El irrepetible Jack Nicholson |
Uno
nunca termina de acostumbrarse a que el que tiene enfrente es una persona
como cualquier otra, especialmente cuando se ha crecido viéndolo trabajar
en las películas. Y Jack Nicholson es bien consciente de ello: "la
gente suele impresionarse un poco cuando me ve por primera vez, pero rápidamente
se dan cuenta que yo soy simplemente un ser humano", dice
Nicholson con esa sonrisa endemoniada que vuelve locas a las mujeres de
todo el mundo. Bastante reacio a encontrarse con la prensa, Jack está tan
orgulloso de su trabajo en "As Good As It Gets" que ha aceptado
salir de su tradicional ostracismo para comentar su trabajo. Y no es para
menos. Ya ha sido nominado al Globo de Oro al Mejor Actor por ese papel y
todo parece indicar que también estará en la lucha por el Oscar:
"es cierto que ya tengo dos, pero no me molestaría llevarme un
tercero. Un Oscar es siempre un Oscar", asevera Nicholson. En
el film, Jack encarna a un escritor con una enfermedad mental que le
impide comunicarse con la gente, pero la presencia de una mesera (Helen
Hunt) lo obligará a luchar contra sus dificultades: "este es uno de
los personajes más queribles que he interpretado", señala Nicholson
mientras levanta una de sus famosas cejas, y agrega: "si bien James
Brooks no escribió este personaje para mí, en cuanto me contó de qué
se trataba yo supe que era un buen material para intentar algo distinto a
todo lo que he hecho antes". -
Tu personaje en "As Good As It Gets" es un hombre que cambia. ¿Cuales
fueron los tres eventos que cambiaron tu vida para siempre? -
El primero fue cuando terminé la escuela secundaria. El segundo fue
cuando me casé. Y el nacimiento de mi primera hija fue la cosa más
grande que ocurrió en mi vida adulta. Ya tienes tres. Y en cuanto a mi
vida profesional, tengo que agregar un cuarto, que fue la primera exhibición
de "Easy Rider" en el Festival de Cannes. |
-
¿Cuando te diste cuenta que ibas a poder ganarte la vida con tu trabajo
como actor? -
Yo creo que esa creencia mística de que el éxito es algo que se da mágicamente
de la noche a la mañana es algo que no existe. Yo había ido
a Cannes un par de veces antes de ir con "Easy Rider", llevando
mis propias películas, en las que había trabajado como productor. Asi
que yo ya conocía muy bien como funcionaba el público de Cannes. Y
cuando sentado en una butaca de esa sala de Cannes junto a los demás
espectadores, vi la reacción de la gente cuando mi personaje aparecía en
la pantalla, como yo ya conocía la industria del cine desde muchos ángulos
supe en ese preciso instante que me acababa de convertir en una estrella
de cine. Y también supe en ese preciso instante lo que eso significaba y
en qué medida mi vida iba a cambiar para siempre. Fue una experiencia
interesante, porque yo podía leer la reacción de ese público como si
fuera un termómetro, porque la había estado siguiendo a lo largo de
varios años. -
¿Cómo ves hoy ese período de aprendizaje tuyo junto a Roger Corman? -
Como los días difíciles, más allá de todas las historias sorprendentes
que se han contado sobre esa época. Cuando yo comencé a trabajar con él,
Roger no era el único haciendo películas clase B. Lo cierto es que en
aquel momento yo no tenía conexiones dentro de la industria, algo que en
esa época era imprescindible para poder trabajar como actor. Yo no tenía
un agente poderoso y lógicamente, apenas ganaba lo suficiente como para
subsistir. Y sin embargo, me daban casi todos los trabajos para los que me
presentaba. Yo era muy tenaz, y no me daba por vencido hasta que me dieran
el papel para el que me había presentado. Yo ya estaba casado y había
tenido mi primera hija antes de haber hecho mi primera película. Es más,
recuerdo que una vez hice una audición para John Huston que no funcionó.
Ya estaba casado en ese entonces, porque nunca me aceptaron para una
audición para una película de un gran estudio antes de haberme casado. Y
aunque hoy sea un productor más, en esa época Roger Corman era una
persona muy pero muy importante para cualquiera que estuviera luchando
para ganarse un lugarcito en Hollywood. Por lo tanto, haber podido
trabajar para él para mí fue un paso muy importante. Fue mi manera de
poner mi primer pie en esta industria. -
¿Pero hubo un momento en que te hartaste de que no te abrieran las
puertas? ¿Nunca pensaste en abandonarlo todo y cambiar de profesión? -
No, nunca tuve la opción de abandonarlo todo. Estuve demasiado
concentrado tratando de abrir esas puertas. Cuando se estrenó "Easy
Rider" yo ya llevaba doce años trabajando como actor. Y me ganaba la
vida muy bien con las películas, algo que me hacía sentir muy orgulloso.
Y en aquel momento ya estaba escribiendo los guiones de mis películas y
además había producido un par de films, porque buscaba la manera de
cubrirme por si mi carrera como actor se me iba al diablo. Lo cierto es
que todo actor que no trabaja como actor es un actor infeliz, así que no
sé que hubiera hecho con mi vida si no me hubiera ido bien en esta
profesión. -
¿Y hoy? ¿Cómo transcurre un día normal en tu vida? -
Por lo general me levanto tarde. Durante la primeras dos o tres horas me
ocupo de mis papeles, reviso cosas que hay que arreglar en la casa, me
fijo en las reuniones que tengo programadas y llamo a todo el mundo que me
ha dejado un mensaje en la contestadora telefónica. Si no estoy
trabajando, voy a jugar un partido de golf hasta que oscurezca. Y luego si
hay algún partido de fútbol americano voy a verlo y si no me quedo en
casa. Ya no salgo de noche porque no me divierto tanto. Me siento como si
fuera el alcalde de la ciudad, a cualquier lugar al que voy todo el mundo
me reconoce y me saluda. La gente sale de su casa para pasar un buen rato,
y yo ya no disfruto demasiado cuando me están mirando fijo en cualquier
sitio al que voy. Es que a mi me criaron de una manera muy educada y a mi
me gusta comportarme bien con todo el mundo, pero muchas veces me cuesta
no perder la paciencia. Prefiero no salir para no terminar haciendo una
escena con algún desconocido. -
Sueles trabajar muy poco, ¿hay alguna razón en especial? -
Quiero trabajar tranquilo. Me gusta hacer una película, tomarme todo el
tiempo del mundo para terminarla y recién después pensar en el proyecto
siguiente, aunque durante estos últimos diez años las cosas han sido más
intensas de lo que yo hubiera deseado. Por suerte, no tengo nada
planificado después de esta película. Y yo no soy el único en esta
industria que trabaja al mismo ritmo que yo. Jim Brooks tampoco hace una
película todos los años. Es que por otra parte, también esto tiene que
ver con la edad que yo tengo y los papeles que se me presentan. Yo ya no
puedo interpretar al muchachito de la película. Hay cosas que sólo se
pueden hacer una vez en la vida, al menos en la forma que yo entiendo el
trabajo del actor. Hay muchos papeles que ya no son para mí. -
Has hecho un buen número de personajes excéntricos a lo largo de los años.
¿Cómo haces para no usar elementos de personajes que ya hayas hecho en
el pasado? -
Yo creo haber resuelto el problema mejor que nadie. Yo nunca me sentí
atrapado dentro de cierto tipo de personaje y esa ha sido la mejor
estrategia profesional para evitar el encasillamiento en Hollywood. Sobre
todo porque así he logrado que excelentes directores me hayan dado la
posibilidad de utilizarme de maneras muy diversas. En esta industria eso
es algo muy difícil de lograr, y también es algo que yo me propuse desde
muy temprano. Cuando yo ya estaba establecido, pero me faltaba por hacer
muchas cosas, acepté hacer películas que yo pensaba que eran diferentes,
aunque sabía que no iban a tener mucho éxito comercial. Fue una decisión
absolutamente consciente. Y actualmente, hago muchas películas que no se
harían a menos que alguien de mi calibre acepte hacerlas. Y que no tienen
que ver con lo comercial, sino que hay muchos más proyectos de características
especiales que gente dispuesta a invertir en ellos. Yo siento que algo que
puedo y que debo hacer es ayudar a esos proyectos especiales a que se
concreten, como fue el caso de "As Good As It Gets" -
¿Qué es lo que te gusta de la actuación? - Todo. Yo le he consagrado mi vida, y he sido feliz gracias a mi profesión. Reconozco que al principio fue muy difícil. Yo tenía veinte años y mientras estuve estudiando hice de todo y pasé por las mejores experiencias teatrales. Pero a mi siempre me fascinó el mundo del cine. Y siempre me interesó hacer las cosas bien. De todos modos, cuando yo empecé, yo formaba parte de algo que existía en aquel momento, y que era el mundo underground del cine. Desde el año '62 hasta el '72, todos los que pertenecían a mi generación esperaban ver una obra de arte todas las semanas. Lo esperamos durante diez años, y durante todo ese tiempo vimos una obra de arte todas las semanas. Cada semana alguien lograba entregarnos una obra de arte. Eso nos estimuló tremendamente. Las cosas han cambiado con las nuevas generaciones. Por eso a mi me gusta participar de todo aquello que intente revivir ese espíritu artístico, como "Blood and Wine". Aún la película de Tim Burton, "Mars Attacks!" es bastante subversiva. Después de todo, Burton intenta cargarse a todo el género de los efectos especiales con ese film. Lo mismo con "As Good As It Gets". James Brooks es un guionista muy especial. Tiene mucho estilo en las cosas que hace, pero nunca intenta impresionar a la audiencia. No hay nadie como él en el mundo contemporáneo del cine... |
gentileza de Gabriel
Lerman
gabito@aol.com
http://www.gabrieldelerma.com
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