El trovador 
Carlos Raúl Lemiña Cortés

Al sur del Sur y más, en donde suele

quedarse la oración

suspensa en el recato de la parra

y se apocan de tierra ennegrecida

las cuadrículas romas de las chacras,

se infamó el trovador de muerte un día. 

Hendido  en los ijares de la siesta

gravosa  del Verano,

era el campo un talego de abandonos,

un silbo funerario que el Pampero

dirimió en la angostura del asombro

por no saber llorar su desconsuelo. 

De cara al socavón, en la batiente 

atávica del río,

mojó sus pies de luna y agua blanda,

de espanto y cesación. Descomedida,

la suerte abrió de par en par sus alas

y fue salmo en la noche a la deriva.   

Se dice que ayunó cuarenta ciclos

adyacentes del sol

para partir sin mácula y en todos

los cálices profanos, circunflejo,

anochecido en la nostalgia,  solo,

sacramentó las voces del silencio. 

Carlos Raúl Lemiña Cortés

elarcondeanaxagoras.crlc@gmail.com  
cr.lemina.cortes@gmail.com
  
Sitio web: http://sites.google.com/site/elarcondeanaxagoras 

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