Alfiler clavado en el
centro de la provincia mariposa
aún se mueven tus alas.
Un cielo denso de humillaciones
se adhiere a las piedras, como el musgo
a las canteras inundadas.
Edén de ayer cambiamos por billetes de Roca.
Por aquí pasó Mitre,
con sus monturas al hombro, una noche de 1855;
aquí lavaron tus lavanderas, en el puro cristal del arroyo
hoy remansado con detergentes vencidos.
Pequeña sierra, entrañas a la vista,
dolor más dolor más dolor
encerrado.
Mariposa que aún te mueves,
corazón malherido
aquí fracasó el Progreso.
Aquí labraron su destino
las manos cautivas
sobre el granito.
Aún se mueven aquellas manos:
Intentan darle calor
a las rojas piedras.
Piedras más piedras más piedras
testigos de esperanzas muertas:
Aquí el tigre aprendió a ser serpiente
y el cordero se transformó en lobo.
Aquí se afilaron el hierro y el acero;
ya no más herramientas,
puntazo trapero,
faca vengadora
enterrada en la
carne que ya
no será
Luz |