Concertistas apasionados |
a mis padres Omayda Rosabal y Delbey Leyva |
El júbilo de mi madre nos contagia encadenada al jaspe que la rodea, comunicativa, protege la casa del polvo esculpe nuestro mundo. No hay tedio, corazones sin naufragios. Las costureras de su trabajo son amigas de mi madre, completa lo fraternal, el pan junto al despojo, conoce su fuego y nace con obsesiones, arrebata mis nubes como novia del poniente. Apellida los rapsodas, revela que su tierra es luz donde se hunden los fogosos, pájaros sin rigidez o agonía. Mi madre reprocha a los falseados, a discípulos del diablo, nocturnos de una ciudad sin limites prefiere lo vital, el huerto de mi padre y esa música a donde ambos muestran generosidad a los amantes. |
Odalys Leyva Rosabal
odalysleyva@pprincipe.cult.cu
Del libro "Dialogo sagrado de las vírgenes"
editorial Ácana de Camaguey, Cuba (2008)
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