Jesús Orta Ruiz (San Miguel del Padrón, Ciudad de la Habana, 1922-2005)
Para los que no han querido más detalle que la ciencia, la muerte es “la consecuencia lógica de haber nacido” Ante su afán concluido mito es la celeste gloria; mas, si hay alta ejecutoria, hay un modo de quedarnos vivos, y es el de sembrarnos en el surco de la historia.
En los años 70 y 80 el repentismo en Cuba, se examinaba en plena efervescencia juglares como: Adolfo Alfonso, Justo Vega , Ángel Valiente, Rigoberto Rizo, Rafael Rubiera, Pablo León, Raúl Rondón, Inocente Iznaga, Luis Gómez, Santos Hernández, Miguel Rodríguez, Roberto Rodríguez, Diosdado Roque, Diosdado Hernández, Daniel Lozano, Raúl Vera, Rafael Acosta, Celso Cabrera, Osvaldo Benavides, René Rodríguez, Monguito Alfonso, Justo Lamas, Humberto Upierre, Evelio Orta, Catalino Casanova, Gerardo León, Orosman Estrada, José Luis Rodríguez Martínez, Raúl Herrera, Jesusito Rodríguez, Omar Mirabal, Gabriel Llanes, Nelson Lima, Héctor Peláez, Cecilio Pérez, entre otros resplandecieron en el arte del rápido y elocuente pensamiento.
Afirma Luis Paz “que aunque le parece que el abanico de generaciones está muy abierto; la etapa de los 70 y sobre todo de los 80 es la marcada por Omar y Jesusito, con un Chanchito descollante y un Ernesto Ramírez imbatible, donde no pueden faltar: Tuto García, Julito Martínez, Manolito García y Gerardo Inda”.
Por lo general todos los repentistas cubanos le han cantado al tema de la muerte. Son notables escritores que se adhieren al camino de la música, cambian la senda del papel y la pluma por la guitarra y el laúd. Notemos esta estrofa de El versátil, el poeta Gabriel Llanes Estrada, Camagüey, (1951).
La muerte ante el tribunal de la vida, es acusada de asesina, despiadada, transportadora de mal. Una causa criminal le sigue en proceso fuerte; pero hay que aplaudir la suerte de un enfermo en su aposento cuando muere un sufrimiento bajo el puño de la muerte.
También Héctor Peláez, Camagüey, (1952) -El juglar del llano- le ha dedicado sus influjos al tema de la muerte. Rapidez, humor, perspicacia, control, dominio del escenario se percibe cuando este poeta se mueve buscando el toque final de su estrofa, para él un buen mensaje que haga responder al público es la esencia de su trabajo.
Nadie al presumir de fuerte con puños de resistencia puede evitar la sentencia del imperio de la muerte. Única ley que convierte en polvo lo más sagrado y el tiempo es acelerado, esmeril de piedra fina que cuando se nos termina no puede ser renovado.
Una nueva generación de poetas como Emiliano Sardiñas, Alexis Díaz Pimienta, José Manuel Silverio, Miguel Herrera, Leandro Camargo, Oniesis Gil, Luisito Quintana, Yoslay García, Irán Caballero, Noel Sánchez, Luis Paz, Héctor Gutiérrez, Albertico Rojas, Aramis Padilla, Liliana Rodríguez, Maikel Ventura, Osmiel Domínguez, entre otros, le han obsequiado a esta formidable estrofa la merced de la improvisación.
Alexis Díaz Pimienta en el universo del repentismo es juez y parte, ha estudiado a profundidad este fenómeno que solamente se da en personas especiales, de premura mental. Expone: “Una controversia es un encuentro entre dos poetas improvisadores, los cuales desarrollan una especie de competencia o enfrentamiento. “Una controversia —la parte textual de la obra repentista—, es un macropoema oral, formado por dos poemas orales (individuales) que se entrecruzan, negándose con mayor o menor intensidad, y alternando con la música” (Pimienta:1998, 397).
El éxito del verbo es la gallardía y la seguridad con que el poeta establece su andamiaje. Los improvisadores en Cuba, tienen una formación cultural sólida, lo que le permite adentrase en cualquier tema, o resolver un pie forzado sin dificultades, varios poetas repentistas ven la muerte como un estado natural y se adentran en ellas con la gracia de las tonadas, juntando música, poesía y rapidez. Veamos esta de Noel Sánchez Acosta (Colón, Matanzas, 1970).
TRANSICIÓN
Llega el silencio, se mueve bajo la piel, ¡qué tristeza! La vida es una promesa que tiene filo de nieve. El luto se asusta y llueve sobre los siglos; la edad se pulveriza, equidad: soplo de barro confeso en una paz sin regreso se aburre la soledad.
Todo es abstracto, la esperma: eclipses de fuego lento enseña el último aliento para que la sombra duerma. Hay quietud, el llanto merma tras los minutos, florece el olvido, se humedece de dolor en cada paso. La tierra le da un abrazo a lo que le pertenece.
Este poeta se vale de imágenes y alegorías para construir su alocución, busca en la realidad que es el nacer y el morir, y esa etapa de transición lo hace filosofar sobre la existencia humana y sus dolores, las inclemencias de enfrentar el mundo donde la tierra pulveriza al hombre después de la muerte; y luego el olvido lo va borrando de los recuerdos; la sombra pernocta en el pecho de la tierra desde donde se nace y hasta donde se regresa. Noel Sánchez, tiene celeridad y fluidez, dos características fundamentales a la hora de cantar las décimas. Es capaz de hacer rupturas, dentro de la estrofa y sentirse cómodo.
La décima en Matanzas, respira un aire de esplendor y sagacidad, varios son los bardos en la Ciudad de los puentes, que hacen trepidar a los espectadores, por la nitidez en que se expresan en décimas. “La espontaneidad tiene sus reglas. Los músicos acompañan el curso de la improvisación, deben seguir a los poetas, facilitarles tiempo, estar atentos a la actitud dialógica, y lucirse en los interludios, que tanto benefician a los bardos. Cuando el laudista ocupa el papel protagónico, el poeta le arrebata la frase musical y no lo deja ejecutarla porque reinicia su canto.” (Tamayo, 2011, p 15)
El ejercicio de la improvisación, mantiene su cerebro en movimiento, le trasmite reflejos, debe escuchar a su interlocutor y a la vez encausar su discurso sobre el tema, esto es la revelación del repentista que además se encuentra en un escenario con la mirada de los espectadores encima. Este proceso de creación nunca será en solitario, por lo que además significa una presión sobre él.
Yoslay García Lanzarique (1978) es de esos hombres que sorprende en el escenario; en el uso del contrapunteo en escena tiene marcado respeto a sus contrincantes, no utiliza palabras burlescas, posee el don de con poco decir mucho, de ese modo sorprende al público. No utiliza un lenguaje sencillo, más bien se arma de recursos literarios para resolver el pie forzado, es repentista que nos depara un escritor artero. Aquí se muestra como él resuelve glosar está décima. Con pericia se vale de técnicas para definir su dolor.
GLOSA A LA MUERTE
“sobre el cadáver dormido la voz no duerme, despierta la vida toca en su puerta la muerte, muerte no ha sido”. Wicho Vasallo
Llega el ataúd, cristal de aumento para el dolor, madera con un olor a llanto y a funeral. Una gota, ¡cuánta sal en una gota metido! no llorar y estoy herido de lágrimas. La mirada se me queda desvelada sobre el cadáver dormido.
Hace sueño, me regaño las pestañas, no me escuchan, mis ojos húmedos luchan con Ella y se hacen daño, camino un poco, me baño de noche pero está yerta. Me vuelvo a sentar, es cierta la pesadilla del sueño y sobre el cuerpo sin dueño la voz no duerme despierta.
Reina el silencio ¿Qué pasa? ¿por qué no escuchó el rumor De las voces? Un motor se apaga frente a la casa, duele el adiós, la amenaza de la despedida es cierta. El cementerio: está abierta la habitación de concreto de la muerte y por respeto la vida toca a su puerta.
Alguien le despide el duelo y yo en la tumba de hinojos le digo adiós con los ojos envueltos en el pañuelo. En la carpeta del cielo el huésped es recibido. Dejo de llorar me olvido de todo y no hay despedida si su vida no fue vida la muerte, muerte no ha sido.
Los poetas de Matanzas asumen una formación similar, y es que no buscan hacer repentismo por el hecho de rimar, sino de trasmitir; Luisito Quintana pone el público de pie, por más de una ocasión, durante sus actuaciones. Junta energía, aplomo y revelación; más el estudio psicológico que le hace a su contrincante en el acto de la controversia.
La mayoría de los repentistas tienen el don de la remembranza, porque es una necesidad vital de su categoría. “Asomémonos a la compleja acción de la memoria en el repentismo. Ni Tomasita Quiala, a quien se le ha parangonado con una computadora, retendrá la summa de sus improvisaciones: en el acto de generación poética la memoria reciente no almacena ese torrente de sintagmas- versos. Luego pueden repetirse estrofas, octosílabos, más no la totalidad de lo creado en el transcurso de los años. Ni ella, que como ninguna otra, es capaz de componer la estrofa del verso primero al décimo, y después cantarla del décimo al primero, con todas las rimas consonantes perfectas, ¡al revés! Con su velocidad desestabilizadora de sus contrincantes. (Tamayo: 2011, 19).
La tecnología de la grabación ha sido un factor determinante a la hora de recopilar las décimas improvisadas, además instrumento para la conservación de lo más genuino de las décimas espontáneas tanto de Cuba, como del mundo. Siempre agradeciendo todo el trabajo de los taquígrafos y taquígrafas a través del tiempo.
Esta investigación ha seguido diferentes escenarios para captar las décimas improvisadas a este tema; en un aniversario de la Casa Iberoamericana de la Décima Asbert Díaz (Las Tunas, 1953) -El científico del verso- nos exterioriza:
Entre la muerte y el frío se queda un espacio roto como un recuerdo en la foto del antepasado mío, frente a la muerte sonrío sin temor a su tropel y no dudo que por él afán de talar mi vida escoja para una herida cualquier sitio de mi piel.
Desde que el hombre en la tierra abre el sol de su alegría siente mayor simpatía por la paz que por la guerra. Temible la muerte aterra con su voluntad de hierro. Más allá donde me encierro con la muerte a discutir porque morir no es vivir en la vida que me aferro.
Igualmente Juan Manuel Herrera (Camagüey, 1955) improvisó esta décima en una Peña el día 21 de diciembre de 2007. Con este poeta pasa algo diferente, es el escritor que de pronto se deja seducir por la música, y además se convierte en formador de niños repentistas, ofreciéndole clases y a la vez fundado una compañía llamada la “Monedita del alma”. La muerte le arrancó la vida, en el 2015, dejando su obra trunca. Percibamos su don poético. :
Yo no iré a la oscura grieta, a ese frío cautiverio, ni pensaré en el misterio que me aguarda en esa meta. La muerte nada me inquieta aún cuando venga iracunda y si llega con su inmunda pasión yo la detendré pues soy poeta y sembré una vida bien profunda.
En la “Casa Naborí” de Matanzas, el poeta tunero Dimitri Tamayo Carbonel, cuyo seudónimo es ─El Flash de la décima─ improvisa esta estrofa:
La muerte en su convergencia de matar sin un delito satisface su apetito en irónica violencia, desafiando la inocencia la he visto repercutir y con sus garras herir el alma más afligida arrancándole la vida a quien no desea morir.
La décima oral y escrita en Cuba fue un hervidero en cuanto a décimas tanáticas se describe. La trama de la muerte recurre y a pesar de que todas las civilizaciones han reflexionado concerniente a la muerte, su explicación incansable es insipiente. Atiéndase esta décima de Ricardo Hernández Rojas (Las Tunas, 1966).
La muerte es como una guerra de un invisible enemigo que porta calor y abrigo en los poros de la tierra, porque cuando se destierra de la cama hospitalaria nace la batalla diaria. !Qué cada ciudad abarque mucho más risa en el parque que llanto en la funeraria!
Es factible analizar como la ve ─El ébano de la rima─ Jorge Luis Hernández García (Camaguey,1971), el enuncia la realidad de que ningún ser viviente se puede escapar de la muerte, y observaran como rima sangre con palangre, esto es poco usual dentro de la poesía, pero el repentismo es un acto de rapidez, donde la mente es impulsada por reflejos condicionados, en un instante se provoca el escape de todo un cúmulo de experiencias que sostiene el repentista y que como una bomba de escape se acciona.
Es la muerte en su bregar águila de miel, renombres de cuyas garras los hombres no se pueden escapar, es guadaña que al segar toma una sola medida y en su brutal embestida se suelta de su palangre marcando con llanto y sangre el termino de la vida.
También en Ciego de Ávila los improvisadores modulan sobre este tópico. Esta es otra provincia que ha tomado fuerzas en el arte del repentismo y tienen además uno de los talleres infantiles más importantes del país, seguidores de una significativa cantera. Veamos la obra de Michel Ruiz Espinoza (Ciego de Ávila, 1979).
La muerte ha sido tan mala que yo no quisiera verla porque no quiero tenerla como lámpara en mi sala. La muerte donde se instala se lleva al grande y al chico como un ave que a su pico le abre en sí para su cumba y la puerta de la tumbap`` es para el pobre y el rico.
En Sancti Spiritus al igual que en toda cuba existe un rebrote del canto decimístico, como expresará la investigadora Merary Mangly, presidenta del grupo decimístico “Toda Luz y Toda Mía”, allí se localizan:
”… poetas rápidos como Raúl Herrera y Diosdado Naranjo (y versan diferente). Poetas muy afinados y que emplean tonadas en improvisación, Abel Amador y Benito Medina; poeta muy criollo y tonadista, Gabino Rodríguez; poeta tonadista, Guillermo González; poetas de lenguaje muy atinado, Virgilio Soto y Luis Martín; poeta lírico, que emerge en el medio desde la ruralidad y con aristas citadinas, Alfonso González Lemus (Chicho); poeta muy dinámico con gran empleo del humor, Floro Rodríguez, entre otros.” (Mangly, 2014).
Hay un poeta que se dice que es el más querido de Cuba, porque el pueblo lo llama, lo respeta y hasta lo enamora, es “El Moro del Galanteo” como fue bautizado en Guáimaro Emiliano Sardiñas (Santiago de Cuba, 1965), él aunque siempre corresponde con una sonrisa también le ha improvisado a esta temática. El dominio del verbo de Emiliano es preciso en su profesión, pero el fino humorismo que lo caracteriza es la mejor carta que brinda; solamente baja del pedestal sublime del lirismo, cuando un contrincante se va a lo más popular de las costumbres, esas que reúnen el choteo, la crítica del cuerpo, la burla, la discriminación racial que subyace fallida. La controversia es jocosidad, contrapunteo, un dime que te diré, pero cuando un poeta de la formación de Emiliano es atacado con un arma de ese tipo, él seguro y astuto utiliza la propia ficha del contrincante y da su jaque mate, porque tiene sus recursos. Perciban como Emiliano resolvió el tema de la muerte en el escenario del evento “Décima al Filo”, en la ciudad de Guáimaro, “Cuna de la Constitución de la República en Armas”. Municipio más oriental de la provincia de Camagüey, que delimita con Las Tunas.
Ante un deterioro lento la muerte se vuelve suerte para el que sufre la muerte es mejor que el sufrimiento porque si un padecimiento nos empuja hacía el adiós con su silenciosa voz se hace más que necesaria la invisible intermediaria entre los hombres y Dios.
Contra la muerte no hay arma, ni escape, ni sacrificio cuando nos llaman a juicio los tribunales del Karma, nos aterra y nos alarma pensar en nuestra partida; pero ella está ahí vestida de noche para asustarnos y en un minuto cobrarnos el préstamo de la vida.
Dos repentistas reconocidos dirigen instituciones dedicadas a la promoción y salvaguarda de la décima improvisada en Cuba Luis Paz Esquivel en el Centro Iberoamericano de la Décima y el Verso Improvisado (CIDVI) en la Habana y Orismay Hernández en la Casa Naborí de Matanzas.
De Luis Paz es esta décima, del poema que le da nombre al libro “La Cruz del tiempo”:
Vivir, ¿qué cosa es la vida? la amargura de la miel, desencuentro de la piel rota por una mordida de fiera recién comida por el orgasmo del llanto; los ángeles del espanto escarban en las raíces de todas las cicatrices… nadie quiere durar tanto.
Existen dos obras cumbres de la décima tanática cubana que tratan el tema de la muerte: La controversia del siglo, de los poetas cubanos Jesús Orta Ruiz (El indio Naborí) y Ángel Valiente y la primera controversia por correo electrónico, La muerte entre los poetas Francisco Henríquez (cubano), director de la revista Carta Lírica de Estados Unidos y del poeta peruano José Luis Mejía, realizada en el año 1998.
El tiempo aquí condiciona como elemento espiritual, en la unión de dos obras que trascienden en diferentes etapas con similar apoyo y se convierten en fuentes necesarias de estudio y revisión. Pero este estudio fue abordado en el ensayo “Tres obras cumbres de la décima tanática en Hispanoamérica” y que aparece en el libro Antología Tanatica de la Décima en Cuba de Odalys Leyva. Allí se traza la idea de hacer un juicio estético sobre estas obras que tienen en sí un cúmulo de experiencias de varias generaciones, compuestas por el más sensible de los materiales: la palabra. Las dos como una forma de conciencia social, fruto de la reflexión de la décima oral y escrita; pero convertidas en obras de arte que han provocado una necesidad de acercamiento desde un análisis formal y conceptual. Es importante revisar ese trabajo para conocer la contradicción que existe entre los poetas que siguen a la Espinela o los que han decidido nombrarla Malara. Aunque movimientos resientes también la nombran Salmantina.
La décima oral tiene en sí varios ejercicios para que el improvisador demuestre su elegancia y arresto, pero en la controversia ofrecen su mejor postura.
Existe la controversia por correo electrónico, pero toma el verdadero nombre de controversia cuando ambos poetas se encuentran conectados y se responden de inmediato, ininterrumpidamente, no así aquellos ejercicios donde un poeta le escribe a otro sobre un tema y le responde su contraparte a los tres días, eso es correspondencia, por lo que se debe definir bien este concepto. Ejemplo real es la de las poetas Isabel Diez Serrano de España y Odalys Leyva, que solamente se interrumpió por las dificultades del fluido eléctrico. Existen otras posibles controversias continuadas por correo electrónico que formarán parte de un estudio más amplio en el futuro.
Aquí la décima se procura desde lo innegable de nuestros cultivadores, esos que demuestran que el repentismo es un arte superior.
José Julián Martí y Pérez (La Habana, Cuba, 28 de enero de 1853 – Dos Ríos, Cuba, 19 de mayo de 1895, aunque no fue repentista, también escribió décimas al tema de la muerte, observemos:
Es fama que a un cementerio llegó un sabio cierto día afirmando que no había tras de la tumba un misterio. Un ser blanco, vago y serio, a la tumba se acercó: “Amor, amor”, pronunció con triste voz quejumbrosa, y al punto alzóse la loza y el muerto resucitó.
Sobre él expresa el camagüeyano Eliecer Fernández Diéguez, en su investigación inédita “Martí Decimista”:
Descubrir el mundo octosilábico de solo veintisiete décimas de José es encontrar mucha maestría, y un depurado oficio artístico produce en el lector extasiamiento total, porque sus décimas son escritas con desprendimiento fecundo del corazón, como una flor abriendo en su cubanía y las utiliza en algunos momentos de su vida como luces en los manantiales de su poesía que salta y se arremolina en la lírica que lo caracteriza. (Fernández)
Cerrar esta investigación sobre los poetas que improvisan al tema de la muerte, con una décima del apóstol es una apertura a nuevos caminos, el deseo de descubrir la senda octosilábica siempre en efervescencia, con la seguridad de que falta mucho por aportar en este tema, ahora con el reto de que la UNESCO convirtió el repentismo en patrimonio inmaterial de la humanidad.
BIBLIOGRAFÍA
-Arias de la Canal, Fredo (2008): Génesis de la Décima Malara. Frente de Afirmación Hispanista, A.C. México. -Anias Martínez, Mayda E. (2009): Ensayos de la casa. Editorial Sanlope. Las Tunas. -Colectivo de autores (2011): Investigaciones Culturales. Editorial Sanlope. Las Tunas. -Fernández Diéguez, Eliecer. Martí Decimista. (Inédito). Universidad Ignacio Agramonte. Camagüey. -González López, Waldo y Hernández Menéndez, Mayra: (2011) Esta Cárcel de aire puro (Panorama de la décima cubana en el siglo XX) tomo I y II. Ediciones Abril. La Habana. -Leyva Rosabal, Odalys (2007): Antología Tanática de la décima en Cuba (tomo I y II). Frente de Afirmación Hispanista, A, C.México. -López Lemus, Virgilio (2002): La décima renacentista y barroca. Editorial Pablo de la Torriente Brau. La Habana. -Martí Fuentes, Adolfo. (1996): Canto alrededor del punto. Letras Cubanas. La Habana. -Díaz Pimienta, Alexis ( 2000): Teoría de la improvisación. Ediciones Unión. La Habana:
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